El lema mundial del Día de la Salud 2017 fue para la OMS la campaña de «Hablemos de la depresión». En 2020 fue considerado por la Organización de las Naciones Unidas: “Un año desafiante para la salud mental”
Casi mil millones de personas en el mundo viven con algún trastorno mental.
Cada 40 segundos, alguien muere por suicidio.
Se reconoce que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre niños y adolescentes.
La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima.
Se estima, según datos de la Organización de la Salud (OMS), que una de cada cuatro personas, un 25% de la población general, sufre algún trastorno mental o del comportamiento en el transcurso de su vida.
Estos trastornos se encuentran entre los más perjudiciales, debido a su alta incidencia, prevalencia y cronicidad, a la temprana edad de aparición, a la baja tasa de tratamiento, y a la grave discapacidad que generan.
La prevalencia de vida de cualquier trastorno mental en la población general de la Argentina en mayores de 18 años (1996) fue de 29,1% (de la población) y el riesgo proyectado de vida hasta los 75 años fue de 37,1%.
Los trastornos con prevalencia de vida más elevada fueron el trastorno depresivo mayor (8,7% de la población), el trastorno por abuso de alcohol (8,1%) y la fobia específica (6,8%).
Los trastornos de ansiedad fueron el grupo de mayor prevalencia (16,4%), seguidos por los trastornos del estado de ánimo (12,3%), los trastornos por sustancias (10,4%), y los trastornos del control de impulsos (2,5%).
La presencia de cualquier trastorno mental fue del 14,8%, pero solo un cuarto de esos trastornos fueron clasificados como severos. El 11,6% de ellos recibió algún tratamiento Y sólo 30,2% de aquellos que padecían un trastorno severo recibieron atención médica.
El suicidio, ponerle fin a la propia vida, es una reacción trágica a situaciones estresantes; más trágica aún porque el suicidio puede prevenirse.
Hay signos previos que podrían predecir un suicidio y muchas veces el paciente trata de comunicarse para buscar ayuda y tratamiento profesional. La sensación es que los problemas no tienen solución y que el suicidio es la única forma de poner fin al dolor.
El suicidio ocupa la décima posición total como causa principal de la muerte. Entre las personas más jóvenes, el suicidio ocupa las posiciones siguientes:
Es la segunda causa de muerte, entre las personas de 10 a 34 años. La cuarta entre los 35 y los 54 años. La octava entre los 55 y los 64 años
En todos los grupos de edad, el número de hombres que se suicidan supera al de mujeres en una proporción de casi 4 a 1. Las razones no están claras, pero se considera que los hombres, cuando tienen problemas, son menos propensos a buscar ayuda, ya sea de familiares o amigos y/o profesionales de la salud. El abuso de alcohol y los trastornos por consumo de sustancias, que parecen contribuir al comportamiento suicida, son más frecuentes entre los hombres. Los hombres son más agresivos y utilizan medios más letales cuando intentan el suicidio.
Un 95% de las personas que fallecen debido a un suicidio tienen un trastorno psicológico en el momento de su muerte; sentimientos de angustia, irritabilidad o nerviosismo; desesperanza e impotencia, que suelen estar acompañados de depresión y la falta de una red de apoyo, malas relaciones con familiares o con sus pares, y sentimiento de aislamiento social
Si bien la mayoría de los antidepresivos son seguros, en algunos casos, niños, adolescentes y adultos menores pueden presentar un incremento de comportamientos y pensamientos suicidas si consumen antidepresivos, especialmente durante las primeras semanas o cuando se modifica la dosis. Sin embargo, es más probable que los antidepresivos reduzcan los pensamientos suicidas a largo plazo, ya que mejoran el estado de ánimo.
*El autor es Médico. Presidente de la Sociedad Argentina de Evaluadores de Salud.