Días pasados se produjo la visita oficial del presidente Alberto Fernández al vecino país de Chile, con gobernadores provinciales y sin la presencia del gobernador de Mendoza.
A propósito, consideramos importante reflexionar y analizar las disposiciones de nuestra Constitución Nacional (con la reforma de 1994), y la necesidad de formular una política de Estado de nuestra provincia en el ámbito de las Relaciones Internacionales, con una Agenda de política internacional que permita definir nuestros intereses, con independencia del Gobierno Central y sin que ello signifique el Brexit de Mendoza.
Nuestro orden jurídico y político, establece en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, que “las provincias constituyen la Nación Argentina” y que nuestro sistema de gobierno es “representativo, republicano y Federal”, por lo que nos diferenciamos de los demás países de América Latina (salvo Brasil), dado que son unitarios como es el caso de Chile. En nuestro país, las provincias argentinas están autorizadas a darse su propia constitución, con sujeción a las normas de la CN (arts. 5º y 123º). Pero en materia de relaciones internacionales, su alcance lo establece la CN en su art. 124º, que faculta a las mismas a “celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno nacional o al crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso nacional. La ciudad de Buenos Aires tendrá el régimen que se establezca a tal efecto”.
Está claro que las relaciones exteriores y Diplomacia formal, son atribuciones exclusivas del Gobierno nacional; lo cual se expresa en la prohibición a las provincias de nombrar o recibir agentes extranjeros (art. 126º) y la facultad correlativa del Poder Ejecutivo Nacional de designar embajadores, ministros plenipotenciarios y encargados de negocios con acuerdo del Senado (art. 99º, inc. 7º); así como de firmar tratados, concordatos y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones internacionales y naciones extranjeras, recibir sus ministros y admitir sus cónsules (art. 99º, inc. 11º).
Pero cabe destacar, que la provincia de Mendoza, tiene facultades constitucionales para ejercer lo que se conoce como paradiplomacia o diplomacia descentralizada, que tiene por finalidad, formular su propia política internacional con aquellos Estados de interés estratégico, como es el caso de Chile, cumpliendo con los requisitos del art. 124, es decir: 1) No ejercer facultades incompatibles con la política Exterior de la Nación, 2) No afectar las facultades delegadas al Gobierno nacional o al crédito público de la Nación y sólo con conocimiento del Congreso Nacional.
Como observará el lector, a los distintos gobiernos de nuestra provincia desde la reforma de 1.994, lo que les ha faltado a nuestro criterio es desarrollar en el marco de la Reforma del Estado un órgano encargado de elaborar la Política Pública de Relaciones Internacionales, que le permita a la Provincia poder celebrar Convenios Internacionales con otros Estados y en este caso especial con Chile, diseñar el sistema de Cooperación en función de nuestros intereses económicos, productivos, de desarrollo de nuestra industria y recursos, Colaborar con la ONU en su Plan Estratégico a 30 años y los 17 objetivos de Desarrollo Sustentable y el diseño de la Agenda de Política Internacional de la Provincia.
Ello requiere contar con un Ministerio o Subsecretaría de Relaciones Internacionales de Mendoza, como en su momento lo tuvo la provincia de Córdoba o como lo tiene la Provincia de Salta o una Dirección de Relaciones Internacionales, con el recurso humano capacitado en la temática, pues Mendoza se encuentra ubicada geoestratégicamente en el corredor bioceánico Atlántico-Pacífico, con una cantidad importante de consulados que necesitan de recursos humanos con conocimiento, a fin de desarrollar, implementar y ejecutar una Agenda que los involucre.-
En conclusión, nuestros intereses con Chile, no pasa por la diferencia de signo político en nuestra Provincia y otro en la Nación, ya que el Gobierno Nacional está ejerciendo la Diplomacia formal y nuestro relacionamiento con el país vecino pasa por llevar a la práctica el art. 124 de nuestra Constitución Nacional y ello compete a nuestros gobiernos provinciales, desarrollando nuestras relaciones internacionales en una política de Estado que trascienda los procesos electorales y los gobiernos, respetando la integridad del Estado Nacional, pero ejerciendo las facultades constitucionales en aras del bien común de nuestra provincia.
