Optimismo y buenas perspectivas en el sector ganadero local

La mejora del estado de los campos como consecuencia de las lluvias y el valor sostenido de la hacienda son variables alentadoras para el sector. Preocupación por la suba de los costos.

Optimismo y buenas perspectivas en el sector ganadero local

El optimismo por el impacto que deberían tener las primeras medidas que tomó el gobierno nacional, la tonificación de los precios de la hacienda y la sustancial mejora de los campos por dos años de buenas lluvias, claramente han mejorado el ánimo de los ganaderos mendocinos.

Sin embargo, desde el sector aseguraron que empiezan a preocuparse por el incremento sostenido de costos y algunos plantean dudas sobre cómo se podrán atender las exportaciones sin resentir el mercado interno y cierta inquietud porque no ven definiciones claras en materia de política ganadera provincial.

Silvio Huerta, presidente de la Específica de Ganadería de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear, destacó que “la actividad de cría bovina está en alza, los campos han mejorado mucho con las lluvias y el rolado que se ha estado haciendo”.

Resumió que “hay optimismo en el productor ganadero, porque las perspectivas son alentadoras, en la medida que sigan acompañando las lluvias y los precios”. Sobre este último punto precisó que “en los últimos remates se ha notado que la oferta de terneros es moderada y la demanda es alta, como está ocurriendo en todo el país”.

Desde el Este provincial, el productor Eduardo Berríos coincidió en que hay buenas expectativas para la actividad, porque hubo un cambio importante. Por eso “ahora, con mayor razón, vamos a seguir reinvirtiendo lo producido, en infraestructura, genética y, por supuesto, comodidades para la gente que trabaja para nosotros”.

Dante Benítez, que tiene campos de cría situados 12 kilómetros al sur de Las Catitas, en Santa Rosa, coincidió en destacar la mejora que tuvieron los campos en los dos últimos años, debido a la mayor frecuencia de lluvias y del volumen de agua caída.

Reconoció que “a mí me va bien con la ganadería y siempre trato de avanzar, comprando toros para mejorar el rodeo, o aprovechando el Plan de Mejora Genética que tiene la Dirección de Ganadería”. Opinó que “hoy un ternero se vende bien”, y dijo haber negociado terneros de 130 kilos a 5.000 o 5.200 pesos”, lo que equivale a un precio por kilo de entre $ 38,50 y $ 40.

Mejora productiva

Con respecto al índice de destete, el alvearense Silvio Huerta estimó que “el promedio está un poco mejor que el año pasado”, en buena medida por la mejora que tuvieron los campos de secano, que recibieron un régimen mayor de lluvias.

Claro que los índices que están por encima de la media se sitúan en niveles mucho más altos. De hecho, Eduardo Berríos aseguró que, en su campo ubicado en Desaguadero (La Paz), “este año vamos a andar entre el 94% y el 95%, con servicio natural”. Reconoció que “ha sido un año especial porque llovió mucho”, lo cual mejoró la oferta forrajera de los campos.

Por eso, “las madres que están criando están en muy buena condición corporal y están volviendo a quedar preñadas”. Aparte de la mayor disponibilidad de pasto, “ayuda el hecho de estar apotrerados los campos (son potreros de entre 300 y 400 hectáreas) y cuando los cuadros no son muy grandes el toro trabaja mejor y se puede hacer rotación de parcelas, para regular el consumo del pasto natural”.

Huerta aclaró que la posibilidad de mejorar los índices productivos no depende sólo de la disponibilidad de pasto. Aunque admitió que “es un factor determinante”, señaló que “son fundamentales también las condiciones sanitarias, por ejemplo”. En este sentido, destacó la importancia del Plan Toro y del Plan Vaca, si bien apuntó que “este año se atrasaron un poco por el cambio de gobierno”. Por otra parte, incide también “la edad de los animales y la genética”.

Remarcó, asimismo, la necesidad de avanzar en un trabajo de “concientización de los ganaderos sobre la necesidad de darles continuidad a los planes sanitarios”.

Aunque, al margen de lo que resta por hacer, destacó que se ha avanzando en el rolado de campos (para mejorar las pasturas naturales y sembrar algunas especies exóticas), “se está planificando el acueducto, el proyecto ejecutivo ya está en marcha”, y agregó que “se está trabajando, a través del cluster, en la identificación de los problemas puntuales que hay en los caminos ganaderos”. Señaló que “se está trabajando en la planificación de mejoras, pero hay que ver qué pasa con los recursos, y para eso hay que esperar que el gobierno termine de acomodarse”.

Hay algunas dudas

Desde la otra punta de la cadena, Martín Caro, gerente de un feedlot de San Rafael, reconoció que “hay otro aire, porque tenemos las condiciones que hemos estado reclamando durante tantos años”, pero no ocultó su preocupación ante la incertidumbre sobre cómo se ajustará el ritmo entre la producción de carne, por un lado, y el consumo nacional y las exportaciones, por otro. Esto, sin llegar a sobre ofertar el mercado interno ni dejar de abastecerlo, porque advirtió que “el consumo interno es fundamental para este negocio”.

Al detallar sus inquietudes, Caro confesó que “tengo varias preguntas, sobre todo cómo se va a acompasar la exportación con el mercado nacional, y cómo se va a comportar el consumo interno, si va a seguir con la firmeza que trae, en una economía que viene enfriándose”.

Asimismo, se planteó “qué va a pasar con la mayor oferta a futuro que estamos generando, si tenemos en cuenta la retención de animales de consumo (para sumarle kilos de carne) y de hembras, para futuras madres en los rodeos de cría”. Su preocupación es saber si el mercado interno va a ser capaz de “absorber esa mayor oferta”.

Resumió que “hay una euforia, y creo que a mediano y largo plazo las perspectivas deberían ser buenas, pero hay que tener cuidado con el consumo interno, para no volcarle mucha más carne de la que la gente pueda absorber”.

El engorde mendocino abastece  el 9% del consumo provincial

Al cierre del año 2015 la provincia de Mendoza registraba un stock total de animales de 1.523.947 cabezas. Ese número estaba  compuesto principalmente por caprinos y bovinos, en 54 por ciento y 28 por ciento respectivamente. En menor medida por ovinos, equinos y porcinos.

Según información elaborada por el observatorio del Cluster Ganadero Bovino de Mendoza, sobre datos de la Fundación Coprosamen y de la Dirección de Ganadería, de ese total, el rodeo vacuno era de 424.257 cabezas, dos tercios de las cuales están registradas en la zona Sur de la provincia.

La composición del stock bovino está conformada principalmente por hembras, lo cual se explica porque Mendoza es una provincia donde se practica la actividad extensiva de cría. Al cierre del año pasado se habían relevado casi 214.000 vacas y poco más de 45.000 vaquillonas, a lo que hay que sumar una parte de las 55.000 terneras registradas, que seguramente serán retenida para futuras madres del rodeo.

Al analizar la relación Engorde Provincial/Consumo Provincial de carne bovina, resulta que la misma se ha incrementado en el período analizado, 2011-2015. En 2011 esta relación era del 8 por ciento y en el 2015 pasó a ser 9 por ciento.

De todas formas el sector necesita políticas bien definidas para poder crecer más, debido a que el negocio ganadero cada vez tiene más gente interesada en integrarlo.

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