El odontólogo Ricardo Barreda, condenado a reclusión perpetua por matar a su suegra, a su mujer y a sus dos hijas en 1992, será sometido nuevamente a pericias psicológicas y psiquiátricas por orden del juez de Ejecución Penal de La Plata, Raúl Dalto, quien tiene que resolver si hace lugar al pedido de su defensa para permitirle salidas de la cárcel durante el día y volver al penal a dormir.
Fuentes judiciales confirmaron que Barreda, quien permanece alojado en el penal de Lisandro Olmos, será evaluado por peritos psiquiatras y psicólogos de la Asesoría Pericial de La Plata, y además deberá realizarse un examen médico en el Hospital San Juan de Dios de La Plata. Una vez que concluyan estos estudios, el juez Dalto resolverá si hace lugar al pedido del abogado de Barreda, Eduardo Gutiérrez, quien solicitó ante la Justicia que dejen salir al dentista todos los días de la cárcel de Olmos, en el partido de La Plata, y que vaya a dormir allí por las noches.
La presentación fue efectuada luego de que el juez rechazara un pedido de excarcelación que proponía como residencia fija de Barreda la casa de una mujer que se ofreció a alojarlo. El argumento del magistrado para rechazar dicho planteo es que la mujer carecía de medios de subsistencia y que era la única propietaria del inmueble. Ahora, la defensa insistió con las salidas transitorias del penal, lo cual ya fue rechazado por la fiscal de Ejecución, Beatriz Castellanos.
Para la fiscal, tanto la prisión discontinua como la semi detención "importan la existencia de obligaciones familiares, laborales o educativas y, para el caso de la prisión nocturna, una adecuada ocupación laboral", requisitos que no cumple el odontólogo. Sin embargo, la fiscal hizo lugar al pedido de que se traslade a Barreda a una cárcel de régimen abierto, según el dictamen que elevó al juez Dalto.
Barreda se encontraba en libertad desde marzo de 2011, luego de haber sido condenado en 1995 a prisión perpetua por haber matado a escopetazos en su casa de La Plata a su esposa Gladys McDonald (57), a su suegra, Elena Arreche (86), y a sus dos hijas Cecilia (26) y Adriana (24), en noviembre de 1992.
Desde dicho momento se encontraba alojado en la vivienda de su ex pareja, Berta André, en el barrio porteño de Belgrano, pero para el juez "la situación se tornó de peligro inminente, producto de la combinación de la presunta debilidad mental de la señora André y el riesgo de provocar una reacción de Barreda". Esto generó que el magistrado revocara la prisión domiciliaria, y dispusiera el pasado 22 de diciembre que el cuádruple homicida debía volver a la cárcel de Olmos hasta fijar un nuevo domicilio de residencia.