En tierra de inmemoriosos, es fundamental recordar la historia de estos personajes como al que a continuación explicitamos.
El señor Guillermo Francos, el día 27 de septiembre en el diario La Nación, declaraba que el desprestigio de la política se debía a “falsas denuncias” de Carrió sobre algunos dirigentes políticos.
El Sr. Guillermo Francos, representante argentino en el BID designado por el gobierno de Alberto Fernández y expresidente del Banco Provincia de Buenos Aires, en el gobierno de Daniel Scioli no especifica cuales son las denuncias falsas porque todas las iniciadas por la señora Carrió han dado lugar a investigaciones, procesos, condenas y otras están próximas al juicio oral después de cubrir todas las instancias.
Las condenas a Lázaro Báez, la ruta del dinero K o el escándalo con YPF que nos ha condenado a pagar 16 mil millones de dólares fueron denunciados por Carrió mientras estos señores guardaron silencio.
El Sr Guillermo Francos, al igual que el señor Javier Milei, su exempleado en la Corporación América y ahora su jefe político, califican de “chorros” a políticos, pero sin especificar ni nombres ni delitos.
Como hizo el mismo señor Franco quien renunció a su banca de diputado nacional por “cansancio moral” pero nunca dijo ni denunció las causas de su cansancio.
Aunque sin dudas que hubo 25 mil razones verdes pues a las pocas horas dejó de percibir una dieta de diputado nacional que entonces equivalía a cinco mil dólares mensuales por un empleo con el Sr Eurnekian de 25 mil dólares mensuales.
El Sr. Francos inicio su actividad política en el “grupo Perriaux” una usina de pensamiento para darle letra a la dictadura militar.
Del ateneismo pasó a las filas de Manrique llegando al Concejo Deliberante de Buenos Aires en 1985 siendo reelecto merced a una Alianza con Alfonsín.
Luego fue subsecretario del intendente peronista Saul Bouer, candidato de vicejefe de gobierno de Gustavo Béliz en 1996 y electo diputado nacional por el cavallismo en 1997 dejando su banca dos años después `por el supuesto cansancio moral.
Un par de años luego hará el salto al sciolismo y después al albertismo.
Toda un cursus de casta y vinculaciones con empresarios pletóricos de negocios con el Estado, donde compartió oficinas con el bufonesco Eduardo Valdés y el embajador y excanciller Rafael Bielsa.
Finalmente, cabe aclarar, que nunca actuó contra los ataques a las instituciones, la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la libertad de prensa.
Para ser opositor se requiere algo más que subirse a la ola política de turno. Se necesita ser consistente y coincidente con el pasado, que parece que este señor Guillermo Francos pretende que sea olvidado.
No es con personajes con tales antecedentes con los que se construirá una nueva fuerza política que se supone viene a luchar contra los defectos de la casta. Francos es la expresión más cabal de la casta que supuestamente se viene a combatir.
* El autor es miembro de la Coalición Cívica ARI
