No hubo milagro. El líder Talleres (C) llegó a Gutiérrez, hizo su trabajo y se llevó un triunfo, exigido, es cierto, pero que permitió ampliar la ventaja sobre su escolta. El “Celeste” estuvo a tiro del empate pero no alcanzó. Así, sumó su quinto partido sin triunfos. Ay...
Se esperaba que las condiciones sobre cómo jugar las impusiera Talleres por su historia y su condición de líder de la zona. Y así fue. Beraldi y Burgos se repartían la mitad de la cancha y Ereros era punzante con sus corridas.
Gutiérrez se quedó rápido sin un conductor tras la lesión de Nico Arce (ver página 6) y pagó un precio demasiado elevado por sus imprecisiones en la salida. Ese no poder dar destino a la redonda fue dando espacios para el visitante, que dejó en claro su jerarquía y su condición de gran candidato al ascenso.
Velázquez abrió el marcador pasada la media hora y llevó tranquilidad. Gutiérrez, sin reacción, cometió errores que terminaron siendo fatales. Sobre el cierre de la etapa, una mala decisión a la hora de ejecutar un tiro de esquina permitió la corrida en soledad de Barrionuevo y una gran definición ante Aracena.
Era 0-2 y partido liquidado. Sin embargo, el ingreso de Ortiz y el cambio de esquema, dieron otro rumbo al complemento. Talleres decidió retroceder y comenzó a sufrir sin la tenencia del balón. González cayó en el área tras un golpe de López y “Joselito” cambió la pena máxima por gol. Con el 2-1 activado, Gutiérrez decidió seguir con la presión alta (altísima por momentos) y se expuso al contragolpe rival.
Sufrió e hizo sufrir en igual medida y Pucheta casi marca la igualdad
El “Cele”, de a poco, iba armando su propia valija de méritos y el mereciómetro subía las acciones locales y bajaba las de la “T”. Sin embargo no hubo milagro y la racha (maldita) se extendió a cinco partidos sin triunfos. Encima el miércoles se viene Maipú y los hinchas ya expresaron su deseo: “Cueste lo que cueste, esa tarde tenemos que ganar”...