Analizando la editorial de “Los Andes”, titulada “Los subsidios permanentes no crean empleo”, vemos que es un concepto exacto, que aún no hemos comprendido y repitiéndolo, se cometen siempre los mismos errores.
Y nosotros lo repetimos porque nuestro sistema educativo nos enseñó a no industrializarnos y a desechar el verdadero trabajo que emancipa el país. Una consecuencia la tenemos en Mendoza, donde falta mano de obra para levantar cosechas, pero aumentan los subsidios.
Para crear trabajo se necesitan inversiones. Y las inversiones necesitan de la protección del gobierno. Un gobierno protege las inversiones por intermedio de la ley y la reglamentación, desechando al sector financiero.
Ayer, cuando debíamos proteger la realización de la industria de base y el autoabastecimiento no lo hicimos, prefiriendo hacer de la política una profesión muy bien rentada, olvidándonos de la Justicia.
En fin, los subsidios permanentes en realidad son sólo parches a la economía, son como un salto al vacío, donde se pierde el impulso económico y se incrementa el costo de vida.