Por Javier Chacón
Otra vez perdió el fútbol. En la previa del clásico entre Gimnasia e Independiente, los hinchas no tuvieron mejor idea que cruzarse con pintadas y hasta una bomba molotov. Una verdadero papelón, que no hace más que darle la razón a la Policía que pidió jugar a las 14.
Si bien no hubo un altercado mano a mano entre los agresores, lo hicieron pintando frases del Lobo en el Gargantini y arrojando una bomba molotov contra el ingreso a la secretaria del Legrotaglie.
Aunque los estúpidos son la minoría, esto no hace más que profundizar la crisis por la que atraviesa nuestro querido fútbol. Así será cada vez más difícil poder jugar partidos con ambas hinchadas y menos un clásico. Una pena, porque la historia de los Independiente-Gimnasia no se lo merece.
Vendrán defensas sin sentido, no hay dudas. Que "esos" no aman al club, que son unos "pocos", etc. Pero lo real es que de una vez por todos en ambos clubes deben ponerse los zapatos de plomo y darles un puntapie a estos inescrupulosos y echarlos de una vez por todas. Que no entren más. Es una cuestión de coraje, y de estado.