Cada vez que vuelve a Mendoza, Oscar Giunta vuelve también a su vieja casa de San José (Guaymallén). Vuelve a la misma pieza en donde creció; es decir, donde empezó su devoción por la música.
Es sabida la anécdota de que su primera batería fue un juego de ollas y cubiertos, porque a esa edad un instrumento verdadero cobraba las dimensiones de una nave espacial.
No dudó: cuando creció, aprendió a "conducirla" y ahora él es de esos que, pese a haber triunfado en lo que hace a un nivel internacional, no deja de volver a sus orígenes.
Desde su debut a la escasa edad de 7 años en la tevé (en Canal 11 de Buenos Aires) ha tocado con todos, y todos han querido también tocar con él: desde Malosetti a Herbie Hancock, además de haber girado o grabado con gigantes como Luis Salinas o Paquito De Rivera, y muchos jazzeros argentinos, ambiente donde es alabado. Es el mejor batero de la Argentina, aseguran otros.
“La posibilidad de venir seguido, para mí, es algo mucho más amplio que un concierto: es toda una filosofía. Es la posibilidad de encontrarme con mi lugar, con la gente de mi lugar y conmigo mismo también, porque cada vez que vengo me encuentro con ese niño que empezó a tocar”, confiesa al teléfono.
Pero digamos más: esta nueva visita, que se inauguró el viernes pasado e incluyó una escapada a San Juan, trae una importante novedad para todos nosotros. Hoy se enchufará en el Estudio Fader para registrar disco y DVD, junto a un ensamble que descubrió acá en Mendoza y con el que ya ha tenido sus buenas zapadas.
Lo forma junto al reconocido Bernardo Monk (saxofón), Agustín Leal (guitarra) y Diego Álvarez (bajo Leones y Galaxias). Esta grabación será abierta al público y podrán asistir todos los que previamente adquieran una entrada comunicándose al 156-804421.
Pero además, acaba de llegar de una larga gira de un mes por toda Ucrania y Turquía. Allí tocó como invitado con el grupo JazzUA, una colaboración que fusiona estilos y que estuvo patrocinada por la propia embajada Argentina en Ucrania.
“El jazz es un mundo amplio y que permite muchas miradas, sin dudas”, asegura él.
-¿Creés que estás en tu mejor momento?
-Creo que estoy en un gran momento, pero no sé si es el mejor. Y no lo digo mirando al pasado, sino mirando al futuro. Prefiero pensar que se viene siempre algo más lindo, más grande. Pero no me refiero a la pomposidad, sino a desafíos, a estar alerta y siempre enfocado en la felicidad de hacer música, que es a lo que vine a esta vida.
Y espero que muchas de esas cosas nuevas empiecen a surgir con Oscar Giunta Supertrio y con JazzUA. Estos dos proyectos me tienen muy enchufado y laburando a pleno. Sí estoy, digamos, en un momento en el que hay una gran perspectiva de cosas en el exterior.
Es que, luego de esta visita, Giunta ya tiene lista una gira por Chile junto a su formación estable, Oscar Giunta Supertrio. Pero la cosa no queda ahí, puesto que ya está craneando lo que será su álbum solista.
Y lo grabará en Estados Unidos, en el marco de una gira que lo llevará en abril y mayo a Wisconsin, Chicago, Los Ángeles y Nueva York. El lugar elegido para inmortalizar su percusión son los estudios Bacquè Recording NY, bajo la pericia técnica de Luis Bacquè.
“La idea es dejar plasmada la música que vengo tocando en los últimos años, algunas de las cuales se escucharon en las reiteradas visitas a Mendoza. Es una asignatura pendiente que tengo conmigo mismo y también con mucha gente que me ha pedido que deje registro de esto”, reconoce.
-¿Qué te llevás de estas visitas? ¿Te sorprende la escena local?
-Todo este tiempo que llevo viniendo me ha dado recuerdos inmensamente felices. Y no solo del ámbito del jazz, sino de músicos del rock, incluso de raíz más folclórica. He ido a peñas y es espectacular el nivel de guitarristas y cantantes en la música cuyana actual. Son alucinantes. Siempre tuvo un desarrollo armónico y melódico de alto nivel, a partir de la movida antológica de Los Trovadores de Cuyo, pero ahora se ha sumado que los músicos del folclore tienen contacto con músicos de otros palos como el rock. Veo un crecimiento muy groso, no solamente en cuanto a la “performance” instrumental sino también al ímpetu y el empuje que tienen para llevar adelante sus proyectos. Y la gente ha empezado a responder también de manera más fuerte.
-Uno sin lo otro no existe...
-Y creo que es una gran contribución lo que se hace desde organismos oficiales también, como Jazz en el Lago o el San Vicente Jazz, que son un punto de referencia fuerte no solo para los músicos, que los obliga a perpetuar y mejorar sus propuestas, sino que a la gente también le posibilita un encuentro regular con este género y con los artistas locales, que siempre son los que sostienen las movidas.
Siempre sostuve que Mendoza está en un punto geográfico privilegiado: no solamente en cuanto al paisaje, que daría para hacer muchos eventos musicales en cualquier punto de la provincia, sino también que es un puente, una conexión, entre Chile y Buenos Aires.
-¿Qué pensás de eso?
-Eso Mendoza lo tiene que ver y que explotar, porque va a hacer que haya mucho más movimiento artístico circulando. Y, si se quiere ver desde el punto de vista turístico o empresarial, también le generaría una gran cantidad de ingresos. Digamos que no solo tiene todo para volar alto artísticamente, sino que también tiene una situación geográfica privilegiada. Mi idea es contribuir con un granito de arena.
-En relación a la música: ¿qué es lo último que descubriste y que te haya sorprendido, obsesionado?
-Hay muchos músicos de distintos ámbitos que me vuelan la peluca. Hay algunos que conozco mucho más que a otros, y aunque algunas propuestas no han cambiado a lo largo del tiempo, lo cierto es que son clásicos y siempre es precioso escucharlos y aprender de ellos. Con el tiempo han surgido otros músicos que creo que aportan cosas realmente nuevas.
Uno que me sorprende mucho es el pianista armenio Tigran Hamasyan. No diría que es una música nueva, porque la música armenia tiene una tradición de cientos de años, y la difusión siempre tiene que ver con los imperios culturales (o sea: hay música del mundo que solo conocemos a través de la industria, como muchos que conocieron la música hindú a través de Los Beatles).
Esta música es mucho más que un hecho pintoresco: hay que adentrarse. Yo, a partir de escuchar su fusión, empecé a indagar en la música folclórica armenia y es un mundo maravilloso.