Una historia que no se termina más. Otro capítulo absurdo de violencia en el fútbol de la Liga Mendocina. Por la 14ta. fecha del Torneo Apertura de Primera A de la Liga Mendocina, se enfrentaban en el estadio de Leonardo Murialdo, el dueño de casa y Andes Talleres. Una especie de "clásico moderno", que nació en definiciones del fútbol de ascenso en la década del '80 y '90. Sin embargo, se acentuó a partir del Apertura del 2008. Cuando Murialdo le protestó los puntos a Talleres, por la mala inclusión de un jugador y el Tribunal de Penas falló a favor. Sin embargo, directivos Azulgranas, apelaron al Consejo Federal y dieron vuelta el fallo. Este accionar de los popes de Andes Talleres, le permitió al CEC jugar una final con Murialdo para determinar el campeón, que terminó siendo el equipo de Villa Nueva en cancha de Huracán Las Heras. A partir de ese momento, nunca más se pudo jugar un partido de Talleres y Murialdo sin violencia. Ni cuando el partido es a puerta cerradas o sólo con público local. No hay caso. Imposible seguir de esta manera. Ni los directivos de Murialdo, ni de Talleres, ni los directivos de la Liga Mendocina, le pueden encontrar una solución al accionar de 20 inadaptados. Porque, el que recorre las canchas de la Liga Mendocina, ya sabía que esto iba a suceder. Durante toda la semana previa, el rumor cada vez era más fuerte, que algo iba a suceder. Esta historia no es nueva, ya cansa y aleja cada vez más a la familia y a los niños de los campos de juego. Una vergüenza.
En esta oportunidad, sólo se pudo jugar un tiempo, nada más. Ganaba el Matador 1-0 con un tanto de Paul Martín. Minutos más tarde, igualó Juan Cekalovich para Murialdo. Cuando finalizó el primer tiempo se desató la locura. Primero, se empujaron e insultaron jugadores de ambos equipos. Cuando la delegación de Talleres, llegaba al túnel, unos 30 hinchas de Murialdo comenzaron a lanzar todos tipos de proyectiles, se treparon al alambrado y quisieron ingresar al campo de juego. En el medio de los tumultos, cayó Franco Emanuel Videla, defensor de Andes Talleres, quien recibió un piedrazo en su hombro izquierdo y quedó tendido en el piso. Cuando ambos planteles ingresaron a camarines, los hinchas de Murialdo intentaron ingresar al vestuario visitante.
Inmediatamente, el árbitro del encuentro Martín Guallán, exigió presencia policial en el estadio y llegaron cinco móviles. Los jugadores de Talleres estuvieron más de una hora encerrado en su vestuario, hasta que llegó Infantería para poder retirarse del estadio.
El encuentro fue suspendido en el entrentiempo. El árbitro, Guallán, dialogó con Más Deportes y confirmó la suspensión del partido: "Cuando termina el primero tiempo, hinchas de Murialdo, comienzan a tirar piedras a los jugadores de Andes Talleres y el jugador número 4, Franco Javier Videla, recibe un piedrazo cae inconsciente en el piso. Los piedrazos continuaron. Minutos después, intentaron ingresar a la zona de camarines y agredir a los jugadores de Talleres. No habían garantías para seguir el partido. Por eso se decidió la suspensión del mismo".