Jueves 12 de abril de 2001. Un equipo juvenil de Independiente Rivadavia, capitaneado por algún que otro experimentado como el Gato Ré y Carlos Paratore, pone la cara ante la adversidad. Es la última fecha de la temporada 2000/2001 de la B Nacional y ellos, la mayoría con caras de nene, salen al campo de juego de Instituto a cumplir con el compromiso que los profesionales decidieron no afrontar por falta de pago.
Están, entre otros, Carlos Azcurra, “Pipi” Araujo, Iván Marcolini, Adolfo Arce y Miguel Guerra. Sin embargo, en las tinieblas de la oscura situación, “brilla un Lucero”. Sí, Oscar Adrián, un chico categoría '84 (apenas 16 años) que sorprende a propios y extraños marcando el 1-1 parcial y se emociona hasta las lágrimas porque en sus venas fluye sangre azul. Pese al 1-4 final, es el chico de la tapa. Y al poco tiempo, la otra Lepra, la de Rosario, lo capta para pulirlo en su inagotable fábrica de talentos.
“Tengo un recuerdo imborrable de aquel día. Perdimos, pero hice el gol y no sabía ni cómo festejarlo. Ese partido me marcó para el resto de mi carrera porque después en Newell's me enteré que el técnico de Instituto era el “Tata” Martino y supuestamente me había recomendado”, recuerda Lucero con su tono de voz claro del otro lado del teléfono desde la tranquilidad de apacible ciudad de Xánthi, un poblado ubicado al norte de Grecia.
-En la Lepra mendocina eras volante central. ¿Quién te puso de volante por izquierda?
-El Tolo Gallego, en Newell's. El día que debuté frente a Quilmes me puso por izquierda, anduve bien y hasta me hicieron un penal. Era la primera citación con el equipo (NdR: el Bambino Veira lo había promovido al plantel superior) y decidió ponerme de titular.
-¿Racing marcó un antes y un después en tu carrera?
-Sí, ni hablar. Todo jugador que pasa por ahí adquiere un gran cariño por la camiseta. Cuando llegué, Racing venía de salvarse del descenso en la promoción e hicimos una muy buena campaña. Estuvimos en descenso directo mucho tiempo, pero sacamos 31 puntos y terminamos cuartos. Creo que fue mi mejor momento. Hoy me pone contento por la situación en la que está.
-¿En qué barrio creciste?
-En el 8 de Mayo, en Las Heras. Ahí nací, crecí y viví hasta que me fui a Rosario.
-Dicen que eras muy exigente.
-Ese debe haber sido mi hermano, Cristian, je. Sí, la verdad que era feliz jugando al fútbol y me gustaba entrenar y jugar con los amigos del barrio en la canchita de siete. Soy tres años mayor que mi hermano y la típica era jugar enfrentados para generar cierta 'pica'. Él era muy habilidoso y le gustaba gambetear. Cuando volvíamos a mi casa, mi mamá me retaba le daba alguna patadita de más, je.
-¿Los seguís al 'Torito'?
-Sí, totalmente. Con Cristian hablamos casi todas las semanas de fútbol y de la vida. Estoy muy contento porque ahora le está yendo bien y porque sé que está feliz en el lugar donde está.
-¿Cómo llegaste al fútbol griego?
-Cuando estaba en Racing había tenido la oportunidad, pero no quise venir porque Racing estaba por comprarme el pase. Así fue, en 2009 adquirieron mi pase y me quedé hasta 2011. En 2012, después de Olimpo de Bahía Blanca, a través de mi representante (Darío Decoud) salió otra vez la chance y junto a mi familia tomamos la decisión de abrir esta puerta.
-¿Mejoró la situación?
-Sí, se está acomodando de la 'crisis'. La economía se ajustó un poco, antes se pagaba mejor y todo era más barato. Además, cuesta un poco más conseguir trabajo y los salarios han bajado. Igual, es un país que está bien y el club donde estoy es seguro, pagan todos los meses.
-¿Te gusta el país?
-Sí, me gusta mucho. En el colegio me apasionaba historia y de las que más aprendíamos eran de Grecia y Roma. En el primer semestre del año tuve la oportunidad de vivir en Atenas y conocí lugares históricos increíbles como el Partenón o el primer estadio olímpico.
-¿Lo que más te sorprendió?
-La mezcla que tiene la ciudad de lo antiguo con lo moderno y la forma de vivir de la gente, que es muy tranquila y relajada. En los lugares que me ha tocado estar, el griego es muy atento y amigable.
-¿Por la calle te reconocen?
-Sí, la verdad que en lo futbolístico están yendo las cosas bien y la gente me reconoce. Pero más allá de saludarte, no pasa. Es raro que alguien venga a charlar o a pedir fotos o autógrafos. En general, eso se ve únicamente en la cancha.
-¿Cómo te llevás con el idioma?
-Ahora bien, al principio me costó muchísimo. Fue un cambio grande, pero de a poco lo fui aprendiendo. Cuando llegué al Panthrakikos lo tenía a Juan Munafo (NdR: futbolista mendocino que actualmente se desempeña en el Asteras Trípoli de Grecia), a quién le preguntaba todo. Y si bien ahora no hablo perfecto, puedo mantener una conversación. En Chipre también se habla griego y eso me benefició. De todos modos, trato de hablar más en inglés porque aquí lo hablan todos.
-¿Hace mucho no venís a Mendoza?
-Un año y medio. Con el nacimiento de la nena en abril, no pudimos ir. Ahora no puedo ir porque en Navidad nos dan sólo 5 días de descanso. Pero ni bien termine el torneo el año que viene, nos vamos rápido a Argentina.
-¿Te dan ganas de volver?
-Sí, a veces se extraña mucho y querés tomarte un avión y pegarte la vuelta. Igual, acá estamos cómodos. Nos gusta la forma de vida, mi hijo tiene seis años y va al colegio de Inglés, habla el idioma mejor que nosotros y nos enseña. No reniega de estar acá, tiene sus compañeros. Sabemos cómo se vive el día a día allá, tenemos nuestras familias, y por ahí si podemos estar un par de años acá, sería mejor.
-¿Qué es lo que más te duele de la situación en Argentina?
-La forma en que se vive. La inseguridad es un tema insostenible y el máximo temor es que a algún familiar o amigo le pase algo.
-¿Qué opinas del gobierno?
-De que pareciera que no pasa nada. Hay inflación, hay inseguridad, pero tratan de negarlo. Lo que más molesta es la forma en la que los políticos se toman las cosas, que sean tan frívolos es indolentes.
-Está claro que eso en Grecia no pasa…
-No, acá no existe la exposición pública de los políticos. La forma de pensar y de proceder es muy distinta, más relajada. Se manifiestan, pero lo hacen pacíficamente y sin destruir nada ni perjudicar a nadie.
Algo personal
Oscar Adrián Lucero
Fecha y lugar de nacimiento: 16/08/1984, en Las Heras (Mendoza).
Edad: 30 años.
Puesto: volante izquierdo o central.
Altura: 1,78 mts.
Peso: 68 kg
Debut en la B Nacional: 21/02/2001 en Atlético Rafaela 1 - Independiente Rivadavia 2. El DT de los Azules era Pedro Marchetta.
Debut en Primera División: 07/03/2004 en Quilmes 3 - Newell's 3.
Trayectoria: Independiente Rivadavia (2001), Newell's Old Boys (2004-2008), Racing Club (2008-2011), Olimpo de Bahía Blanca (2011-2012), Panthrakikos de Grecia (2012-2013), AEK Larnaca de Chipre (2013), Apollon Smyrnis de Grecia (2014) y Skoda Xanthi (2014-).
Familia: Esposa: Valeria. Hijos: Benjamín (6 años), Emilia (7 meses y medio). Padres: Oscar y Liliana. Hermanos: Cristian y Julieta.
Hincha de: Independiente Rivadavia y River Plate.