El Tribunal Oral Federal de La Rioja condenó ayer a 20 años de prisión al ex jerarca de la dictadura Luciano Benjamín Menéndez, por secuestros y torturas cometidos durante el último régimen militar en las ciudades de Chilecito y Famatina, en 1977.
Así lo informaron fuentes judiciales, que precisaron que las condenas alcanzaron también a otros dos de los siete enjuiciados: los ex gendarmes Eduardo Britos, 15 años de encierro, y Ricardo Torres Daram, 3 años en suspenso.
Los otros cuatro ex gendarmes que se habían sentado en el banquillo -acusados por privación ilegítima de la libertad agravada-, Normando Guillermo Torres, Cándido Aroca, Jorge García, Hernán Pizarro, resultaron absueltos por el "beneficio de la duda", se explicó.
Los jueces José Camilo Nicolás Quiroga Uriburu, Jaime Díaz Gavier y Karina Rosario Perilli ofrecieron a los imputados la posibilidad de expresar sus últimas palabras antes del veredicto.
La Fiscalía había pedido 25 años de cárcel para Menéndez, que entonces ocupaba la comandancia del Tercer Cuerpo de Ejército en Córdoba, y ya arrastra seis condenas a perpetua en otros tantos juicios por crímenes de lesa humanidad.
Para Britos y Torres Daram, los fiscales Horacio Salman y Darío Illanes pidieron condenas de 23 y 12 años de cárcel, respectivamente.
Todas las defensas habían pedido la absolución de sus clientes porque decían que no había evidencias para mantener una acusación que, a su criterio, carece de elementos de convicción.
La causa fue abierta ante las denuncias de siete personas de Famatina sobre privación ilegítima de la libertad y torturas ocurridas en 1977, durante la última dictadura militar, en el escuadrón de Gendarmería de Chilecito.
Se trata de Teresa Elida Robles de Maza, Santiago Nicolás Maza, Rosario Del Valle Manzur, Juana Antonia Manzur, Juan Antonio Leiva, Marcelino Reyes Leiva y Andrés Abelardo Angel. Las víctimas han declarado en el juicio que desconocían por qué los secuestraron y relataron que les preguntaban si eran ""subversivos", si sabían dónde había armas de fuego y qué relación tenían con el entonces obispo de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli.
Menéndez, que siguió las audiencias por videoconferencia, fue encontrado culpable de privación ilegal de la libertad y torturas. Por su parte, el gendarme Britos, condenado por tormentos, había fugado a Paraguay, desde donde fue extraditado por orden judicial.
Entre los festejos de los absueltos y la reacción airada de las víctimas y organismos de derechos humanos presentes en el recinto, finalizó el segundo juicio por delitos de lesa humanidad que se sustanció en La Rioja.
Antes se había juzgado los secuestros, torturas y asesinatos de los sacerdotes de Chamical Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville. Y el próximo 4 de noviembre empezará el juicio por la muerte del ex obispo Angelelli.
