Orfila, más que el nombre de un vino

Alejandro Orfila gobernó nuestra provincia desde 1926 a 1928. Su gestión se destacó por el impulso a la actividad vitivinícola. Además, inauguró el Pasaje San Martín.

Orfila, más que el nombre de un vino

Muy poco se conoce sobre la vida y el gobierno de Alejandro Orfila, quien dirigió los destinos de esta provincia desde 1926 a 1928 en momentos políticos bastante turbios para la vida democrática de nuestro país.

La intervención de las provincias por el gobierno nacional era, en aquellos tiempos, moneda corriente.

Luego de renunciar a su mandato, este empresario del vino se radicó en Buenos Aires y se dedicó a las letras como periodista y ensayista.

Bodeguero, abogado y escritor

Alejandro Orfila nació en Mendoza el 27 de febrero de 1894. Era hijo del español José Orfila y de la mendocina Olimpia Infante. Estudió en Buenos Aires y se recibió de abogado para regresar a su provincia natal.

Aquí, se convirtió en un gran propulsor de la actividad vitivinícola, con visión de futuro. Fue uno de los primeros empresarios que apuntó a que sus vinos tuvieran gran calidad en el mercado y desarrolló la exportación de ese producto a diferentes países del mundo.

Se afilió a la Unión Cívica Radical, donde militó por muchos años y ocupó la banca de diputado y senador provincial. Entre otras actividades presidió el Colegio de Abogados de Mendoza. También fue un prolífico escritor y periodista.

Publicó varios ensayos; entre sus títulos figuran: "Preparemos el mejoramiento material y espiritual de los argentinos", "Deberes de los partidos políticos", "La tradición internacional en la Argentina", "La planificación democrática se abre camino" y "Rol económico y social de la industria  vitivinícola".

En las páginas de Los Andes, publicó interesantes artículos de corte político, económico y social.

Murió en Buenos Aires, el 11 de diciembre de 1958. Sus restos fueron trasladados en avión a Mendoza para luego ser inhumados en el Cementerio de la Capital.

Avances en la obra pública

Tras la función de legislador provincial y alineado en las filas del lencinismo, Orfila fue elegido gobernador. El 6 de febrero de 1926 asumió la función acompañado por su vice Carlos Saá Zarandón.

Durante su gestión se realizaron importantes avances en la obra pública, especialmente en los servicios de agua y alumbrado.

En salud, construyó la nueva sede de la Asistencia Pública, ubicada en calle San Martín y General Paz.

En el orden educativo, gracias a un empréstito realizado por los bodegueros, se pudo pagar la deuda que la provincia tenía con los docentes. En el tema cultural, su obra se destacó al inaugurar el Museo Provincial de Bellas Artes.

El 4 de mayo de 1927, se eligió el anteproyecto del nuevo Palacio de Gobierno propuesto por Orfila. Fue denominado "diamante", obra del arquitecto Pablo Pater y el ingeniero Alberto Morea. El día 25 de mayo de ese año, en el centro de la plaza Independencia, quedó inaugurada la piedra fundamental para su construcción. Meses después se llamó a licitación y la empresa F.N. Schmitd y compañía fue la adjudicataria. Sin embargo, la edificación de la casa gubernamental en la plaza quedó interrumpida.

Por problemas políticos con la presidencia de la Nación, el gobierno de Orfila, sin fundamentación alguna,  fue intervenido por el Poder Ejecutivo Nacional, en octubre de 1928. Y el 11 de diciembre asumió el interventor federal Carlos Borsani. Fue el último gobernador de tendencia lencinista.


Un ícono que nació con su mandato

El 11 de noviembre de 1926 quedó inaugurado el Pasaje San Martín, ubicado en el corazón de nuestra Capital.

Su diseño y construcción, reconocidos a nivel internacional, fueron idea del bodeguero Miguel Escorihuela Gascón, aunque quienes lo llevaron a la práctica fueron los ingenieros Ludovig Froude y Edmundo Romero.

Edificado en base a hormigón, material que entonces no era muy explotado en la arquitectura local, fue la primera construcción de departamentos antisísmica de la provincia y la más alta conocida hasta el momento: siete pisos que terminan en una imponente cúpula en mansarda. Otra característica es su galería en planta baja, repleta desde su inauguración de comercios, más las oficinas y viviendas en los pisos altos.

El empresario Escorihuela trajo desde Europa los mejores materiales en cuanto a calidad y diseño: las cañerías y los tabiques divisorios son originarios de Inglaterra, mientras que los vitrales y los mármoles fueron traídos de Francia.

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