En mi opinión, el pueblo en general –salvo algunas excepciones– ha cumplido con los consejos dados por nuestras autoridades y se ha ajustado estrictamente, al uso del barbijo, a la distancia social y el cuidarnos y cuidarte para evitar males mayores.
Por lo menos eso es lo que se ve en la calle. Es posible que en el ámbito privado, sigan existiendo las reuniones de amigos en lugares cerrados o alguna fiesta de jóvenes que deben estar más que cansados y hartos de este encierro eterno.
Pero fuera de esos casos que seguramente existen, el problema más grave es la inconciencia de los políticos, que en el momento más difícil de esta crisis, no cesan de echarse la culpa los unos a los otros, sin asumir ninguna culpa.
El partido de la oposición, ha emitido un comunicado que dice: El Gobernador debe hacerse cargo de lo que sucede en Mendoza, y considera que las declaraciones del gobernador en el sur provincial tienen como fin seguir victimizándose, evitando la toma de decisiones que cuiden la economía, protegiendo la salud de los mendocinos.
El Presidente por su parte, le echa la culpa a los médicos porque habló literalmente de un relajamiento del sistema sanitario y que por eso la ocupación de camas críticas estaba cerca del tope.
A su vez, otros políticos se acusan y se maltratan entre sí, sin hacer un “mea culpa” y reconocer que han existido errores de todas partes. Pero es más fácil castigar al otro otorgándole toda la culpa, antes de reconocer la responsabilidad propia. Así, no hay posibilidad de que Argentina salga del grave problema en que está.
Si los dirigentes no se unen y toman conciencia de que nadie se salva solo, cada día está más lejos el final de esta tragedia. Y con ella, aumentan los pobres, hay más gente indignada y el malestar social como un fermento, que puede estallar en cualquier momento. Seamos conscientes del difícil momento que estamos viviendo.
*El autor es Abogado.