Que todo sea para mantener una buena relación

Cornejo respiró profundamente antes de expresarse sobre el ataque de Milei a la paternidad democrática de Alfonsín, uno de sus modelos políticos, indudablemente. Y De Marchi acepta sin miramientos el desafío de ser el número dos de la conducción directiva de Aerolíneas. En ambos casos, todo sea para mantener una buena relación con Milei.

Que todo sea para mantener una buena relación
Omar De Marchi y Alfredo Cornejo

El presidente de la Nación unió transitoriamente al muy resquebrajado radicalismo nacional al definir a Raúl Alfonsín como un golpista asociado a Eduardo Duhalde para provocar la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, casi en las vísperas navideñas de 2021. Una explosiva definición como parte de su discurso en el 47° aniversario de la Fundación Mediterránea y justo el día en el que la UCR recordaba el histórico triunfo electoral del 30 de octubre de 1983.

No es la primera vez que Milei critica a Alfonsín por los resultados económicos de su gobierno, pero esta vez logró repudios al unísono de parte de una dirigencia que justamente está dividida por la mirada sobre las medidas que toma el Gobierno. No faltó quien lo criticara, asunto que poco le preocupa al armado libertario, empecinado en la “batalla cultural” que libra a capa y espada, entre otras motivaciones, contra emblemas y personajes que han contribuido con la decadencia centenaria sufrida por la Argentina, según la mirada presidencial. Yrigoyen, Perón y Alfonsín se encuentran apuntados por la exigente lente libertaria. Pero no fue poco de parte del Presidente bajarlo de la veneración como “padre de la democracia” por haber participado de una supuesta conspiración. Al margen de los entretelones, hay que destacar que el procedimiento para la sucesión de De la Rúa fue en el marco constitucional.

En el radicalismo mendocino hubo también algunas reacciones críticas rápidas, como la del partido, que preside el cornejista Andrés Lombardi, y otras más meditadas, pero igualmente rigurosas, aunque con un lenguaje más sutil, como el que utilizó el gobernador Cornejo.

El jefe del Ejecutivo local suele medir lo que piensa decir y, aunque calmo, en este caso fue lapidario. Por eso no dudó en calificar de falsos los conceptos del Presidente en Córdoba. Después de que su partido se expresara tanto a nivel nacional como local, Cornejo parece haberle sugerido al Presidente y a su entorno no buscar torcer la valoración de lo sucedido. “Cambiar la historia es algo que hizo el kirchnerismo muchas veces” opinó. “Golpe de Estado fue el del 76…”.

Y también hizo una interesante salvedad al aludir a los asuntos que realmente le interesan a la mayoría de la gente. En tal sentido sostuvo que, si bien la discusión sobre el pasado “aburre” a buena parte de los argentinos, dicha polémica “debe ser fiel a la verdad”. Y por último sugirió (claramente a Milei) que el debate apunte más hacia el futuro del país que a estas apreciaciones que, en todo caso, los historiadores deberán resolver o reafirmar. “Nos entusiasma más poder encontrar soluciones para los problemas económicos y el deterioro social”, puntualizó el Gobernador.

Cornejo ratificó de esa manera su apoyo a las medidas macro que viene adoptado la administración nacional, postura que probablemente siga manteniendo en el equilibrio que él y otros jefes provinciales radicales deben fortalecer para no quedar atrapados por los extremos que muestra hoy la UCR entre los diputados directamente alineados con el oficialismo desde la votación del veto sobre jubilaciones y los que lisa y llanamente decidieron apartarse del sector dialoguista con el Gobierno, identificados con Lousteau y Manes. Al enclave parlamentario que lidera el cordobés De Loredo seguirá apoyando el gobierno provincial.

La mirada política local también se posó en los últimos días sobre Omar de Marchi, el referente de La Unión Mendocina, que dejó el cargo que venía ocupando en la Jefatura de Gabinete de la Nación para ser designado nada menos que en la convulsionada Aerolíneas Argentinas, empresa de la que será vicepresidente. Trascendió que su principal rol se basaría en la negociación con los numerosos gremios aeronáuticos, tarea no sencilla, pero en la que el mendocino puede desempeñarse con más conocimiento que otros directivos por su experiencia en política. Claro, en medio de un proceso que tiende a la privatización de la compañía la cuestión puede ser áspera.

En el entorno del mendocino señalan que para él la nueva función constituye un desafío personal y una fuerte muestra de confianza por parte del Ejecutivo. Su mirada está puesta, en gran medida, en Mendoza de cara a un año electoral en el que deberá pensar en la posibilidad de formar parte de un escenario que ya tiene nombres instalados, como el de Luis Petri y el del gobernador Cornejo.

Tanto el ministro de Defensa como el jefe del Ejecutivo local tendrán voz y voto a la hora de hablar de posibles alianzas y de candidaturas. Y si las elecciones nacionales y locales se hacen juntas o separadas también dependerá de esas conversaciones y, como es de suponer, de los números de encuestas que maneje Cornejo, un fiel seguidor de esos datos, especialmente cuando los manejan en absoluta reserva los expertos de su confianza.

¿Qué hará De Marchi? Mantiene su vínculo con Mauricio Macri y este reconocimiento del gobierno libertario tal vez lo ubique en la categoría de la dirigencia de Pro sumada al acuerdo de gobernabilidad. Todo es posible.

Su paso por el cargo que ocupó, que tenía como finalidad el vínculo entre el Gobierno y los bloques legislativos, posiblemente no haya tenido la trascendencia esperada. Ese nexo en gran medida lo cumplió siempre Guillermo Francos, primero como ministro del Interior y luego como Jefe de Gabinete, luego de que Milei decidiera echar a su ex hombre de confianza en ese cargo, además de amigo personal, Nicolás Posse. Con Posse ingresó De Marchi.

Se comenta que luego, ya con Francos como jefe suyo, la función del mendocino quedó más opacada, aunque algunos la definen como olvidada. Al respecto hay que tener presente que suele ser armonioso el vínculo entre Francos y Cornejo en lo que atañe a la relación oficial entre la Nación y la Provincia. Como mendocino, la voz de De Marchi podría haber tenido otra resonancia en los ámbitos de poder nacionales.

En síntesis, Cornejo respiró profundamente antes de expresarse sobre el ataque de Milei a la paternidad democrática de Alfonsín, uno de sus modelos políticos, indudablemente. Y De Marchi acepta sin miramientos el desafío de ser el número dos de la conducción directiva de Aerolíneas. En ambos casos, todo sea para mantener una buena relación.

* El autor es periodista. jtoso@losandes.com.ar.

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