Otro golpe al corazón, un nuevo mazazo repentino que provoca un dolor inconmensurable. Otra pérdida incurable, y van...
Lamentablemente, la vida de otro chico -con un inmenso futuro por delante- se apagó imprevistamente. Como Renzo Cataldo, en 2008, como Daniel Loyola, en 2014, y como Juan Pelaytay, en agosto de este nefasto 2016, una noticia similar nos empañó los ojos con lágrimas de impotencia, hechos pelota. No es para menos.
Gabriel Juan Palomar, jugador de la cuarta división del Club Empleados de Comercio, falleció ayer tras descompensarse en un entrenamiento en el camping Luz y Fuerza, ubicado en la localidad de El Bermejo, Guaymallén.
El luctuoso suceso comenzó a gestarse minutos después de las 17, cuando el delantero de 19 años realizaba una práctica de fútbol con el resto del plantel, comenzó a sentirse mal y se descompensó repentinamente en pleno campo de juego, donde de inmediato recibió ejercicios de reanimación cardiopulmonar.
Según testigos del hecho, la ambulancia del Servicio Coordinado de Emergencia no tardó en llegar, aunque indicaron que Palomar dejó de existir en el momento de ingresar a la guardia del hospital Central.
En las inmediaciones de la guardia de dicho nosocomio anoche se encontraban consternados entrenadores, profesores, compañeros y dirigentes de la entidad de El Bermejo, quienes manifestaron su solidaridad con los familiares de la víctima que, según indicaron testigos, residía en el barrio Municipal de Las Heras.
Nacido el 24 de setiembre de 1997, Gabriel Juan Palomar había llegado al Club Emplea-dos de Comercio en mayo pasado proveniente del club El Porvenir de Las Heras y, según evidenció el secretario de la Liga Mendocina de Fútbol con los documentos en mano a este medio, tenía su ficha totalmente en regla y con los estudios que solicita la Liga Mendocina de Fútbol a la hora de firmar la solicitud de transferencia: chequeo general médico firmado por el médico de Osecac y el correspondiente electrocardiograma que obligatoriamente debe actualizarse cada seis meses.
La Oficina Fiscal 9 de Guaymallén autorizó anoche a última hora el traslado del cadáver del joven al Cuerpo Médico Forense, donde se le practicará la autopsia que determinará con precisión las causas del deceso. De todas maneras, el diagnóstico preliminar es el comúnmente conocido como “muerte súbita”, que suele presentarse en deportistas que jamás han tenido problemas cardíacos.
¿Qué es la muerte súbita?
Sucede de forma abrupta, en general por causas cardíacas, durante la primera hora del comienzo de los síntomas. Por algún problema cardíaco el nódulo sinusal (encargado de enviar los impulsos eléctricos que provocan los latidos) deja de funcionar de manera regular.
El corazón puede sufrir una fibrilación ventricular, trastorno que impide al corazón bombear sangre normalmente. La fibrilación desarrolla múltiples circuitos de re-entrada, haciendo que los impulsos se vuelvan caóticos y arrítmicos. Puede terminar en un paro cardíaco.
Mientras por estas horas se debate sobre la certeza, exactitud y eficacia de los controles médicos que se practican en la Liga Mendocina, la provincia lamenta el fallecimiento de otro joven deportista.
Suspensión de actividades por duelo
A través de un comunicado oficial, la Liga Mendocina de Fútbol informó anoche que, a raíz del fallecimiento del jugador Gabriel Juan Palomar, la entidad madre resolvió suspender los partidos programados para el próximo fin de semana.
La entidad había suspendido la actividad de Primera división A y B con la intención de programar una doble jornada de divisiones menores e infantiles para el sábado 8, domingo 9 y lunes 10.
“Desde esta entidad nos sentimos totalmente consternados por esta dolorosa pérdida, comprometiéndonos a continuar trabajando por la salud de nuestros jóvenes y niños”, culmina la notificación que hizo llegar la institución a los medios.
Guillermo Zuccatto, Secretario de la Liga Mendocina: "Según los especialistas, este tipo de muerte no se puede prever"
“Este tipo de casos realmente nos dejan sin palabras y es muy difícil explicarlos. Realmente estamos muy preocupados. Desde que sucedió algo similar con el chico de Palmira (Daniel Loyola) hemos tratado de tomar todos los recaudos posibles para evitar esto y estamos en permanente contacto con cardiólogos y deportólogos para saber qué se puede hacer para evitar esto. Hemos traído la parte de los electrocardiogramas al edificio de la Liga, donde se hacen los estudios cada seis meses, pero siempre se llega a la conclusión de que la muerte súbita es algo que no se puede prever o pronosticar. Gabriel tenía los estudios al día, como los cerca de diez mil chicos que están federados por la Liga”.
