No cabe la menor duda de que la política económica argentina actual es degenerativa; provoca un proceso que empobrece la comunidad.
La economía política no es emocional, ni voluntaria; la rigen y determinan leyes naturales que la humanidad no puede cambiar y cuando lo intenta, fracasa el bienestar social. Tampoco es sectorial, es política, de la polis, de la comunidad, de la sociedad, de todos y no de algunos.
Natural es una condición esencial de la ciencia física, química y económica, entre otras. Natural es la ley de gravedad. Si a un cohete se le acaba el combustible en mitad del vuelo, se cae. Si un proceso del fenómeno económico se interrumpe, se cae, se anula el proceso, se degenera el fenómeno económico.
La economía política, aunque no es física ni química, es también un fenómeno natural, que tiene por lo tanto un proceso natural cuya interrupción traba y perjudica la actividad económica.
El origen de la economía política es la necesidad humana y su consecuencia, valor y precio económico, en dicho orden.
El comportamiento humano es tratar de satisfacer la necesidad, a veces en forma individual, pero en la gran mayoría de los casos, dado la multiplicidad de necesidades y la vida en comunidad, a través de trueque, transacción, intercambio, con terceros.
El dinero es solo un medio que facilita la transacción, que proviene siempre de la prestación de servicios, venta de productos, herencia o regalos. Pero siempre el antecedente original es prestación de servicios, en forma directa o indirecta a través de productos.
Lo dijo Juan Bautista Say (1767/1832): “Los bienes y servicios se cambian por bienes y servicios”, inclusive, por supuesto, en el comercio internacional: las importaciones se pagan con exportaciones. Sin la una o la otra, se anula la contraria.
El dinero es un bien cuya utilidad es facilitar los intercambios. A la larga sirve exclusivamente para adquirir otros servicios, en forma directa o producto.
La necesidad origina también el fenómeno natural denominado precio, que es el efecto subjetivo de la consideración de importancia del bien, es decir, del esfuerzo que se considera conveniente realizar para satisfacer la necesidad.
En consecuencia, es inútil y perjudicial modificar la consecuencia precio. Inútil, porque sin atacar su causa no se consigue efecto alguno y perjudicial porque deja la economía sin combustible; interrumpe y traba el proceso.
El mismo efecto negativo produce beneficiar individualmente sectores económicos porque los precios están determinados por dos causas: necesidad y escasez, relacionados a través de la moneda; el aumento de la demanda de un bien ocasiona la disminución de otros y sus respectivo/s precios.
En consecuencia, toda acción pública o privada que intervenga los precios, interrumpa, cambie y/o beneficie a algo, o a alguien, interrumpe el fenómeno económico y perjudica a todos.
Se citan disposiciones legales del año 2020, algunas prorrogadas en varias oportunidades: prohibición de despidos y suspensiones laborales; ley de alquileres; apoyo financiero a agentes de seguro de salud; fondo de asistencia para la reactivación de rodajes; apoyo financiero a la producción cinematográfica; congelamiento de las tarifas de luz y gas; precios máximos; Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción; asistencia a empresas estratégicas; plan federal de cultura; sostenimiento de la actividad turística; créditos a tasa cero; suspensión de cortes de servicios públicos; auxilio, capacitación e infraestructura para el turismo.
Además, doble indemnización para despidos; asistencia de $ 10.000 a sectores vulnerables, congelamiento tarifas de telefonía fija y móvil, internet y TV, apoyo económico para clubes; Impuesto a las grandes fortunas; programa Ahora 12; facilidades para créditos hipotecarios; asistencia a argentinos en el exterior; ley de promoción de hidrocarburos; promoción a la economía del conocimiento; visto bueno legislativo para gastar $ 1,9 billones durante el segundo semestre de 2020 añadidos a los $ 5,5 billones ya aprobados; reglas para comprar divisas estadounidenses y priorización de pymes para la prefinanciación de exportaciones, entre otras medidas más.
Que la tendencia mundial en materia económica sea proteccionista, no significa que sea benéfica; por el contrario, es perjudicial. La economía política (de nuevo), es social, no es sectorial y menos individual. Es de la comunidad, es de todos y para todos. El proteccionismo es solo benéfico para quienes lo reciben, pero perjudicial para todos los otros y la comunidad. La acción correcta económica es facilitar, no impedir, la actividad económica: los intercambios, los trueques, las transacciones, para activar la economía, mejorar y beneficiar la situación social y evitar, o por lo menos disminuir, la pobreza.
*El autor es licenciado de la Facultad de Ciencias Económicas - UNCuyo