Hace días recordábamos, desde esta columna, las legítimas demandas del sistema de salud provincial y su compromiso de prestación y entrega en la atención de las patologías en general y de la pandemia de SARS-Cov-2, en particular. Retornamos la temática porque el 7 de abril, se celebró el Día Mundial de la Salud.
La fecha nos remite a 1948, tras la Segunda Guerra Mundial cuando se creó la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el propósito de alcanzar el grado más alto posible de atención sanitaria en todas las naciones. El concepto, fijado entonces, fue salud para todos los pueblos. Se actuó en consecuencia para incentivar a organizaciones civiles, estatales y a la sociedad en general, a invertir en salud para un futuro más sano.
Todos los años, en la jornada internacional de la salud, la OMS propone un tema específico, que sea de preocupación mundial, para abordar.
En este año 2021 que estamos cursando con no pocas zozobras, el lema elegido es: “Construyendo un mundo más justo y saludable”. El año pasado, la consigna fue “Apoyo al personal de enfermería y de partería”, con el fin de reconocer su labor, visibilizar las demandas y atenderlas, a través de políticas específicas que reconozcan a esos servidores, fortalezcan esas áreas de trabajo y mejoren sus condiciones laborales.
La información sobre esta recordación, que brinda la OMS anualmente, se basa en impulsar a que haya más conciencia de salud y enfermedad y de sus consecuencias, en especial en países con bajos ingresos per cápita.
Asimismo, proponer actividades para enfrentar la enfermedad, diagnosticarla, prevenirla, y atender a quienes la padecen.
En el mismo sentido, generar informes sobre prevención de enfermedades, que describan sus consecuencias, y aseguren una buena detección precoz y, por ende, una mejor atención.
La OMS recomienda una serie de hábitos y cuidados cotidianos que siempre son convenientes de realizar, porque ayudan a tener una vida más saludable.
La adecuada higiene es realmente importante. Lavarse manos y dientes correcta y frecuentemente como forma eficaz de evitar contraer enfermedades, realizar actividad física periódica y utilizar la medicación adecuada, junto con la necesidad de alimentarse con una dieta balanceada y variada, lo que a veces es sumamente difícil de llevar a cabo en hogares con ingresos muy por debajo de una canasta básica de alimentos.
Otra de las sugerencias principales es no fumar, ya que el tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible en todo el mundo. En paralelo, consumir sal con moderación, ya que el exceso provocará problemas de salud como la alta presión arterial e insuficiencia renal.
Finalmente, otro aspecto que hemos defendido desde esta sección es conducirse defensivamente en la vía pública para evitar siniestros, muertes y discapacidades y, por ende, no recargar los servicios hospitalarios.
Además, para los principales protagonistas de la protección de la salud -los médicos y los auxiliares de enfermería-, percibir salarios acordes a sus capacitaciones y entregas horarias laborales, una meta que en Mendoza está en permanente debate y sin llegar a la plena aceptación de los profesionales del área, que consideran bajas sus remuneraciones.