Daniel Orsanic, capitán argentino de Copa Davis, espera contar con la “jerarquía” del tandilense Juan Martín Del Potro para la serie de cuartos de final ante Italia, después de su auspicioso regreso al circuito, y sueña con levantar la Ensaladera de Plata, pero anhela dejar un legado al tenis argentino que trascienda a un resultado.
En el corazón del Cenard, donde funciona el centro nacional de desarrollo de la AAT, Orsanic confió que espera contar con Del Potro porque “si tiene continuidad y está bien es el mejor jugador”, pero pidió “bajar la ansiedad” debido a que recién jugará en Miami su segundo torneo consecutivo tras casi un año de inactividad.
“Es indudable que si Juan Martín tiene continuidad y está bien es nuestro mejor jugador, pero yo opto por esperar a la continuidad. Más allá de la expectativa que él genera volviendo a una cancha, yo prefiero esperar a que logre ritmo y a partir de ahí poder sentarme a hablar con él de la Davis”, dijo Orsanic.
Del Potro aún no pudo jugar durante la capitanía de Orsanic, pero el también director de desarrollo de la AAT remarcó que el tandilense "empuja siempre con el equipo y apoya a los que les toca estar".
“Lo vive con nosotros. Nos acompañó en alguna serie y con mensajes o saludos en otras. Yo lo siento adentro del equipo”, agregó el capitán, que habla pausado, midiendo cada palabra porque, como enfatizó en varios momentos de la entrevista, se preocupa mucho “por las formas”.
Después de presenciar en Neuquén un torneo de menores, Orsanic volará hacia Miami para ver de cerca la evolución de Del Potro y las actuaciones del resto de los jugadores argentinos en el segundo Masters 1000 del año.
“Tenés que tener mucha jerarquía para hacer lo que hace él. Será (en Miami) el segundo torneo seguido y hace mucho que no puede hacer eso, y es muy importante por su entusiasmo y su confianza”, destacó.
El equipo argentino enfrentará a Italia desde el 15 al 17 de julio y la presencia de Del Potro elevaría considerablemente las chances de ganarle al muy duro conjunto que lidera Fabio Fognini.
Orsanic tiene claro que si es el capitán del equipo que gane por primera vez la Copa Davis quedará en la historia grande del tenis argentino, pero su anhelo trasciende a un resultado y tiene como protagonistas a los jóvenes que dan sus primeros pasos en el deporte.
“Hay distintas formas de dejar un legado o quedar en la historia. Estuve en el (torneo) Grado 1 sub12 de Pinamar y le veía las caras a los chicos, que confíen en uno, acompañarlos, eso para mi es increíble”, enfatizó el capitán argentino, que se prestó al diálogo con DyN en el bar del Cenard, durante el mediodía, mientras almorzaban casi un centenar de deportistas que representan al país.
Para él, “lo otro, soñar con un resultado esperado, es una obviedad” y “todos” lo buscan. Sentado con las piernas cruzadas y las manos sobre la mesa, Orsanic pensó cada palabra porque sostiene que “las maneras” de transmitir una idea son claves para que el mensaje llegue como él quiere a sus interlocutores. Sabe Orsanic que tiene un perfil de “docente” que lo vuelve diferente a otros entrenadores. Habló de “valores” y “respeto” en todo momento y aseguró que eso lo transmite por igual a niños de 8 años o a los jugadores del equipo argentino.
Buena parte de ese sello lo heredó de su padre, Branko Orsanic, uno de los primeros profesores de tenis en el país y a quien definió como “un docente de alma”.
Es en la historia de su padre, quien llegó al país tras emigrar de la ex Yugoslavia por cuestiones de seguridad, que cobran aún más sentido las palabras medidas de Orsanic. El tenis fue para su padre una salida laboral y se convirtió en un legado para él, que hace un culto de las formas y anhela transmitir “respeto y valores” a los más chicos, pero también sueña con ganar la Davis.