Reducir riesgos: el desafío de escuelas resilientes

En el marco del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, es crucial que las escuelas se transformen en espacios resilientes, donde se eduque y empoder a las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos del futuro.

Reducir riesgos:  el desafío de escuelas resilientes

El 13 de octubre, se conmemora el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, cuyo tema central este año es “Empoderando a la próxima generación para un futuro resiliente”. Naciones Unidas, a través de su Oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres (Undrr)), resalta el papel fundamental del sector educativo en la protección de niños y jóvenes, proponiendo dos líneas de acción clave: garantizar la seguridad de las escuelas y empoderar a los estudiantes para que comprendan los riesgos que enfrentan.

Para lograr esto, la Undrr insta a los países a implementar el Marco Integral de Seguridad Escolar 2022-2030 (CSSF), una herramienta global diseñada para fortalecer la resiliencia de las instituciones educativas.

Marco integral

El CSSF es un enfoque integral desarrollado por la Alianza Global para la Reducción del Riesgo de Desastres en el Sector Educativo (Gadrrres), presidida por la Unesco y Unicef. Este marco busca garantizar un acceso seguro y continuo a la educación, protegiendo a estudiantes y personal educativo ante cualquier amenaza.

El CSSF se estructura en cuatro componentes principales:

. Sistemas y políticas habilitantes (base): Fomenta la creación de sistemas que protejan a las comunidades escolares, aseguren la continuidad educativa y promuevan una cultura de seguridad.

. Instalaciones de aprendizaje más seguras (pilar 1): Prioriza la construcción y mantenimiento de escuelas seguras, tanto en nuevas edificaciones como en aquellas existentes, evaluando las necesidades de reparación, adaptación o reubicación.

. Gestión de la seguridad escolar y continuidad educativa (pilar 2): Planifica la seguridad y el bienestar de los estudiantes y docentes ante cualquier peligro, desarrollando capacidades de resiliencia a nivel local.

. Educación para la reducción del riesgo y la resiliencia (pilar 3): Involucra a las comunidades escolares en la creación de contenidos educativos que promuevan la comprensión de los riesgos y fortalezcan la resiliencia ante desastres.

Plan nacional

En Argentina, el Plan Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres 2024-2030 (Pnrrd) define las políticas públicas en gestión del riesgo, alineado con la Ley 27.287 y el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil (Sinagir). El Pnrrd abarca 5 prioridades clave:

. Comprender el riesgo de desastres.

. Fortalecer la gobernanza de la gestión del riesgo.

. Invertir en la reducción del riesgo para fortalecer la resiliencia.

. Aumentar la preparación para dar una respuesta eficaz ante desastres.

. Reconstruir mejor durante la recuperación y rehabilitación.

Entre los ejes temáticos del Pnrrd se incluye la educación. En este aspecto, se promueve la incorporación de contenidos sobre gestión del riesgo en todos los niveles educativos, desde una edad temprana. Además, se enfatiza la importancia de que las escuelas en zonas de riesgo sísmico, como la región de Cuyo, cuenten con planes de mantenimiento de estructuras vitales que les permitan operar de manera segura durante un sismo.

Acciones concretas

En la provincia de Mendoza, es crucial avanzar en la implementación de medidas que permitan desarrollar escuelas resilientes y empoderar a las comunidades educativas. Basándose en los pilares del CSSF y en las prioridades del Pnrrd, se proponen las siguientes acciones:

. Respaldo al CSSF: El gobierno provincial podría oficializar su apoyo al CSSF, comprometiéndose a implementar los tres pilares y su base. Esto incluye coordinar esfuerzos para adaptar las políticas provinciales a los lineamientos del marco.

. Evaluación de infraestructuras escolares: En colaboración con instituciones académicas y técnicas, el gobierno podría realizar evaluaciones de la infraestructura escolar para cuantificar sus vulnerabilidades y diseñar un plan de mitigación de riesgos.

. Fortalecimiento de los contenidos curriculares: Aunque las escuelas primarias de la provincia ya incluyen contenidos relacionados con prevención y resiliencia, sería necesario evaluar el impacto de estos programas en los estudiantes. Además, se debería extender esta temática a otros niveles educativos para generar un aprendizaje más integral y sostenido.

Reflexión final

El Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres nos invita a reflexionar sobre el papel de las escuelas como agentes de cambio. Desde Mendoza, y con el apoyo de las políticas globales como el CSSF y el PNRRD, podemos avanzar hacia un futuro donde nuestras escuelas no solo sean espacios de aprendizaje, sino también de resiliencia y seguridad.

La gestión del riesgo es una decisión política, pero también una construcción colectiva. Es hora de actuar para proteger a nuestras generaciones futuras.

* El autor es profesor de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) e integrante del Centro de Investigación Relativo a la Ingeniería Sísmica (CeReDeReT).

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