Una elección crucial en los Estados Unidos

Hay mucho en juego en la próxima elección en los Estados Unidos y en el mundo teniendo en cuenta que el autócrata ruso no oculta su odio hacia los valores distintivos de Occidente y los aportes de la ilustración a los principios de libertad e igualdad.

Una elección  crucial en los Estados Unidos
Kamala Harris

La decisión del presidente Biden de renunciar a postularse para un nuevo período presidencial muestra la enorme distancia con su derrotado en noviembre de 2019. Biden, con una carrera de medio siglo dedicado al servicio público, alcanza nivel del estadista que pone los intereses de su país y del partido que lo llevó al senado en varios períodos, la vicepresidencia de su país en dos períodos y la presidencia, por encima de sus aspiraciones y ambiciones personales. Claro contraste con el delincuente convicto que derrotara hace cuatro años y que, como otros autócratas y aspirantes a esa categoría, se creen indispensables, profetas, salvadores de la patria y que solo les interesa satisfacer sus egos. También, en el caso de Trump, está la necesidad de evitar que prosigan las causas judiciales por numerosos delitos cometidos tanto como presidente como empresario.

El gobierno de Biden ha sido exitoso; calificados analistas han señalado que en menos de cuatros años obtuvo más logros que otros presidentes en dos períodos de gobierno. Quince millones de empleos nuevos, mejora del salario por primera vez desde la década del ochenta en el siglo pasado, disminución de la desigualdad, un desempleo menor al 3,5 %, crecimiento de la economía, reparación y modernización de las infraestructuras y baja de la inflación que se elevara en la pandemia

Las políticas para combatir el cambio climático ya dan resultado; en los últimos meses la energía eléctrica generada por fuentes eólicas y solares ha superado a la producida con el uso del carbón.

Sus logros en política exterior fueron notables como lo muestra la reconstitución de la Alianza Atlántica, el tratado Indo Pacífico y el apoyo a Ucrania. No debe olvidarse que esa invasión fue la consecuencia del gobierno de Trump, su complicidad con Putin y la hostilidad hacia los aliados europeos. El nominado candidato a vicepresidente republicano Vance ha votado sistemáticamente contra la ayuda militar a Ucrania para defenderse de la invasión rusa.

Hay mucho en juego en la próxima elección en los Estados Unidos y en el mundo teniendo en cuenta que el autócrata ruso no oculta su odio hacia los valores distintivos de Occidente y los aportes de la ilustración a los principios de libertad e igualdad. Por eso ha financiado campañas electorales de la ultraderecha extremista neofascista como en Francia, Alemania, los Estados Unidos, los movimientos segregacionistas españoles y en sectores del partido republicano.

Hace cuatro años turbas de partidarios de Trump, incitados por este, intrusaron el Capitolio e intentaron asesinar al vicepresidente Pence por reconocer la legitimidad del triunfo de Biden. Ahora como entonces se niega a expresar que reconocerá el triunfo demócrata si su candidata logra la mayoría en el Colegio Electoral, más grave aún, afirma y en la convención republicana hubo discursos muy claros, que en caso de derrota habrá guerra civil y que eso salvará a los Estados Unidos. Es decir, usa el mismo lenguaje que el dictador de Venezuela que también ante una posible derrota dice eso mismo.

Se ha instalado en los últimos tiempos el discurso del odio y la polarización. De un lado el bien, las fuerzas del cielo, los patriotas o cuanta estupidez y slogans se les ocurra a estos aprendices de brujo; amigos o enemigos, nativismo o indeseables. No es nuevo, sucedió en los treinta y así tuvimos guerras civiles sangrientas como la española y las decenas de millones de muertos de la segunda guerra mundial.

El odio ha imperado también en la Argentina desde los tiempos fundacionales. Así lo señalaba en “El Juicio del Siglo”, un ensayo para el diario La Nación, con motivo del centenario de mayo, Joaquín V González. Esas polarizaciones servirán para ganar elecciones, pero malogran acciones fecundas de gobierno. En este siglo han regresado y las secuelas están a la vista.

También con Cristina se cuestionaron como antiguos los paradigmas de la democracia liberal y de la revolución francesa, que curiosamente, también sostienen publicistas cuya lectura cita Milei, como Hans Herman Hoppe que escribe que la democracia lleva a la decadencia de Occidente.

Trump no ha ocultado que en caso de acceder nuevamente al gobierno irá por todo el poder. Como si fuera poco un fallo reciente de la Corte Suprema, en la que hay tres jueces nombrados en su gobierno, declaró la inmunidad de los actos del presidente en el ejercicio de su gobierno. Con ese fallo no hubiera podido tener lugar el caso Watergate que le costó la presidencia a Nixon.

Esperemos que esto gesto de renunciamiento a su candidatura de Biden sirva para lograr el triunfo de su partido e inicie la recuperación del partido de Lincoln, Theodore Roosevelt y Reagan alejando a los aventureros que lo infiltraron. Y de Biden se pueda decir que fue el presidente que salvó dos veces la democracia de los Estados Unidos.

* El autor es Presidente de la Academia Argentina de la Historia y miembro del Instituto Argentino de Historia Militar.

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