Osteoporosis significa "hueso poroso". Si bien los huesos están en constante cambio y remodelación, en quienes tienen esta enfermedad se evidencia poca formación de hueso, pérdida excesiva o una combinación de ambas cosas. El punto es que esto genera que las personas con osteoporosis tengan un mayor riesgo de fracturas. ¡Por eso es importante prevenirla!.
Normalmente, se trata de una patología que afecta a las personas mayores, especialmente en las mujeres después de la menopausia. Pero puede producirse en hombres y mujeres de todas las edades y también, aunque en menor medida, en niños y jóvenes.
Actuar desde la infancia
La infancia y la adolescencia son etapas muy importantes para el desarrollo del esqueleto. En los niños, las células que forman hueso nuevo trabajan rápido y, como resultado, la estructura de esqueleto aumenta en densidad y fuerza, especialmente cuando se realizan trabajos o actividades con carga de peso o refuerzo. Como dijimos antes, la osteoporosis es poco frecuente en este período. Cuando se produce, por lo general es debido a un trastorno médico o por medicamentos, y se la conoce como "osteoporosis secundaria".
Antes de contarles qué pasa cuando este problema afecta a los más chicos, quisiera que tengan en cuenta algunas informaciones básicas. El pico de masa ósea se produce alrededor de los 30 años. Es importante tener en cuenta que la calidad de hueso acumulada durante la juventud actúa como protección contra la aparición de osteoporosis y fracturas en la edad adulta. En los jóvenes existe un equilibrio entre la cantidad de tejido óseo roto y la cantidad reemplazada. Después, la masa ósea por lo general comienza a declinar. En las mujeres muy lentamente al principio y más rápido luego de la menopausia; en los varones, luego de los 60 años.
La resistencia ósea máxima se alcanza cerca de los 20 años y se estabiliza hasta los 35-40, cuando comienza a aumentar la pérdida natural de hueso, sobre todo si existen factores de riesgo. Si en la primera infancia se logra alcanzar una buena resistencia ósea, entonces se reduce el riesgo de osteoporosis en la edad adulta. La herencia y el estilo de vida -especialmente la cantidad de calcio en la dieta y el nivel de actividad física- influyen en el desarrollo del pico de masa ósea y en la velocidad a la que se pierde hueso más tarde en la vida. Nuestros genes determinan principalmente la altura potencial y la fuerza del esqueleto, pero seguir una buena dieta equilibrada (que contenga alimentos ricos en calcio y vitamina D, proteínas y calorías adecuadas); mantener niveles de hormonas normales; lograr un soporte de peso normal; y fortalecerlo con ejercicio puede ayudar a que los huesos se mantengan sanos. El exceso de ejercicio, de alcohol, la falta de ingesta de calcio, vitamina D y de proteínas pueden, en cambio, dañarlos.
Causas de osteoporosis secundarias en chicos y adolescentes
Es importante prestar atención a ciertas conductas, sobre todo en las chicas jóvenes, para poder prevenir problemas en la adultez. Las adolescentes que no han tenido menstruación por más de 6 meses, tienen mayor riesgo de desarrollar osteopenia (la etapa temprana de la osteoporosis) y/u osteoporosis precoz.
Lo mismo ocurre con el exceso de ejercicio, ya que en las niñas puede disparar reducción de grasa y peso corporal, que se asocian a amenorrea. Las personas con trastornos de la alimentación se encuentran en un aumento significativo del riesgo de osteoporosis. Otras posibles causas a tener en cuenta son ciertos medicamentos (corticoides, utilizados para enfermedades inflamatorias crónicas como artritis o enfermedad de Crohn y asma; antiepilépticos; inmunosupresores para el cáncer o trasplante); dietas bajas en proteínas, grasas, calcio o vitamina D; diabetes; hipertiroidismo, enfermedad renal; inactividad prolongada o inmovilidad; enfermedad celíaca; fibrosis quística; leucemia; hábito de fumar o beber alcohol, entre otras.
Para algunos niños con osteoporosis secundaria, el tratamiento será el de la causa. La buena noticia es que puede prevenirse y tratarse en la mayoría de los casos, pero es fundamental actuar a tiempo. El establecimiento de hábitos alimentarios y de actividad física se establece temprano en la infancia y deben continuarse durante la edad adulta. Si esto no ha sido posible, el foco será trabajar los hábitos.
Nutrición
El 99% del calcio se encuentra en los huesos. Ingresa al organismo a través de los alimentos, fundamentalmente de los lácteos como yogur, leche y queso, y se absorbe a nivel intestinal por la acción facilitadora de la vitamina D. Cuando no se consume la cantidad que necesita el organismo, en especial en niños y adolescentes, el calcio faltante se extrae de los huesos para mantener su nivel normal en sangre. Por eso es tan esencial que todos los niños consuman una cantidad diaria de calcio y vitamina D.
Si bien se encuentra en pequeñas cantidades en otros alimentos, como el brócoli o la soja, las mejores fuentes de calcio son el yogur, la leche y el queso. La cantidad recomendada es de 3 porciones al día. El yogur y la leche contienen 300 mg de calcio por vaso y el queso untable 100 mg. Además, los lácteos aportar grasas de buena calidad y proteínas de alto valor biológico.
¿Cuáles son y cómo podemos cubrir los requerimientos de calcio según la edad?
- 1 -3 años: 500 mg/día (ej: 1 vaso de leche + 1 pote de yogur))
- 4 -8 años: 800 mg/día (ej: dos potes de yogur y un vaso de leche)
- Adolescencia: 1.200 a 1.500 mg/día. (ej: dos vasos de yogur + 1 vaso de leche + 2 fetas de queso)
Aunque los lácteos, algunas mantecas y los aceites de pescado contienen vitamina D, su principal fuente es la luz solar sobre la piel. Esta se puede obtener exponiéndose aproximadamente 15 minutos al sol por día durante los meses de verano. Con eso alcanza y nos cuidamos de no aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Actividad física y juego
Los ejercicios con carga, actividades como caminar, saltar o correr, y deportes de equipo son los mejores para la salud de los huesos. La natación y el ciclismo también son buenos, pero tienen poco efecto debido a que no implican impacto.
Como es mejor prevenir que curar, adquirir ciertos hábitos saludables y una alimentación adecuada desde la infancia es fundamental para asegurar a nuestros hijos un futuro de huesos sanos y fuertes. ¡Hoy es un buen día para empezar!.