Sorpresas en la escritura

Encontramos ejemplos en dos palabras, como en “Viene siempre de mal humor”, y en una sola, como en “Su malhumor es habitual”. Como la forma más usada es la que toma dos términos, el plural es “malos humores”.

Sorpresas en la escritura
Mal humor o malhumor, dos formas curiosas de describir un estado emocional en nuestra lengua.

Como cultora de nuestra lengua y encargada de coordinar una instancia de perfeccionamiento en corrección de textos, recibo diferentes noticias de la Fundación del Español Urgente, conocida por su sigla Fundéu, que trabaja con la RAE. En estos días, la noticia sorpresiva fue la escritura del vocablo “malpaís”. En efecto, para nosotros la expresión “mal país” está formada por un adjetivo que se escribe separado de “país”, en emisiones como “Se trata de un mal país desde el punto de vista económico”; pero el comunicado no versa acerca de estas dos palabras, sino que incluye “malpaís”, en un solo término. ¿Cuál es el valor de este vocablo? Según el diccionario académico, se define como un “campo de lava reciente, con una superficie tortuosa, estéril y árida”. No se escribe con espacio ni tampoco lleva guion intermedio; su plural es “malpaíses”, por lo que resulta equivocado formarlo como “malos países” o pensar que solamente pluraliza el artículo, en la forma no admitida “*los malpaís”. El ejemplo aportado por la Fundéu es el siguiente: “La lava será en breve un malpaís que no permitirá la agricultura”. Pasado al plural, será “La lava será en breve malpaíses que no permitirán la agricultura”.

¿Es el único caso en que nos encontramos con “mal” integrado a otro término, para formar un vocablo con significado y plural propios? No, no lo es. Cito el caso de “malentendido” que, recurrentemente, aparece mal usado y con un plural formado de modo incorrecto. En efecto, debo diferenciar entre la forma “mal entendido” y el sustantivo “malentendido”; en el primer caso, estoy ante el adverbio de modo “mal”, añadido al participio del verbo “entender”: “Vi que este tema hay quedado mal entendido por muchos alumnos”. El participio puede formar el femenino y también el plural: “La idea fue mal entendida por la mayoría” y “Esos conceptos fueron mal entendidos por la prensa”. Como puede apreciarse, el adverbio “mal”, por su naturaleza adverbial, queda sin variantes, mientras que es el participio el que sufre variación de género y número.En cambio, si usamos “malentendido”, estamos en presencia de un sustantivo cuyo significado es “mala interpretación o equivocación en el entendimiento de algo”. Forma un solo término, sin cortes; por lo tanto, su plural es “malentendidos”, no “*malos entendidos”, forma que no existe y que es absolutamente incorrecta: “El problema se originó en un tonto malentendido” y “Hubo varios malentendidos”.

¿Y con el término “humor”? Si el humor es excelente, no tengo dudas: escribo dos términos, uno para el adjetivo “buen” y otro, para el sustantivo “humor”: “Amaneció de muy buen humor”. Pero, si la actitud o disposición es negativa, hablo de “mal humor”, aunque puede llegar a aparecer la escritura en una sola palabra”: “malhumor”. Esta última grafía se justifica por la relación con el verbo “malhumorar” (“El trabajo a deshora malhumora a cualquiera”) y con su participio con valor adjetivo, “malhumorado” (“Me hace sentir que está malhumorado”); también, con el adverbio “malhumoradamente” (“El automovilista expresó su rabia haciendo sonar malhumoradamente la bocina”). Encontramos ejemplos en dos palabras, como en “Viene siempre de mal humor”, y en una sola, como en “Su malhumor es habitual”. Como la forma más usada es la que toma dos términos, el plural es “malos humores”: “Acá no se toleran malos humores”.

¿Qué sucede en el caso de una persona que se para mal? En este caso, escribimos dos palabras: el adverbio “mal”, que indica el modo en que alguien está de pie, y el participio “parado”, del verbo “parar”, que significa “estar de pie”: “El soldado había quedado mal parado al lado del monumento”. Pero, además, tenemos “malparado”, con el significado de “que ha sufrido notable menoscabo en cualquier línea”. Proviene del verbo “malparar”, equivalente a “maltratar, poner en mal estado”; no tiene el valor del modo de estar parado. Vemos esto en el ejemplo “Quedó malparado después del ataque de sus opositores”. En cuanto a su plural, ya se escriba separado, ya vaya en una sola palabra, solamente se coloca “s” a “parado/parada”: “Los niños, cansados por un acto tan largo, estaban todos mal parados”; “Después del ataque, los enemigos han resultado malparados”.

¿Cuál es la solución cuando debemos aludir a que a una persona se la trata mal? Si vamos a usar un verbo, recurriremos a “maltratar”, que queda definido como “tratar con crueldad, dureza y desconsideración a un animal, o no darle los cuidados que necesita”: “Lo maltrataron sin ningún tipo de consideraciones”. Además, puede ser “tratar algo de forma brusca, descuidada o desconsiderada”: “maltratar los libros”, “maltratar un vehículo”. Si vamos a usar el sustantivo, recurrimos a “maltrato”, como la acción y efecto de maltratar. Este sustantivo pluraliza “maltratos”: “Confirmaron que el padre sometía a sus hijos a reiterados maltratos”. Este sustantivo, en una sola palabra, alterna con la secuencia “mal trato”. En aquel caso, el plural será “maltratos”; en el último caso, “malos tratos”: “Se confirmaron malos tratos por parte del personal policial”.

El Panhispánico nos dice que el uso de “malos tratos se ha generalizado con el sentido de ‘delito consistente en ejercer de modo continuado violencia física o psíquica sobre las personas con quienes se convive o que están bajo la guarda del agresor’”.

Veamos qué ocurre con “malparido”, “malpensado”, y “maleducado”

“Malparido” es un vocablo que no se separa y que significa “despreciable, indeseable”; su plural es “malparidos”. “Malpensado” es, según el diccionario académico, el que se inclina a pensar mal de lo que hacen los demás o de sus intenciones. También puede escribirse “mal pensado” y siempre pluraliza en esta segunda parte: “Les pido que no sean malpensados”. “Maleducado” se aplica a quien es grosero o irrespetuoso; siempre que funcione como adjetivo puede escribirse en una o en dos palabras: “No sea maleducado” y “Demostró ser una persona mal educada”. Si actúa como sustantivo, se escribe en una sola palabra: “Un maleducado olvida saludar al entrar”.

*La autora es profesora Consulta de la UNCuyo

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