“No he sido notificado de nada. Me metieron en una bolsa y me estoy comiendo un escrache que me provoca daño personal y profesional. Jamás cometí una ilegalidad”, aseveró Diego Alfredo Guzzanti, el médico cirujano ex integrante del directorio de la obra social al que se revocó su nombramiento.
La resolución 111 de la OSEP afirma en sus considerandos que “se (le) creó un servicio innecesario que nunca funcionó” y se lo nombró “sin los ocho años de antigüedad necesarios” para acceder a esas funciones.
“Más que mi cargo me preocupa que ahora se diga que no hace falta un servicio para la atención de infartos”, agregó el profesional cuya especialidad es la de desobstruir arterias mediante cateterismos.
En su defensa Guzzanti remarcó que “hubo una resolución del directorio que dispuso la creación del servicio de Asistencia Médica Intervencionista en el Hospital del Carmen lo que nunca se cumplió”, apuntando a los directores pasados y actuales del nosocomio.
Remarcó la necesidad de que el hospital de la OSEP cuente con ese servicio para la atención de urgencias en pacientes vasculares o con infarto de miocardio y para revascularizar pacientes de pie diabético a fin de evitar amputaciones.
“No se puede desmantelar a un hospital y pretender convertirlo en un dispensario o en un centro de salud que no cuente con servicios de hemodinamia, unidad coronaria ni traumatología, donde acaban de renunciar dos profesionales”, disparó.
A “la defensa de mi imagen” sumó la de la gestión anterior de la obra social de la que destacó la creación de centros odontológico, pediátrico y obstétrico “más grande del país” más la incorporación de dos ambulancias y un tomógrafo en el Carmen. “Pero ahora me dicen que van a cortar todo esto”.
Guzzanti afirmó que “nunca cobré por el cargo y son muchos los testigos de que debía atender emergencias porque me llamaban cada vez que los (efectores) privados no contestaban el teléfono...”.