Tenemos un sistema de transporte público de pasajeros que va a colapsar en algún momento y perjudicará a los habitantes del Gran Mendoza.
Es imposible seguir sumando frecuencias y unidades de transporte, sabemos que el tránsito de por sí ya es un caos, por ello deberíamos desde ahora ir trabajando en una transformación gradual y controlada, con una visión integral de la organización del espacio vial. O sea, conseguir un orden.
Una salida para ello es buscar puntos imaginarios y unirlos. La concentración de pasajeros es una opción, entonces si tomamos como ejemplo la Universidad Nacional de Cuyo y un punto distante como es el aeropuerto de Mendoza, o un departamento alejado de la zona urbana de la provincia, los estudiantes tendrán mejores posibilidades en el transporte. Y además, al vincular lo nacional y municipal se pueden conseguir subsidios y distintos tipos de ayuda, se puede lograr una red de transporte provincial efectiva y rápida.
Hay que optimizar el sistema de subsidios para el transporte en beneficio real del usuario.
Para ello debemos poner los equipos técnicos a trabajar y así lograr los cambios que la sociedad nos pide y realmente necesita.
¿Debemos pensar en la oferta o en la demanda del servicio? Generemos la discusión con aportes técnicos semanales, mensuales, anuales, pensemos en los mendocinos.
El usuario de transporte público no tiene a mano servicios para reclamar que funcionen correctamente y además que la respuesta le brinde un cambio que luego sea reconocido y solucionado.
La sociedad de hoy demanda una capacitación de los choferes y del personal en general sobre las problemáticas de género y diversidad, como así también en el trato hacia las personas mayores y también hacia las que poseen capacidades diferentes.
En Mendoza debemos desarrollar un sistema que nos lleve a una provincia “amigable”, “limpia” y “cuidada” en cuanto al traslado, al tránsito.
Uno de los ejes complementario es el Bicitran, que es un medio público de movilidad y se debe articular con bicisendas, estaciones propias, circuitos pensados en las zonas urbanas.
La bicicleta, está cada vez más afianzada en los ciudadanos y es usada para poder recorrer distancias urbanas; el clima de nuestra provincia es muy favorable para la utilización de este medio de transporte.
Se debe tratar de prescindir cada vez más del transporte particular y público.
Es necesario avanzar en la desconcentración de servicios y actividades en los espacios urbanos y suburbanos acortando las distancias que el mendocino tiene que recorrer.
Si imaginamos la Ciudad de Mendoza con un aumento de 30% más de habitantes, eso nos lleva a pensar en los accesos, las rutas, las calles, el tránsito, rotondas, micros urbanos, interurbanos, de larga distancia, trenes, bicicletas, autos particulares.
Debe pensarse el desarrollo de una ciudad conforme a una idea que transite las ideas (ejes) nombradas para evitar crecer en un caos o un crecimiento sin horizontes.
Es necesario evitar la suma de frecuencias y recorridos de micros sin estudios que sustenten decisiones estratégicas, o una rotonda de tres pisos en el acceso este y costanera. O más circulación de autos particulares en distintos horarios.
Es preciso que haya cada vez menos necesidad de desplazarse, cuidando el medio ambiente, coordinando servicios públicos y privados.
La articulación de los organismos del gobierno y una reorganización de la movilidad conducida desde el Estado.
Repensemos el transporte público de Mendoza, nosotros ya lo hemos visualizado, construyámoslo juntos.
*El autor es delegado en Mendoza de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte.