La participación electoral del Gobernador parece haber ingresado en un tire y afloje de tipo legal con final incierto, porque ayer se anunció otra apelación desde la alianza comandada por demócratas, Coalición Cívica y el Mendoexit.
El juez Bento tal vez creyó haberse quitado de encima el compromiso tras el planteo que hizo el sector de la oposición conocido electoralmente como Vamos Mendocinos; consideró que el tiempo preelectoral de las primarias no daba lugar al pedido de esa nueva coalición. Según él, todo planteo debía formularse dentro de la interna de Cambia Mendoza. Como Vargas Arizu dijo (en entrevista a Los Andes) que la postulación del jefe del Ejecutivo “es legal pero no ética”, no se debía esperar algún otro tipo de arremetida. El bodeguero competirá con Cornejo y su suplente Suárez, para que el electorado determine cuál de los dos será el que encabece la lista de Cambia Mendoza.
Encima, posiblemente para no quedar tan mal ante los peticionantes, el cuestionado Bento mandó a compulsa penal la actitud de Suárez. Consecuencia: oficialismo y opositores demandantes, enardecidos con el juez. Cada uno con su posición.
Pero la pronta respuesta de la Cámara Nacional Electoral, que señaló a Bento que era competente para dar su fallo aun antes de las PASO, hizo que el cuestionado magistrado no dudara mucho tiempo en resolver a favor de la precandidatura de Rodolfo Suárez como suplente de Alfredo Cornejo camino al Senado de la Nación. Segunda consecuencia: oficialistas provinciales ahora más calmos con Bento y demandantes, el doble de enojados.
Por otra parte, antes de la contramarcha impuesta al juez desde la Cámara Nacional, en el radicalismo crecía el malhumor luego de que Bento diera vía libre a las numerosas listas colectoras departamentales que promueven tanto el Frente de Todos como el espacio Compromiso Federal, comandado en la provincia por el médico Jorge Pujol.
La impugnación a la desmesurada cantidad de papeles en el cuarto oscuro, que formuló Cambia Mendoza, fue dejada de lado por el juez electoral. Eso hizo crecer el malestar con él en el entorno de Suárez y Cornejo.
Bento no sólo está acusado de conducir una asociación ilícita, como señala el procesamiento del que es objeto en estos momentos; también se lo define como consecuente con el kirchnerismo, al que le supo responder políticamente, desde su rol de magistrado, en los gobiernos K anteriores a la presidencia de Macri. Argumentos para tenerlo en la mira sobran en el seno del radicalismo.
En el espacio Vamos Mendocinos no perdieron tiempo y ayer mismo dieron forma a la nueva apelación por la decisión de Bento sobre Suárez. En el escrito consideran absurdo que un juez federal no pueda considerar normas locales, en este caso la Constitución de Mendoza y sus disposiciones, y sostienen que también es errónea la apreciación de que ésta no pueda contener exigencias que la Nacional no prevé.
En esa línea señala, precisamente, la nueva presentación judicial que el fallo de Bento “desconoce las potestades de las provincias para establecer requisitos de sus representantes, lo que va a contramano con la profusa jurisprudencia de la Corte nacional” en ese aspecto.
Desde el PD señalaron, basándose en una causa que condujo el camarista Alberto Dalla Vía, que “el artículo 73 de la Constitución Nacional es un límite de elegibilidad para los gobernadores de provincia mientras estén en ejercicio de sus mandatos, prohibiéndoles postularse como candidatos a cargos legislativos en los distritos que los eligieron previamente para ejercer la más alta función ejecutiva provincial”.
Debe recordarse que en el radicalismo argumentaron la precandidatura testimonial de Suárez, entre otras consideraciones, en el “desuso” de la cláusula constitucional provincial que no permite que el Gobernador sea electo senador nacional hasta después de un año de haber dejado su cargo. Tomaron como base los requisitos que exige la Constitución Nacional para ser parte del Senado, de los que finalmente se tomó Bento cuando los camaristas le exigieron revisar lo que había decidido antes.
Por ahora, en el justicialismo mendocino no profundizan con la situación de Bento, como procesado, ni como juez electoral a cargo de la resolución de la conflictiva precandidatura del Gobernador. Hay algo muy claro: ¿Con qué autoridad podrían salir a cuestionar la ambición electoral del Gobernador cuando en varias provincias gobernadas por peronistas se dan situaciones similares? Perotti, en Santa Fe, y el radical K Zamora, en Santiago del Estero, son testimoniales suplentes. El del santafesino es un caso similar al de su colega mendocino: se anotó en lista para el Senado que compite en la interna con la del ex ministro Rossi.
Sí dejan trascender en el PJ que el paso atrás que dio Bento ni bien la Cámara Electoral le devolvió el caso “era obvio”, con lo que pretenden salir al cruce de las acusaciones de vínculos estrechos del magistrado con el kirchnerismo. “¿Ahora Cornejo no sale a hablar…?”, consultaba con ironía un allegado a la conducción local del PJ. “Ellos (por los referentes radicales) también tienen cómo llegar al juez”, añadió el dirigente del kirchnerismo local.
Obviamente, tras la anterior resolución que hizo viables las listas colectoras departamentales, era de esperar que nadie en el peronismo saliera a arriesgar en lo que tiene que ver con el desempeño de Bento con relación a la postulación de Suárez.
Cruce de conjeturas y argumentos jurídicos que tropiezan con una Justicia Federal local endeble por la permanencia en funciones de un juez con válidos cuestionamientos políticos y un proceso en su contra de suma gravedad si se comprobara su culpabilidad.
El efecto “Alberto”
Volviendo al PJ provincial, en realidad lo que más preocupa entre sus cuadros son las consecuencias de los escándalos en el gobierno nacional. “Lo de Alberto es inconcebible”, reconocen en el entorno de la conducción partidaria local, en línea con voces críticas del más rancio cristinismo que se escucharon el viernes en el ámbito nacional. “Pero nosotros seguimos poniendo ganas. La gente es la que tiene que advertir que aquí somos distintos, prolijos”, aclara la avanzada camporista que comanda la campaña.
Estiman que la revelación de las visitas VIP a Olivos, en tiempos de cuarentena estricta, seguramente impactará en la imagen de Alberto Fernández, “que ya venía bajo, con pérdida de credibilidad”. Pero también piensan que si los escándalos no siguen sucediéndose, tienen tiempo para aspirar a una muy buena elección en Mendoza en las PASO de mediados de setiembre.
Como el Gobierno nacional, aquí también el justicialismo apuesta a la mejora del plan de vacunación. Sin embargo, consideran que lo más importante pasará por la economía. Opinan que en ese aspecto la Nación viene mejorando sus políticas procurando dar señales de recuperación. Es la única esperanza electoral que tiene el peronismo, según admiten en la mesa de conducción provincial.