Durante 185 días los niños y niñas realizan diversas actividades, escolares, extraescolares, deportivas, culturales, que van nutriendo sus habilidades y capacidades, esto les demanda mucha energía, tanto física como psíquica. Es por eso que durante el verano, se muestren un poco más abúlicos, desganados o simplemente relajados.
La etapa de horarios quedó atrás y es necesario este descanso, pensemos el proceso de aprendizaje como un CPU que durante 185 días está prendido y recibiendo información de la red, ya casi al finalizar el período de días éste se ve lentificado, y si ha estado prendido sin parar, aun cuando se encuentre en stand by, el procesador sigue funcionando, haciendo esta analogía con las funciones cognitivas (sistema operativo) y el cerebro (CPU) podemos pensar que en esta etapa debe estar libre de obligaciones y actividades que requieran continuar con la etapa activa, pasamos entonces a la etapa de relajación y reinicio.
Es por esto, que en esta etapa debemos tener presente estas sugerencias:
- Descansar lo más posible, y es buen momento también si quieren acostarse más tarde, la cantidad de horas de sueño dependerán de lo que el organismo necesite. Dejarlos dormir.
- Si luego de varias horas de sueño, aún tiene ganas de no hacer nada, podemos permitirle que disfrute de ese ocio, no se van a malacostumbrar.
- En este momento no carguemos de responsabilidades ni obligaciones, sólo las básicas, comer, jugar, higienizarse.
- Muchas veces, en esta etapa suelen “aburrirse” y debemos dejar que atraviesen ese proceso que es parte de volver a reiniciar.
Es importante pensar las vacaciones para nuestras niñas y niños como eso, una etapa de reinicio, donde las funciones cognitivas atraviesan un momento de asimilación permanente para la futura ejecución, como todo ser vivo necesitamos un momento de trasformación para volver a comenzar.
*Sobre el autor: Ariel Zariaga / Psicopedagogo – Lic. en Educación / Secretario del Colegio de Psicopedagogos de Mendoza