Un espejo en el que la Universidad debe mirarse

Los docentes formadores son en su mayoría egresados de la Universidad y también lo son quienes eventualmente dirigen la DGE. Nada de lo educativo puede ser ajeno a la Universidad.

Un espejo en el que la Universidad debe mirarse
Pruebas Aprender.

En este mes de diciembre se han producido diversas noticias relacionadas con la educación de Mendoza de difícil lectura. Una de ellas ha sido, sin lugar a dudas, el resultado que obtuvieron los chicos que aspiraban a ingresar a los colegios de la universidad.

Estos resultados muestran las dificultades importantes que atraviesa la educación en Mendoza que tienen un origen complejo y de larga data.

Daniel Innerarity, recientemente galardonado por la UNCuyo con el título de doctor honoris causa, sostiene que el político es una persona que tiene la capacidad de elegir entre distintas opciones, todas regulares.

Los resultados del APRENDER, sistema nacional de evaluación educativa, revelan que, desgraciadamente, los aprendizajes están atravesados por el efecto cuna. Es decir que los chicos de los sectores más favorecidos aprenden más. Existen experiencias concretas que revelan que alguna escuela con algunas características específicas eventualmente puede torcer este destino, pero la experiencia general es adversa para los que menos tienen.

Las declaraciones que han hecho altos funcionarios tanto de la DGE como de la Universidad ponen en evidencia que existía una conciencia previa acerca de las limitaciones que tienen nuestros chicos tanto en lengua como en matemática es por eso que llama la atención que conociendo previamente estos contextos desfavorables se haya sometido a los chicos, los padres y las escuelas a esta experiencia cuyos resultados ya se preveían.

Tomar examen de ingreso a los niños que han transitado la pandemia y, a los que les ha tocado habitar en un tiempo en el que ha crecido la pobreza y en el que los más pobres son los más chicos, fue sin lugar a dudas una decisión política.

No se trata aquí de pensar una respuesta por sí o por no. No se puede caer en tal reduccionismo. No es examen de ingreso sí o no. Es poder pensar examen de ingreso cómo, examen de ingreso cuál.

Beatriz Sarlo, vaya esta cita a manera de homenaje, sostiene que la escuela ha dejado de ser un lugar con legitimidad simbólica, y se ha convertido en un pasaje. Es solo un lugar donde transcurrir una parte de nuestra vida, para obtener un trabajo, para conseguir comida o seguridad.

Los que hace muchos años transitamos el sistema educativo recordamos que en los años noventa los maestros de nivel primario denunciaban las grandes presiones a las que eran sometidos por las autoridades educativas de entonces para promover a los niños al grado superior, aunque no tuvieran los aprendizajes mínimos necesarios. Tal vez allí podríamos encontrar el deterioro del sistema educativo que fue el resultado del gran deterioro social que supuso la experiencia neoliberal de la dictadura militar. Es que en educación los procesos son largos como lo son todos los procesos culturales. Esa pérdida de lugar simbólico ha sido en parte resultado de las políticas educativas que sustentaron los diversos gobiernos que se sucedieron.

Cecilia Veleda, reconocida figura del ámbito educativo, dice que uno de los problemas de la Argentina es la escasa profesionalización de quienes dirigen los sistemas educativos por eso surge la pregunta si, además de evaluar a los chicos, evaluaremos las políticas educativas de los últimos treinta años que nos han traído lentamente hasta aquí. Tal vez la lógica de la política educativa se centra en ocasiones en mostrar eventuales resultados con datos, que solo son en sí mismos un constructo estocástico, conseguidos en una gestión, pero la argamasa que constituye la escuela y sus prácticas fluye en un río largo, lento y espeso que responde a otras lógicas.

Como carecemos de datos anteriores, no sabemos si en otros años, cuando los chicos que terminaban la primaria rendían exámenes de ingreso tenían notas altas en la escuela y notas bajas en el examen de ingreso. Tampoco podemos comparar los exámenes tomados en aquel tiempo con los que se tomaron en esta ocasión, que extrañamente (una comunidad académica es ante todo una comunidad construida sobre la crítica pública, por eso, entre otras cosas no teme una auditoría externa) no han tomado aún estado público. Y aunque lo tomara tampoco tenemos los exámenes de aquellos años. De manera que tenemos muy poca información para valorar lo ocurrido en término de la historia del sistema. Sí queda mucho para recorrer hacia adelante.

Los resultados que han obtenido los aspirantes a ingreso a las escuelas secundarias de la Universidad no afectan solo a las escuelas de la DGE, la escuela primaria de la universidad no exhibe resultados muy diferentes. Ese es uno de los motivos por los que estos resultados son un espejo en el cual debe mirarse, también, la Universidad.

Pero existen otros motivos: los docentes formadores son en su mayoría egresados de la Universidad y también lo son quienes eventualmente dirigen la DGE. Nada de lo educativo puede ser ajeno a la Universidad. El sistema educativo es uno, atravesado por dos jurisdicciones llamadas a no desconfiar una de otra y a colaborar con un solo fin: educar al ciudadano.

* La autora es profesora universitaria.

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