Después de 20 años de la demolición del ex colegio de los Hermanos Maristas, parecía que finalmente en el lugar se iba a levantar el prometido shopping.
Fue en noviembre de 2014 cuando desde la Municipalidad de Capital salieron a anunciar los inicios de la obra, a cargo de la firma Corrientes Palace SA, que estaría lista en 9 meses.
Casi dos años más tarde, cuando el emprendimiento debería estar funcionando a pleno, el “pozo” ubicado en la manzana que conforman San Martín, Alem, Primitivo de la Reta y Don Bosco sigue prácticamente inalterado.
Las cuatro calles a las que tiene salida lucen enormes carteles publicitarios que tapan lo que sucede en el interior, pero desde una hendija se pueden observar algunas columnas construidas que dan a San Martín, lo que aparentemente son dos pisos de cocheras, más acumulación de materiales y una grúa.
En estos días, la actividad allí es muy limitada: ayer por la mañana no se pudo observar la presencia de operarios ni ningún otro tipo de movimiento de tierra.
Desde la comuna aclararon que se trata de una obra privada que no tiene problemas técnicos, administrativos o políticos. “Es un tema económico de los dueños”, explicaron. Mientras tanto, los vecinos y comerciantes de la zona comienzan a perder las esperanzas de que allí alguna vez funcione algo.
Ya están acostumbrados a los carteles, a la obra y a los anuncios que nunca se concretan. Para muchos, la instalación de un shopping sería muy beneficioso para la zona porque traería más personas y seguridad. También reconocen que una contra sería el caos vehicular que probablemente se generaría.
“Se vio algún tipo de movimiento a principios de año, lo notamos por el olor a asado que suelen comer los obreros, pero después la obra se quedó y no pasó más nada”, relató Daniel Paredez, encargado de uno de los edificios de calle Don Bosco, frente al espacio vacío. Él, junto a su colega Guillermo Boasso, pueden observar desde las terrazas de los edificios cercanos que solamente se ven dos niveles de cocheras que dan San Martín.
“Yo creo que estaría muy bueno que finalmente lo construyan (al shopping) porque cambiaría la zona, habría más movimiento de gente y se revalorizarían las propiedades”, sostuvo el segundo hombre.
Detrás del mostrador de una panadería de las inmediaciones, Adriana Valderrama mostró una visión similar: “Estaría muy bueno que finalmente abrieran el shopping porque traería más gente a nuestros comercios y también porque sería una gran fuente laboral para muchas personas”.
Ella recordó que hace pocos días se inauguró una sede de una universidad privada en calle Don Bosco, lo que influyó positivamente en las inmediaciones. “Un shopping podría multiplicar ese beneficio”, deslizó.
A Sebastián, propietario de una óptica cercana, le llama la atención la grúa de caños azules que desde hace tiempo está en la obra:
“Algunos días vemos que se mueve y después queda parada por varios días. Me pregunto el costo que tendrá eso”. Según su punto de vista, si es inviable llevar adelante un shopping se debería plantear alguna otra opción: “De última que hagan una playa de estacionamiento, pero que hagan algo”, reclamó.
Para Beatriz Miguens, vecina de la zona, es necesario que se resuelva de forma urgente el destino del sitio desocupado. “Hace 20 años que convivimos con un baldío de enormes extensiones, que sirve de refugio para delincuentes y además afea la cuadra”, se quejó.
Ella no encuentra explicación a que después de tantos años no se haya hecho nada allí: “Es un punto estratégico para el comercio, pero dejan que sigan creciendo los malls alejados, en vez de revalorizar una zona tradicional de negocios”.
Si bien está a favor del emprendimiento, Carlos González reconoció que un shopping puede traer caos vehicular a la zona. “Don Bosco es una calle muy angosta que se puede ver perjudicada por el alto tráfico, por lo que se deberían planificar bien las salidas”, reconoció este vecino.
Obra parada
Antonio Curi, director de Obras Privadas del municipio, reconoció que el avance de la construcción es demasiado lento. “Para nosotros la obra no está parada, porque han venido a pedir la paralización”, detalló el funcionario.
Por otra parte, descartó que el proyecto esté atravesado por problemas técnicos, administrativos o políticos: “Es una situación fundamentalmente económica. A nadie se le escapa la realidad, la situación del país en los primeros seis meses de este año ha sido bastante compleja”.
Tal como indicó Curi, desde la Municipalidad lo único que se puede hacer con este tipo de obras privadas es comprobar que se ejecuten de acuerdo a la documentación y que se cumpla con todas las condiciones de seguridad de la obra.
“Estamos totalmente cercanos a la empresa constructora y a los propietarios para que cuando requieran una inspección se pueda avanzar rápidamente, pero no estamos en el bolsillo de los inversores”, reconoció.
Para conocer las razones del lento avance y la fecha probable de terminación de los trabajos, Los Andes se comunicó con la sede central de Corrientes Palace SA, donde aseguraron que por decisión del directorio no se brindaría ningún tipo de información.
El proyecto
Según publicó este diario en noviembre de 2014, en el pozo Maristas se concretará un centro comercial de 7 niveles en total (3 pisos en el subsuelo, destinados a estacionamiento de vehículos, 900 en total) y 4 niveles de locales comerciales, cines y salones para eventos sociales y culturales, que incluirán salas de exposición y degustación de vinos.
El grupo propietario del inmueble y de la construcción es Corrientes Palace SA, compañía que, entre otros proyectos, comanda el shopping cordobés Patio Olmos.