En la emergencia económica que vivimos, la salud no es una prioridad para los ciudadanos, más preocupados por la inflación o la inseguridad. Sin embargo, la salud debe ser una prioridad absoluta para el Estado. Sin una buena salud de sus habitantes, no hay futuro para la nación.
La inversión argentina en salud, del 9.4% del PBI, nominalmente es una de las más elevadas de la región, sin embargo, los resultados obtenidos no son los esperables, lo que nos pone de frente a la necesidad de construir consensos para la modernización integral e integrada del sistema sanitario.
Según el Censo 2022, se estima que la seguridad social nacional (PAMI y obras sociales nacionales) cuenta con 22 millones de beneficiarios, la seguridad social provincial (obras sociales provinciales) con 7,6 millones, el subsector público con 16,4 millones y el subsector privado (empresas de medicina prepaga) con 2,1 millones.
Desde el punto de vista formal, la totalidad de la población tiene cobertura pero el acceso a las prestaciones de salud no siempre es efectivo ni oportuno.
Muchas veces estas prestaciones son inadecuadas, existiendo profundas inequidades según la región, el subsector o la organización que brinda la cobertura.
El objetivo principal es desarrollar un sistema de salud federal, equitativo, accesible, oportuno y tecnológico, que brinde el cuidado adecuado a las personas, según el ciclo de vida, con prestaciones de calidad homogénea y universal para todo el territorio nacional.
Debemos contar con un padrón único sanitario nacional, con una historia clínica unificada, interoperable y universal, que permita hacer el seguimiento en tiempo real del cuidado de la salud de cada ciudadano, su prestador responsable y su financiador, más allá del lugar físico de residencia donde reciba las atenciones y de la organización o subsector al que pertenezca.
La receta electrónica nacional es imprescindible para obtener información sanitaria para la correcta toma de decisiones y el control del fraude, con un Programa Médico Obligatorio (PMO) con alcance nacional y abarcativo a todos los subsectores.
La Atención Primaria de la Salud es la estrategia para garantizar el mayor nivel de salud y bienestar de la población, cuya distribución debe ser equitativa y centrada en la atención de las personas, desde la promoción de la salud y la prevención de enfermedades hasta los cuidados paliativos.
La necesidad imperiosa de concentrar las acciones de programas estratégicos, ampliamente dispersos con resultados sanitario-económicos ineficientes, hace repensar en agrupar ordenada y estratégicamente los mismos para potenciar y optimizar sus resultados.
La autoridad sanitaria nacional debe cumplir un rol ordenador y rector, orientando las políticas nacionales al cumplimiento de los fines estratégicos y evitando la duplicación de acciones con las jurisdicciones provinciales.
Es fundamental redefinir, articulando con provincias y establecimientos privados, el Sistema Nacional de Residencias del equipo de salud, asignando prioridad a aquellas especialidades críticas.
No sólo hay que formar el recurso humano que el país necesita sino también fortalecer la capacitación, los incentivos y los pagos.
Aquellas personas que se jubilen deberían tener la opción de continuar, sin restricciones, en su obra social previa a su jubilación o poder solicitar ser transferidos al PAMI, que requiere una amplia reforma con el objetivo de alcanzar su sustentabilidad.
La Seguridad Social, nacional y provincial, debe estar al servicio de la salud de los trabajadores y no de los intereses de los dirigentes sindicales.
El 75% de las obras sociales, no llega a cubrir la cápita promedio de la seguridad social y, muchos de ellas, no llegan a cubrirla aún recibiendo diversos subsidios.
Debemos crear el Instituto Nacional de Evaluación de Tecnologías en Salud (INETS) dependiente de la ANMAT. Con la finalidad de fortalecer la política de medicamentos y tecnologías médicas.
El desafío está planteado, el futuro espera las impostergables transformaciones del sistema sanitario argentino.
* El autor es médico. Subsecretario de Salud de la provincia de Mendoza.