Pese a algunas divergencias sobre evolución de la superficie cultivada y el impacto del clima en el volumen de producción, hay un par de datos que parecen incontrastables, y que evidencian las dificultades del estrato mayoritario de productores de orégano en Mendoza: esta última temporada hubo una fuerte caída en la oferta de producto de calidad comercial como consecuencia del deterioro producido por exceso de humedad, por lo que los precios siguen muy retrasados.
Mientras que desde organismos técnicos se relativiza el impacto climático sufrido por los cultivos en el ciclo 2015-2016, desde una parte del sector productivo se advierte que los daños han sido tan relevantes que han dejado la oferta de orégano de primera muy por debajo de la producción potencial.
En efecto, por un lado, Pablo Bauzá, referente regional del INTA en este cultivo, señaló que “la cosecha no ha sido de las mejores, pero es buena. No hemos tenido graves inconvenientes”. Recordó que “octubre estuvo frío y el cultivo demoró en arrancar”, y apuntó que, a pesar de que llovió mucho más que lo habitual en los últimos meses del año pasado, “la gente fue cuidadosa, estaba prevenida y aprovechó las pocas ventanas que tuvo para cosechar, intentando evitar el deterioro del producto por las lluvias”.
Otra lectura es la de Roberto Aldecua, presidente de la Cooperativa Aromáticas Sancarlinas -la zona de producción más importante del país-. El productor valletano comentó que, “desde lo productivo, este año no hemos tenido un buen rendimiento”. Señaló que “con tanta lluvia, la calidad ha bajado mucho, el orégano no ha salido totalmente verde, tiene algunas manchas y por lo tanto pesa muy poco”. Precisó que “una bolsa que el año pasado la sacábamos con 10 kilos, este año está pesando 7 kilos o 7 kilos y medio”.
Aseguró que el problema se dio de manera generalizada en todo el Valle de Uco, y aclaró que ocurrió “no sólo en el orégano, porque el mismo problema de rendimiento lo han tenido la uva, el zapallo, el tomate. Es increíble lo que ha mermado todo”.
Aldecua recordó que “al orégano le costó arrancar en la primavera, pero vino muy bien en noviembre-diciembre, que fue cuando empezaron las lluvias”. En ese momento “comenzó el deterioro de las plantas, se fueron secando y se perdieron muchas; no sabemos si a causa de un hongo”, comentó el productor.
Ahora “ha vuelto a brotar una parte, pero otra muy importante está para rastrear y volver a plantar”. Apuntó que “hay chacareros a los que prácticamente no les han quedado champas”. Concluyó que “las pérdidas han sido por lo menos del 30%”.
En realidad, no está claro si el problema de la pérdida de plantas ocurrió en toda la región. Porque Miguel Ramírez, de la Cooperativa Aromáticas Tres Esquinas (otro distrito sancarlino), dijo no tener registro de ese problema en su zona. Cree que eso puede haber ocurrido en “tierras que están más usadas”.
De todos modos, ratificó que se perdió mucha producción en términos de volumen y calidad, “porque con el clima que tuvimos no se podía cortar, el orégano se pasaba en la planta, y cuando eso ocurre se empieza a manchar hasta que se pone negro”.
Señaló que en su zona “desde octubre ha estado lloviendo todas las semanas”. Por eso, “el orégano se ha manchado en la planta y en la parva, después de cosechado. Resumió que “este año hubo muy poco porcentaje de orégano bueno, los compradores -que son los que llevan las estadísticas- dicen que fue más o menos del 20%”.
Precios estancados
Hay coincidencia, por otra parte, en que los precios del orégano al productor se mantienen estancados, aunque los datos varían.
Miguel Ramírez aseguró que "hace 4 o 5 años está al mismo precio". Apuntó que este año, "por un orégano bueno, trillado, el acopiador pagaba hasta $ 23 el kilo, de ahí para abajo - $ 18 hasta $ 15-, dependiendo de la calidad". Aclaró que "un orégano limpio vale más, pero nosotros todavía no podemos hacerlo en la cooperativa".
Pablo Bauzá indicó, en tanto, que “hace más de 4 años que prácticamente no sube el precio” y dijo tener referencia de “unos $ 30 por kilo de orégano terminado de primera”.
Pero “tiene que ser un producto excelente y, por otro lado, el chacarero no tiene que tener deuda con ninguno de los acopiadores de la zona”. Es decir que “si el orégano tiene manchas se castiga en el precio, y si hay deudas con el acopiador (por eventuales adelantos de dinero al agricultor), él es quien pone el precio, y han estado pagando alrededor de 23 pesos el kilo”.
Advirtió, por otra parte, que “hay mucha gente que todavía tiene orégano de la corta de diciembre, cuando para esta época por lo general empieza a escasear, y en julio les queda nada más que a los productores medianos y grandes; pero hoy hay mucho orégano dando vueltas”.
Aldecua, por su parte, explicó que “por un orégano trillado solamente (sucio, sin zarandear) los acopiadores que tenemos en la zona no pagan más de 18 o 20 pesos el kilo, si está bueno, pero por un orégano manchado (de segunda para abajo), están pagando 15 pesos, y hasta 12 el kilo”.
En cambio, “un orégano terminado, limpio (zarandeado), desde la Cooperativa lo estamos vendiendo a 33 o 34 pesos el kilo, en bolsas de 15 kilos”. Lo entregan a un cliente de Buenos Aires, que lo está exportando. Remarcó que la entidad que preside “ha eliminado al acopiador de la zona, pero reconoció que “la mayor parte de los productores no tiene otra alterativa que venderle a él”.
San Carlos lidera la producción
Desde el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) de Mendoza, Victoria Farmache reveló que el relevamiento del área cultivada con hortalizas de verano, realizado el año pasado, permitió estimar, para el ciclo 2015-2016, una superficie implantada con orégano de 929 hectáreas en toda la provincia. Esto representa entre el 20% y el 21% más que las aproximadamente 770 hectáreas que habían sido estimadas para el período 2014-2015.
La profesional, que es uno de los referentes del Área Hortícola del IDR, detalló que de ese total calculado para la última campaña oreganera, algo más del 95% se concentra en San Carlos, que sumaría (según surge de la extrapolación de los datos tomados en el muestreo realizado en 2015) 886 hectáreas cultivadas con esta aromática.
Alrededor de 40 hectáreas estaban en Tunuyán, y poco más de 3 ha en San Rafael. Por otra parte, y aunque no habían entrado en el relevamiento, Farmache cree que puede haber un par de fincas con algo de orégano en Luján de Cuyo, aunque con una superficie poco significativa destinada al cultivo de esta especie.
Pablo Bauzá, del INTA, estimó, en cambio, que los precios deprimidos “tienen que haber desalentado el replante”. Interpretó que “quizás las superficies medianas son las que más se afectan, de gente que entra esporádicamente para hacer un negocio puntual, y esa superficie es la que primero se cae”.