Ordenanzas vigentes que casi nadie cumple en la Zona Este

Desde la tenencia de perros peligrosos a la exhibición de revista eróticas, todas fueron sancionadas en medio de importantes anuncios. Sin embargo, hoy ninguna se respeta.

Ordenanzas vigentes que casi nadie cumple en la Zona Este
Ordenanzas vigentes que casi nadie cumple en la Zona Este

En la zona Este hay un conjunto de ordenanzas que aunque se aprobaron en medio de grandes anuncios periodísticos, hoy nadie cumple.

Son normas municipales que fueron planteadas como innovadoras o trascendentales, cuya redacción demandó horas de debate y las que -se aseguró- venían a resolver diversos reclamos, pero lo cierto es que hoy nadie las respeta. Lo que sigue es una síntesis de algunas de ellas.

Perros sin control. Rivadavia aprobó en 2007 una ordenanza que reglamenta la tenencia de perros peligrosos; fue idea del ex concejal Enrique León (UCR), que buscaba "armonizar el derecho de quienes tienen este tipo de animales con la seguridad de todos".

Su articulado menciona razas conocidas como el rottweiller o el dogo argentino y otros tan exóticos como el akita inu; establece además que estos perros deben salir a la calle con cadena y bozal, marca multas e incluso crea un registro municipal de propietarios. Nunca se puso en práctica completamente.

Calles sin nombre. En San Martín, el HCD aprobó en 2004 un proyecto de Mauricio Petri (UCR) que mandaba cambiar el nombre de las calles que hicieran alusión a personajes o hechos relacionados con algún gobierno militar.

La norma fue saludada por todos los partidos y hay dos casos concretos donde debía aplicarse: la calle José Félix Uriburu, en Palmira, y la Eduardo Lonardi, en el barrio Municipal. El articulado señala que los vecinos deben elegir el nuevo nombre, pero nunca se hizo y el municipio solo se limitó a quitar los carteles, aunque las calles siguen llevando el nombre de siempre.

Oficina inexistente. En 2007, el Concejo Deliberante de Junín aprobó la creación de una Oficina Anticorrupción, lugar que podría recibir denuncias de funcionarios, ediles, empleados o vecinos.

El proyecto fue del ex concejal kirchnerista Pablo Gullo, pero el intendente Mario Abed nunca lo promulgó porque -dijo- estaba lleno de errores técnicos y además, señaló que su sanción fue parte de una campaña del justicialismo.

En San Martín, la oposición intentó en aquellos tiempos una oficina similar para controlar al Ejecutivo de Jorge Gimenez, una idea de Sharbel Morcos, pero el proyecto corrió una suerte similar.

Con o sin casco. La Paz y Junín tienen la misma ordenanza que prohíbe cargar combustible a ciclomotores, motos y cuatriciclos cuyo conductor y acompañante no lleven el casco puesto. Se anunciaron con bombos y platillos, pero en ningún caso se cumple.

¿Revistas prohibidas? Desde mediados de 2010, en San Martín está prohibida la exhibición de revistas eróticas en los quioscos, pero la norma no se respeta. La ordenanza fue idea de la ex concejal Gimena Abonassar (UCR), que saltó a la fama nacional ese mismo año por su idea de construir un baño para travestis en los locales de diversión nocturna.

El proyecto de ordenanza para contar con un tercer baño en los boliches nunca prosperó y el escrito solo consiguió su propia firma, pero sí se aprobó la idea de ocultar las revistas condicionadas.

“Hay que resguardar de la vista de los niños las revistas eróticas o pornográficas y que en muchos quioscos aparecen expuestas sin ninguna restricción”, comentó Abonassar. Si bien una encuesta marcaba que el 67% de la gente estaba de acuerdo y se habían previsto multas y clausuras, esta norma tampoco se cumple.

Alcohol libre. Santa Rosa, Junín y San Martín tienen ordenanzas de "ley seca" que prohíben la venta de alcohol durante la noche, pero rara vez esto se controla.

Bolsas que contaminan. En 2013, Rivadavia aprobó una ordenanza que prohíbe en los negocios la entrega al público de bolsas de polietileno que no sean biodegradables, salvo en aquellos casos que se usen para preservar carnes, frutas o vegetales envasados. Tampoco se hace respetar.

En la mayoría de los casos, la falta de inspectores hace que estas y otras ordenanzas no se cumplan o vayan quedando en el olvido; en otros, la sanción ha sido respuesta del Concejo a un reclamo puntual de vecinos, pero pasado ese enojo inicial, nadie siguió controlando que la norma se respetara.

La insólita: el trompo como deporte

En 2004, el Concejo Deliberante de Junín se convirtió en noticia nacional cuando aprobó una “falsa” ordenanza que, con la firma de cinco de sus ediles, declaraba al trompo como deporte obligatorio en todo el departamento.

El falso proyecto de ordenanza llevaba sello de Mesa de Entradas y hasta número de ingreso. “Esto no fue más que una joda (sic), una broma interna que tendría que haber quedado en el recinto”, se defendió Luis Vela, ex presidente del recinto, uno de los pocos que se animó a poner la cara.

Entre sus insólitos fundamentos, la norma aseguraba que Jesús de Nazaret había sido experto en el manejo del trompo y en su articulado, pedía al Ejecutivo censar la cantidad de trompos en el departamento y marcaba al 15 de junio como Día del Trompo.

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