“El Rodi no quiere volver atrás” confió, en estricto off, a principios de esta semana, un funcionario que es cercano a Rodolfo Suárez desde los tiempos de la Municipalidad de la Capital.
Hace algunos días desde el propio Ejecutivo se había advertido que si no bajaba el porcentaje de casos positivos diarios respecto del total de test que se realizaban, volver a fase 1 era una medida que el Gobernador tenía en mente. El plan, mientras tanto, era seguir apelando a la responsabilidad individual y al autocuidado. Desde principios de setiembre ese porcentaje no se redujo, se mantiene por encima de 45%.
Ahora, el Gobierno propone otro parámetro: según datos oficiales bajó la circulación de gente en las calles de Mendoza, entonces, la hipotética vuelta a la restricción casi total de la cuarentena puede esperar. El Ministerio de Salud también observa con lupa otra cifra: la evolución de recuperados respecto de los nuevos contagios, un dato que se consideraba favorable pese al sostenido ritmo de la curva de estas semanas. Pero el martes hubo 661 positivos por PCR y la cantidad de recuperados sólo llegó a 213 pacientes, es decir, apenas 32%. Se encendieron alarmas.
Más alla de curvas, datos y explicaciones, el Gobierno no quiere pagar el costo político de tomar una decisión que llegaría con una sociedad extenuada por protocolos, prohibiciones y distanciamientos (familiares, laborales, sociales) reales, más alla de eventuales “avivadas” que vulneran las disposiciones oficiales. Se siente que el riesgo de que la gente no acate una eventual marcha atrás es grande, tan grande como los perjuicios para la economía y que las fuerzas de seguridad también llegan a esta instancia al límite de sus posibilidades para hacerla cumplir.
El verdadero dato que miran en el Ejecutivo tiene que ver con el número de camas ocupadas en hospitales y sanatorios, tanto en las terapias intensivas como en las denominadas “áreas Covid”. Por eso se salió a reclamar a las obras sociales y prepagas un mayor seguimiento de sus afiliados, tanto de los que presentan dudas sobre su situación de salud como de los efectivamente detectados con el virus y que no requieren internación. Por eso se echa mano a todo tipo de tratamientos (cascos de oxigenación, nebulizaciones con ibuprofeno) para descomprimir y sacar tensión al sistema sanitario.
Será esto lo que determine las próximas decisiones.