En respuesta a la nota de opinión del Señor Diputado Jorge Difonso sobre el agua cotizando en bolsa, es importante que todos en la sociedad, incluyendo a los poderes gobernantes, estén de acuerdo con el Diputado en que el agua es un derecho humano y que debemos actuar en sintonía.
Lamentablemente el resto de la nota hace uso del sentido común de forma perversa y se abusa del desconocimiento de la gente sobre lo sucedido con el nuevo índice del NASDAQ para regular los precios del agua en Estados Unidos.
Mencionar que “muchas voces vienen pronosticando guerras futuras sobre el agua” es como decir que “muchas voces vienen pronosticando la llegada de marcianos”, algo que carece de sustento científico concreto y sólido suficiente para fundamentar tales acontecimientos.
Es real la escasez de agua en algunas regiones desérticas del planeta y eso sí es un hecho irrefutable, así como también hay zonas donde el agua abunda y sobra como en Canadá, Escandinavia, las selvas africanas o el sudeste asiático.
Del mismo modo es real que la ciencia y la tecnología modernas tienen soluciones para la escasez de agua para lo cual solo hacen falta políticas y presupuestos adecuados.
Basarnos sólo en partes del planeta para decir que se ha secado es lo mismo que elaborar una nota de opinión con pocos datos, un lenguaje ameno y una clara tendencia a generar cierta sensación de preocupación sobre un recurso que es por demás importante para la población de Mendoza.
Parece haber sido omitido también que el nuevo índice de agua del NASDAQ fue creado para proteger a los usuarios y consumidores de agua en Estados Unidos ante la suba de precios insensata que algunas compañías proveedoras ponen cada vez que hay sequía en el país del norte.
Es decir, que si reconocemos el agua como un derecho, entonces actuar en sintonía es precisamente lo que ha hecho NASDAQ con este índice en la bolsa.
Antes de la incorporación del agua a la bolsa norteamericana, las personas podían comprar en ese país derechos de extracción de aguas con la libertad de ponerle el precio que quisieran en el momento que sea (como pasa en Mendoza y Argentina actualmente). Es decir que cuando un consumidor como una finca, una empresa o un municipio fuera a comprar agua, dependiendo de la demanda el proveedor podía variar el precio indiscriminadamente.
Esto, en cualquier mercado no regulado, genera incertidumbre ante la posible suba de precios sin predicción ni control alguno, lo cual complica el desarrollo de cualquier actividad productiva.
El nuevo futuro del NASDAQ elimina esa incertidumbre y le da al precio del agua que venden algunas compañías, una transparencia sin precedentes.
Esto en nuestro país no existe y mucho menos en nuestra provincia. No hay regulaciones sobre los precios y si de regulaciones hablamos también entramos en temas como el grado de tecnificación de sistemas de riego, los controles hidro químicos de efluentes que salen de las fincas, los controles en consumo y precios de las empresas que embotellan agua, el uso que hacen los municipios para regar sus parques con camiones cisterna de forma ineficiente, y muchos otros temas muy calientes que nadie se anima a tocar, o que más bien no convienen en muchos discursos.
Invito a los lectores a informarse por profesionales y especialistas, a acceder a información de calidad certificada y a ver la realidad de las cosas de la mano de expertos.
Industrias como la minería, el petróleo, la manufactura de algunos productos y algunas otras consumen muy poca agua en comparación a todas las otras actividades humanas como el riego de plantaciones, el consumo urbano y la cría de animales, pero penosamente esto desfavorece el discurso de muchos que terminan jugando con los sentimientos de la gente sobre la vida y la muerte.
Nuevamente insisto, debemos cuidar el agua y actuar en sintonía, sin ser hipócritas, perversos comunicadores o engañar a la población sobre lo que significa el agua.
Estamos muy lejos de tener regulaciones tan complejas y precisas como la del NASDAQ, intentemos al menos hacer las cosas bien por este lado y no jugar con la gente.
*El autor es Licenciado en Ciencias Geológicas. Secretario de la Asociación Geológica de Mendoza.