Todo cambió por el peso de la negociación política

La nueva negociación por el presupuesto entre oficialismo y oposición fue tensa pero de ambos lados admitieron la intención conjunta de lograr buen resultado. Suárez va reuniendo abundantes elementos para administrar y gestionar en un año electoral (2021) en el que pondrá a prueba la imagen de su gobierno.

Vicegobernador Mario Abed / Gabriel Fernández
Vicegobernador Mario Abed / Gabriel Fernández

Alivio en las filas del oficialismo y la oposición justicialista. Es lo que se percibió durante los días posteriores al acuerdo legislativo para el Presupuesto del año próximo. De una semana a otra, un clima totalmente distinto. Se puede decir que Mendoza retomó sus habituales cauces institucionales, algo que se distingue frecuentemente, con más razón al presenciarse las aparentemente irreconciliables posturas entre las fuerzas mayoritarias a nivel nacional.

Era cuestión de que bajara “la espuma”, como señalábamos el domingo anterior haciéndonos eco de lo que pensaba una pieza influyente del oficialismo local. Y se dio la lógica. El Gobernador debió ordenar que se pusieran en marcha los mecanismos para encarar una negociación política fructífera, mientras desde la oposición, justo es destacarlo, también repensaron lo sucedido y comprendieron que cierto afán de revancha a raíz de los desencuentros por los presupuestos de 2014 y 2015 (Pérez en el Gobierno y Cornejo al frente de la UCR) no tenían ya mucho sentido.

La nueva negociación, en la que fueron protagonistas el vicegobernador Abed y el senador camporista Ilardo, fue por momentos muy tensa, según admitieron de ambos lados, pero marcada por la intención conjunta de llegar a buenos resultados. Además, para los legisladores K era la oportunidad de intentar demostrar a los mendocinos que también son capaces de sumarse a una ordenada discusión política. Con más razón estrenando presidencia partidaria con Anabel Fernández Sagasti.

El propio senador Ilardo dijo en una de las tantas entrevistas que él y los demás participantes del acuerdo dieron a los medios, que “lo excepcional no se puede volver normal”. Quiso expresar que hacer costumbre que el Presupuesto no puede ser aprobado con un mínimo consenso, o ser directamente rechazado, no debe constituirse un hábito para la dirigencia. Mirada acertada. Ojalá sea la posición dominante de ahora en más en éste y otros temas estratégicos para Mendoza.

De todos modos, habría que esperar, por qué no, nuevas asperezas cuando se tenga que hablar del medio aguinaldo para los estatales o si tienen repercusión en la Legislatura las negociaciones paritarias. El Gobierno ya le aclaró al gremio docente que no está en condiciones de contemplar aumentos.

Por otra parte, en el PJ deben haber evaluado que el debut de la nueva conducción, en un marco de unidad partidaria a través de la lista encabezada por Fernández Sagasti, debía fortalecerse contribuyendo con el Ejecutivo y no dejando la imagen de terca oposición que quedó del debate en la Cámara baja. Cambiaron a tiempo.

Lo concreto es que el Gobierno obtuvo el consentimiento para el roll over por un año y para el endeudamiento en dólares para obras, asunto en el que siempre miran con atención los intendentes, oficialistas o no. No en vano la negociación en el Senado tuvo reuniones paralelas de dirigentes interesados en la pauta presupuestaria; una de ellas, vía zoom, la mantuvo Fernández Sagasti con los jefes departamentales que pertenecen al PJ.

Participó en las negociaciones el ministro de Hacienda, Lisandro Nieri. Abed se encargó de moldear el entendimiento aprovechando la buena voluntad que llegó desde la oposición camporista, de Bermejo y de los intendentes, pero el Vicegobernador pretendía que todos los números fuesen avalados por el responsable del Presupuesto en el Ejecutivo. Es real que Nieri no pudo quedar del todo conforme con lo pactado, pero desde lo político lo acordado por el oficialismo fue un gran logro, no caben dudas.

El peso del acuerdo sellado entre los senadores tuvo rápido trámite en Diputados, cámara que debió dejar de lado la módica pauta presupuestaria de la semana anterior para darle aprobación final al expediente que acordaron los senadores.

Durante ese breve trámite de los diputados, el presidente del interbloque oficialista, el radical Jorge López, destacó desde su banca “el valor de la bicameralidad”, refiriéndose, obviamente, al acuerdo que lograron los senadores como integrantes de la cámara revisora del proyecto. ¿Mensaje para la unicameralidad que promueve el gobierno de Suárez en el proyecto de reforma constitucional? Curioso.

A propósito del peronismo local, el gesto de unidad expresado por la mayoría de los sectores internos no significa que haya habido una fusión entre las corrientes más tradicionales del PJ y el cristinismo de la nueva presidenta del partido. Remarcan que sólo se trató de un acuerdo interno. Espacios ligados a los intendentes, como el de los hermanos Félix, mantienen en algunos casos una mirada distinta con relación a la conducción del Estado, el manejo de la economía, etc. No resignan posiciones internas (dicen continuar con un muy amplio porcentaje de adhesiones) y ratifican firmes aspiraciones a la hora de decidir las futuras candidaturas.

Buenas noticias para el Sur

Pero la semana no sólo le trajo a Suárez el alivio por el Presupuesto. Su gobierno obtuvo un logro importante en un año opacado por la crisis sanitaria y su repercusión en la economía: el acuerdo con Vale para la transferencia definitiva de la mina Potasio Río Colorado a la Provincia. La firma le abre a Mendoza grandes posibilidades para encarar la explotación del potasio en un escenario a simple vista favorable, ya que el proyecto tiene desde hace muchos años todas las aprobaciones de impacto ambiental correspondientes, ratificadas por la ley provincial 7.775, votada en 2007. Por lo tanto, la sombra de los crónicos reclamos de La Pampa en este caso no se hará presente.

A partir de ahora, el Gobierno, a través del área que conduce el ministro Enrique Vaquié, debe salir en la búsqueda internacional de socios. ¿Ayudará el contexto nacional? Alienta a los funcionarios de Suárez saber que el emprendimiento tiene una infraestructura adaptada a las exigencias de explotación. Y la generación de empleo es otro aspecto que crea fuerte expectativa. Y la sinergia con el sector petrolero es una variante que alienta a las autoridades para sumar a otra actividad que necesita ser bien apuntalada.

Para Malargüe es un incentivo importante. Su comunidad viene reclamando excepciones para ese departamento en cuanto a la actividad minera, limitada en todo el territorio provincial por la vigencia de la ley 7.722. Para ellos es hora de recuperar el tiempo perdido por los años de quietud de la firma Vale.

Después del traspié de Suárez y su equipo con la reapertura minera a poco de asumir, éste debe ser uno de los más importantes logros en medio de un año atípico en el que la principal mirada de la gestión estuvo puesta en los recursos para la crisis sanitaria y el indispensable equilibrio político con la Nación para poder sustentar dicha demanda de la caja provincial. A ello se suma el hecho de haber podido conducir políticamente la aprobación del Presupuesto con la mayor aproximación a lo propuesto en cuanto a financiamiento y recursos para la obra pública.

Suárez va reuniendo abundantes elementos para administrar y gestionar en un año electoral (2021) en el que pondrá a prueba la imagen de su gobierno.

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