Pasados los pronunciamientos iniciales de los espacios opositores, algunos con euforia y otros más contenidos, el cacerolazo del jueves de algún modo también interpeló a esos sectores por la falta de una alternativa al kirchnerismo y reavivó las discusiones sobre las estrategias de alianzas.
En las elecciones legislativas de 2013 el oficialismo renovará su discreta cosecha de diputados de 2009 (48 de los 135 actuales) y buscará sumar para mantener latente la posibilidad de reformar la Constitución. Para esa instancia la mayor parte de los opositores se inclinó por diversificar las alternativas como la mejor estrategia para obstaculizar ese plan.
"La polarización es lo que quiere el Gobierno. Podemos ganar 55 a 45, pero ellos aumentarían los legisladores. Vamos a trabajar con las fuerzas afines", aseguró Ricardo Alfonsín, e hizo autocrítica: "Para advertir nuestras dificultades de representación política no necesitamos una marcha. El año pasado hubo elecciones, yo fui candidato".
En la UCR, Oscar Aguad insistió con su posición a favor de ampliar el armado. "La gente está pidiendo una alternativa. Son tantos los errores que es mejor que seamos más y no menos", contrapuso aunque evaluó que el año próximo sería mejor sumar "con varias canastas" y en 2015 buscar la unidad en una "coalición", con las primarias como "gran solución".
"Tenemos que armar un frente amplio con todos los sectores que deseen participar, basado en un programa de desarrollo. Más adelante las candidaturas deben definirse en las primarias", propuso Federico Pinedo, diputado del Pro. Desde el FAP pusieron como ejemplo la derrota de Henrique Capriles en Venezuela para ratificar el rechazo a "meter todo en la misma bolsa".