Los nativos digitales, que nacieron entre 1980 y 2000, tienen muy en claro sus gustos y necesidades. Y las demandan con más exigencias que las generaciones anteriores. Entre estas preferencias se encuentran los hábitos alimentarios: piden más alimentos orgánicos libres de químicos, sin conservantes, comidas más sanas, semillas y granos.
Esto se condice con los datos de la encuesta nacional de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y de la consultora Voices!, aunque todavía se ven algunos datos aún preocupantes como el poco control personal sobre ingesta de sal, de azúcar y de grasas.
Diego Sívori, director de la licenciatura en Nutrición de la UADE, califica el escenario alimenticio como ambivalente. "El incremento del 20% del consumo de productos orgánicos puede tener causas diversas. Por un lado, una mayor necesidad por conocer lo que se come. Hay muchos canales nuevos de información y quienes siguen estas tendencias quizás estén seduciendo a otros. Además, las dietéticas están en un momento de auge y gente que no iba a esos comercios quizás ahora lo haga", detalla.
La tendencia histórica muestra que la mayoría de estos hábitos se han afianzado entre los argentinos a lo largo de los últimos casi cinco años, especialmente el consumo de productos orgánicos que asciende del 26% al 46% entre 2015 y 2019, estar atentos a los nuevos productos alimenticios que ayuden a mantener una dieta saludable (que pasa del 33% al 44%) y el consumo de productos de bajas calorías (41% a 49% respectivamente).
"Con nuestros padres era diferente. Hoy, soy yo la que aconseja y sugiere sobre hábitos saludables a mis padres, y lo mismo sucede con mis hijos, quienes ya crecen con la conciencia de lo sano, lo responsable y del cuidado del medio ambiente, lo que es fundamental; porque las nuevas generaciones ya no tienen opción más que ser responsables de lo que provocamos en el mundo, y en nuestra salud", remarca a Clarín, Romina Polnoroff, creadora de MamaSana, mamá de tres hijos que se alimentan saludablemente y parte de una comunidad de más de 190 mil madres que quieren lo mismo para su familia.
La influencer millennial y autora del libro "Las Mejores Recetas de MamaSana" cuenta que desde chica se alimento saludablemente. "Siempre supe que era lo que quería para mi vida y para la de mi familia. No es fácil, pero se puede. El cambio se ve, se nota. Y, por suerte, cada vez es más la gente que empieza a interiorizarse en este tema y comienza a tomar conciencia de lo importante que es ingerir alimentos saludables, menos procesados y orgánicos. No es una moda, es una forma de vida", indica por mail a Los Andes.
Los números
Al indagar sobre hábitos específicos en la alimentación de los argentinos, 83% aseveró consumir con frecuencia frutas y verduras, afirmación que aumenta a medida que se eleva la edad de los encuestados (78% entre los que tienen entre 16 y 29 años contra 81% entre los que tienen entre 30 y 49 años y 91% entre quienes tienen más de 50 años) y a medida que se asciende en la escala sociodemográfica (82% entre la población de nivel bajo, 84% en el nivel medio y 87% en el nivel más alto).
Por su parte, en menor proporción, 73% afirmó preferir los alimentos frescos, orgánicos y/o poco procesados, guarismo que también encontró mayor número de menciones entre los habitantes de mayor edad (82% entre los mayores de 50 años contra 68% de quienes poseen entre 16 a 29 años) y los de mayor nivel socioeconómico (81% en nivel alto vs. 73% en el nivel más bajo de la escala). Asimismo, esta afirmación también fue mayor entre los residentes de la Ciudad de Buenos Aires (80%) y entre los habitantes de mayor nivel educativo (82% de quienes cuentan con educación superior).
Por otro lado, 44% de los encuestados aseguraron incorporar semillas en su dieta siempre que pueden. A diferencia de otras, esta práctica encuentra grandes variaciones entre los distintos grupos sociodemográficos. Casi la mitad de las mujeres (49%) dicen practicar este hábito, frente a un 38% de los hombres.
Al indagar sobre algunas prácticas comunes a la hora de mantener una alimentación saludable en el último año, el panorama fue variado, siendo algunas de ellas adecuadas y otras deficientes según el tipo de hábito consultado.
Más de 80% de los encuestados aseguran leer el vencimiento de los productos antes de realizar las compras o antes de consumirlos. Por su parte, la mitad (50%) afirma leer las etiquetas de los productos para ver la lista de ingredientes. Esta práctica es más frecuente en los jóvenes hasta 30 años que entre los adultos de más de 50 años (56% vs. 42% respectivamente).
La comparación de estos resultados con los datos de hace cinco años da una diferencia positiva: “estar atentos a los nuevos productos saludables” creció 11 puntos; “consumir productos de bajas calorías” tuvo un alza de 8 puntos; “leer el vencimiento de los productos” tuvo un incremento de 7 puntos al igual que el habito de “controlar el peso”; “controlar la grasa que ingiere en sus comidas”, “leer la lista de ingredientes de los productos” y “controlar su colesterol” también evolucionaron (5, 3 y 1 punto positivos respectivamente).
"La base de llevar un estilo de vida saludable es la organización. Es mucho más fácil cocinar sano si tenés en tu casa todo lo que necesitás. Es una manera de comer cada día mejor, porque siempre habrá opciones ricas, saludables y sencillas para hacer con los ingredientes a mano. No hace falta transformarse de un día para el otro, la clave está en ir de a poco, probando, curioseando, inventando, condimentando sin desconfianza. Si tenés chicos, lo ideal es mostrarles las verduras, cocinar con ellos, ir enseñándoles lo que les hace bien", sugiere Romina, que con su equipo está trabajando en un nuevo proyecto: Casa MamaSana, un espacio privado donde planea desarrollar diversas actividades como talleres de cocina, presentaciones, eventos, entre otras.