Una historia del nacionalismo en Mendoza

En momentos en que la universidad pública argentina sufre los embates del poder político de turno, que las derechas y las izquierdas se caracterizan por sus excentricidades más que por sus conocimientos, leer un libro como el de María Celina Fares (“Derechas e izquierdas nacionalistas en los 60. Universidad y prensa local en la encrucijada nacional e internacional”) que centra su mirada en una configuración de intelectuales nacionalistas que hicieron de la universidad pública su centro principal de difusión de ideas, nos ofrece la posibilidad de mantener la esperanza en instituciones académicas entrelazadas históricamente con nuestra nación.

Una historia del nacionalismo en Mendoza
El libro de Maria Celina Fares sobre los nacionalismos en Mendoza

El nacionalismo es un fenómeno persistente en la actualidad que tiene una presencia decisiva en las políticas de las grandes potencias como también en las de las periféricas.

El triunfo por segunda vez de Donald Trump en las elecciones y su promesa de mantenerse distante de los conflictos globales para “hacer a Estados Unidos grande de nuevo”, el proyecto de Putin de reconstruir las fronteras del desmoronado Imperio Soviético y ajustar los límites de Rusia al mapa del siglo XVIII, los nacionalismos populistas autoritarios de Narendra Modi en India y de Resep Tayyip Erdogan en Turquía, como también el acendrado nacionalismo étnico de Benjamín Netanyahu que ha decantado en la degradación de las identidades lingüísticas y culturales de las minorías árabes que habitan Israel, son manifestaciones de una ideología cuyas semillas germinaron en el siglo XIX, echaron raíces durante gran parte del XX y en sus últimas décadas tuvieron un corto otoño, pero que en el transcurso de esta centuria no ha dejado de florecer.

La persistencia de estos nacionalismos ha logrado que sean más escuchadas las teorías pragmáticas de las relaciones internacionales del “realismo ofensivo” (John Mearsheimer) y ha puesto en duda la idea de que los acuerdos entre los estados se producen por proximidades culturales y religiosas (Samuel Huntington), el optimismo ingenuo del internacionalismo liberal y el consenso democrático (Francis Fukuyama) y la idealista presunción de que los conflictos y acuerdos entre las naciones son mediados por las acciones de los organismos internacionales (Joseph Nye).

La centralidad de los nacionalismos convierte al libro de la historiadora María Celina Fares (2024) Derechas e izquierdas nacionalistas en los 60. Universidad y prensa local en la encrucijada nacional e internacional”, Buenos Aires: Prometeo, en una lectura fructífera para los tiempos que vivimos y profundamente comprensiva para ayudarnos a desentrañar las líneas de pensamiento que comparten los nacionalismos pasados con los del presente.

Uno de los aspectos más relevantes del libro es que la historiadora, al hacer foco en una configuración intelectual, cada uno de los individuos que componen el grupo posee una identidad específica tanto por sus ideas como por su trayectoria formativa y profesional y esta mirada problematiza la adjetivación simplista de asignarles una posición rígida e inamovible y permite comprender los desplazamientos ideológicos que algunos de estos pensadores experimentaron a lo largo de sus vidas.

Intelectuales de la talla de Rubén Calderón Bouchet, Enrique Zuleta Álvarez, Enrique Díaz Araujo, Edberto Acevedo y Dardo Pérez Guilhou son analizados de manera crítica y profunda por la historiadora, haciendo hincapié en sus producciones académicas e ideológicas con un gran distanciamiento objetivo, que le permite a María Celina Fares mantenerse lejana a las ideas de estos pensadores, pero respetuosa de las mismas.

Las políticas culturales del régimen franquista para América Latina tuvieron un rol destacado en la conformación de esta configuración intelectual nacionalista debido a que, por medio de becas, intercambios académicos, congresos y publicaciones conjuntas la dictadura de Francisco Franco ofreció los recursos y el esquema institucional para la conformación de esta red transatlántica.

Al calor de la diplomacia pública del franquismo los intelectuales mendocinos articularon las ideas de hispanismo y nacionalismo, las cultivaron desde la Universidad Nacional de Cuyo, e hicieron de este centro académico una “universidad de frontera” con lazos con Chile y Perú por medio del Pacífico, y con los países europeos por la conexión atlántica (España y Alemania).

Celina Fares no sólo transita las trayectorias profesionales y académicas de intelectuales nacionalistas, sino que también se detiene en la figura de un experto que tuvo un rol destacado en la formulación de políticas públicas para el desarrollo como asesor de diversos gobiernos democráticos y estuvo al frente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo: Orlando Molina Cabrera.

La segunda parte del libro está dedicada al estudio de la difusión de las ideas nacionalistas. Para esto María Celina Fares estudió de manera profunda el diario “nacionalista y católico” El Tiempo de Cuyo, una publicación surgida en la provincia de Mendoza, pero con una agenda particular interconectada con temáticas nacionales y globales. A través de la agenda de este periódico puede observarse el giro del nacionalismo hacia el tercermundismo, asunto que se erigió en un tema central en la configuración de las nuevas izquierdas durante la década de 1960.

Además de reconstruir analíticamente la agenda nacionalista del diario y su enfoque de los conflictos globales, la historiadora se detiene en el fundador del periódico: Raimundo Fares.

No es una coincidencia que el apellido de la autora sea el mismo que el del fundador de El Tiempo de Cuyo. Raimundo Fares es el padre de María Celina. El fundador del periódico fue un destacado intelectual mendocino y prolífico autor de libros como “El llamado de las armas”, “Un inmenso convento sin Dios” y “Arroz con pollo. En esta parte la historiadora acomete la audacia de reconstruir la trayectoria de su progenitor, pero lo hace con una objetividad metodológica sin caer en la sensibilidad de la cercanía ni la escritura hagiográfica.

Otro aspecto para destacar del libro es que, si bien es un estudio de las ideas nacionalistas de un conjunto de intelectuales vernáculos, nacidos o radicados en la provincia de Mendoza, la espacialidad del objeto de estudio es cartografiada a partir de las conexiones e interacciones que estos pensadores tenían a nivel local, nacional, internacional y transnacional. Así, el libro muestra que estos pensadores no circulaban de manera parroquial, sino que lo hacían en ámbitos en los que sus ideas tenían mayores y más heterogéneas audiencias, pero también mediante estos desplazamientos arriesgaban que sus imaginarios experimentaran hibridaciones ideológicas originadas en otras latitudes.

En momentos en que la universidad pública argentina sufre los embates del poder político de turno, que las derechas y las izquierdas se caracterizan por sus excentricidades más que por sus conocimientos, leer un libro como el de María Celina Fares que centra su mirada en una configuración de intelectuales nacionalistas que hicieron de la universidad pública su centro principal de difusión de ideas, nos ofrece la posibilidad de mantener la esperanza en instituciones académicas entrelazadas históricamente con nuestra nación, además de disfrutar su lectura.

* El autor es Doctor en Historia. CONICET, Universidad Nacional de Cuyo.

Gacetilla del libro analizado

“Derechas e izquierdas nacionalistas en los 60. Universidad y prensa local en la encrucijada nacional e internacional” (2024) fue editado por la prestigiosa editorial de Ciencias Sociales, Prometeo quien celebró su lanzamiento en el marco de la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, con la presencia de la autora y la firma de libros ante un público especializado en el tema.

Se trata de una versión de la tesis doctoral dirigida por Fernando Devoto, presidente de la Academia Nacional de la Historia, para quien “la importancia de la obra radica en el abarcador y erudito análisis de las distintas facetas de las derechas nacionalistas en Mendoza y de sus múltiples conexiones internacionales. Aquellas muestran en cuán gran medida un caso regional permite repensar de un modo más complejo y problemático el estudio de una tradición política argentina demasiado a menudo mirada unilateralmente”.

La obra ha sido presentada en estos seis meses en diversos eventos académicos e intelectuales de nuestra provincia y en otras ciudades del país, como Rosario, San Juan y La Plata, suscitando el interés de destacados especialistas.

Entre ellos Daniel Lvovich, autor de Nacionalismo y Antisemitismo en la Argentina (2003) ha destacado que se trata de un libro que rompe con las visiones porteño-céntricas sobre los nacionalismos católicos, y aborda desde una perspectiva de mediano plazo una cultura política regional cuyos virajes e interpretaciones impactan en la manera de ver los años 60 y la estructura de mediano plazo de mediados de siglo.

Para Lvovich el libro aporta a muchas historias. Aporta información nueva y permite matizar sobre la historiografía nacional. “Gracias a él sabemos más de la UNCuyo pero de también de la universidad argentina, sabemos mucho más de la historia de la cultura política de Mendoza y de la Argentina y mucho más de las derechas mendocinas, a través de sus diálogos y transferencias nacionales e internacionales, sabemos mucho mas de Mendoza lo que nos permite saber más de la historia argentina, sabemos más de los giros de los nacionalismos de derechas a izquierdas con la estrategia de mirar de cerca y ver cómo lo global impacta en lo local”. “Este libro -agrega- es de enorme actualidad política cuando tenemos que volver a pensar las derechas y las nuevas derechas, esta literatura histórica nos ayuda a comprender un poco más el mundo que estamos viviendo”. Y cierra su evaluación diciendo: “Se trata de una muy buena historia de las derechas nacionalistas desde Mendoza, con un aparato conceptual coherente y refinado, y un conocimiento de la temática del nacionalismo y de la época en que se enmarca el análisis, excelente”.

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