Es sabido que en los últimos años se produjo una incipiente actividad agropecuaria en la provincia, que ha generado que surgieran nuevas posibilidades económicas para zonas que aparecían sin posibilidades de explotación agrícola. El Sur provincial dio el primer paso y ganó consideración nacional con la realización de la Fiesta de la Ganadería en las Zonas Áridas y luego esa actividad fue multiplicándose hacia otras zonas, especialmente en el Este (Santa Rosa y La Paz), aunque en este último departamento ya existían establecimientos para el engorde a través de los denominados "campos rotativos".
Es más, de acuerdo con los especialistas, se está produciendo una "mutación productiva" en el interior de la provincia, porque paños de tierra, que hace unos años eran ocupados por cerezas, ciruelas o duraznos, están siendo remplazados por pasturas aptas para alimentar el rodeo provincial.
Ese crecimiento en la actividad agropecuaria local puede verse beneficiado como consecuencia del aumento en el consumo de carne vacuna que se ha producido en los últimos meses en el país y con la posibilidad de un incremento en las exportaciones.
Poco más de una década atrás, la derivación de los campos hacia el cultivo de la soja se multiplicó exponencialmente. Ese avance del "desierto verde", como lo calificaron algunos medios de la Pampa Húmeda, derivó en que la actividad ganadera fuera desplazada hacia el secano, mientras paralelamente se establecían políticas económicas a nivel nacional que afectaban las exportaciones de carne vacuna. Aún así, nuestro país ha logrado mantener una importante cantidad de cabezas de ganado, aunque superado ampliamente por Brasil. De acuerdo con la publicación de medios especializados, Brasil se ubica en un lugar de liderazgo en el mundo, compitiendo con Estados Unidos, con 216 millones de bovinos, ubicándose en segundo lugar la Argentina con 51,5 millones de cabezas de ganado, superando a Paraguay, con 14,2 millones y a Uruguay con 12,1 millones, aunque vale advertir que en este último caso hubo un crecimiento impresionante en los últimos años, incentivado por leyes que favorecían las exportaciones.
Dirigentes de la actividad en la provincia indicaron que los rodeos de engorde se están incrementando, por lo que debería haber aumentado la faena y consideraron que la derivación de tierras cultivables para la producción forrajera responde al hecho de que los costos son muy inferiores porque no necesita agroquímicos y porque el personal para el trabajo en la finca es inferior en cantidad.
De todos modos, si bien hubo un crecimiento importante en la cantidad de ganado, el "rodeo propio" sólo alcanza para abastecer el 30% del consumo mendocino y los dirigentes advierten que si continúan las políticas alentando la actividad a nivel provincial, se podrá aumentar el porcentaje con el correr de los años. A modo de ejemplo, el titular de la Dirección de Ganadería señaló que la faena de enero a agosto fue de 21,2 millones de kilos, lo que traducido en animales en pie da un total de 189 mil cabezas. Destacó en ese marco que en los primeros ocho meses del año el faenamiento de ganado vacuno fue similar al de todo 2016. El funcionario ratificó que el consumo de carne ovina fue superior al de la porcina, la avícola y la caprina.
Los aspectos señalados permiten establecer que nos encontramos frente a un gran desafío como es el posible cambio en la actividad económica en la provincia. Pero los productores, al fin y al cabo el eslabón más débil de la cadena comercial, deberán ser informados sobre la conveniencia de los cambios y sobre las posibilidades futuras.
Es el gran desafío a enfrentar tanto por la actividad privada como por la propia gestión gubernamental a los efectos de canalizar de la mejor manera posible las oportunidades productivas de la provincia.
