La formación australiana Orica ganó la cuarta etapa del Tour de Francia, una contrarreloj (por equipos) de 25 kilómetros que se disputó en Niza y tras la cual su jefe de filas, Simon Gerrans, se convirtió en nuevo líder de la prueba.
El australiano Gerrans había sido el ganador de la etapa del día previo, con meta en Calvi, confirmando su gran nivel en el inicio de la competición.
“¡Esto es realmente una victoria de equipo! Igual que en la etapa precedente. Somos una banda de amigos, nos conocemos hace mucho tiempo. Cada uno se entregó al cien por ciento y la recompensa fue la victoria y la camiseta amarilla”, dijo Gerrans.
“No lo esperábamos. No éramos los favoritos pero sabía que teníamos corredores muy fuertes, potentes. Ahora vamos a intentar defender la casaca de líder”, agregó.
Orica terminó por delante de Omega Pharma, segundo, y de Sky, tercero, gran favorito para la etapa y formación del británico Chris Froome, a juicio de muchos el hombre más fuerte en esta centenaria edición de la carrera francesa.
Sólo 0,75 segundos fue lo que separó al ganador de la etapa del Omega Pharma, liderado por el francés Sylvain Chavanel y el alemán Tony Martin, campeón del mundo de contrarreloj individual. Sky se quedó a tres segundos.
El equipo Saxo, con el español Alberto Contador, que aspira a lograr su tercer Tour (ganó en 2007 y 2009), terminó cuarto, por lo que el madrileño sólo cede seis segundos ante Froome en la clasificación general.
“Fue una buena etapa para nosotros. Claro que era mejor terminar delante de nuestros rivales, pero si miramos la clasificación general, esa brecha de 5, 6 ó 10 segundos (6 sobre Froome), nos mantiene en carrera”, afirmó el ciclista de Pinto.
“Estoy contento porque el equipo se entregó al cien por ciento, trabajando en conjunto. Eso es lo más importante. Ya hicimos cuatro etapas y me siento cada día mejor. Mi objetivo es llegar en condición perfecta antes de los Pirineos”, añadió el español.
El Garmin del canadiense Ryder Hesjedal, uno de los equipos que optaban a la victoria de etapa, decepcionó y finalizó 16º, a 17 segundos del Orica.
Las diferencias, en general muy pequeñas, fueron una buena noticia para los escaladores de la carrera. De esta forma el español Joaquim Rodríguez, del Katusha, sólo cedió 25 segundos frente a Froome, gran referencia este año.
“Es bueno no tener el maillot amarillo”, estimó Froome. “No hay frustración. Si hubiéramos obtenido el liderazgo, hubiera sido por algunos segundos y eso nos hubiera obligado a hacer esfuerzos para defenderlo”, analizó el británico.
Peor les fue a los franceses, con Thibaut Pinaut (FDJ) a 39 segundos de Froome, y Pierre Rolland (Europcar) a 1 minuto y 10 segundos del británico.
El equipo Orica fraguó su victoria marcando una velocidad media cercana a los 58 kilómetros por hora, batiendo de esta forma el récord que había logrado el Discovery Channel en 2005, cuando marcharon a 57,320 kilómetros por hora durante 67,5 kilómetros (entre Tour y Blois), con el estadounidense Lance Armstrong al frente de la formación.
Además de Gerrans, gran protagonista en este comienzo del Tour con una victoria de etapa y el jersey amarillo, otros cinco australianos forman parte del equipo: Simon Clarke, Matt Goss, Brett Lancaster, Cameron Meyer y Stuart O'Grady.