Es un hecho ya consolidado el operativo llamado Revisión Técnica Obligatoria (RTO) de los automotores que circulan la extensa red vial de Mendoza. Alcanzará a autos y camionetas con antigüedad de 3 años desde su patentamiento; y motos con una antigüedad de 2 años desde su patentamiento.
La RTO permite determinar si la unidad cuenta con las condiciones mínimas que garanticen la seguridad del conductor, de las personas que viajan como acompañantes en el rodado y la de los usuarios de la vía pública. La medida cobra importancia al analizar estadísticas internacionales que señalan tres factores básicos respecto de las causas de los incidentes de tránsito: Las que tienen origen en las fallas atribuibles al factor humano son entre 70 y 75%; las que se deben a defectos del vehículo, entre 22% y 25% y las originadas en fallas de la vía pública o fenómenos ambientales, entre 5% y 7%.
El primero de los motivos puede ser superado mediante educación vial. El tercero puede ser abordado con mayor inversión en infraestructura que mejore los diseños de las vías de comunicación y el mantenimiento. En cuanto al segundo aspecto, en todo el mundo millones de vehículos son inspeccionados como requisito para circular en condiciones. En nuestro país, la inspección está prevista en la legislación vial nacional y provincial y se han instalado en todo el territorio centros que prestan servicio.
Pero, sin estar en desacuerdo con la inspección de los automotores, que será aplicación obligatoria a partir de enero de 2022, parece necesario que el Estado provincial y los municipios resuelvan la mala situación de muchas calles, avenidas y rutas, en regular a mal estado de conservación.
Reconocemos que la medida a aplicarse en materia de seguridad de los vehículos, no obstante que implicará un nuevo sacrificio económico para los bolsillos de los usuarios, contribuirá a la disminución de los siniestros del tránsito.Sin embargo, en paralelo con la puesta en marcha de esa inspección, las reparticiones competentes en materia vial, deberían iniciar urgentes programas de mejora de la situación de calles y caminos, y bajar la relación entre accidentes y situación de la carpeta asfáltica.
Inclusive, esta posición fue asumida en un proyecto legislativo por el diputado Mario Vadillo, quien pide suspender la RTO hasta que se arregle la carpeta de rodamiento general del territorio. El legislador sostiene datos en materia del origen de colisiones y vuelcos. “El 89% de los accidentes –sostiene- se deben a falla humana; 9% al mal estado de la ruta y 2% a fallas mecánicas del vehículo”.
Puntualmente venimos señalando las eternas fallas en la carpeta asfáltica, representadas por baches, agrietamientos, ahuellamientos y otros deterioros. También pueden advertirse peligrosos cruces de ciclovías, cruces de rutas y calles (insuficientemente señalizados), reductores de velocidad mal conservados (provocan roturas en neumáticos y la suspensión), banquinas invadidas por material sacado de la limpieza de cauce de riego, entre otras causas.
No sabemos entonces si es procedente postergar la puesta en marcha y obligatoriedad de la RTO en el medio, pero sí es necesario poner en marcha un urgente plan de reparación de las vías de comunicación que diariamente usan los ciudadanos de la provincia, los visitantes y los transportistas de carga.