“La vuelta a la Escuela no es un regreso a la misma vieja escuela que dejaron cuando comenzó la cuarentena. Es una escuela renovada, con un diseño diferente y nuevos acuerdos de comportamiento. Es importante que mientras se preparan las escuelas también se preparen a docentes y alumnos/as en paralelo”, advierte el Ministerio de Educación de la Nación en el documento “Protocolos y recomendaciones para el regreso presencial a las aulas” aprobado por todos los integrantes del Consejo Federal de Educación, donde José Thomas representa a Mendoza.
Pero, aunque los establecimientos intentan prepararse en función de esas recomendaciones y en medio de la incertidumbre que genera qué pasará con los docentes que se contagien de Covid-19, los chicos sueñan con volver como cuando regresan de las vacaciones con abrazos, saludos, charlas interminables, intercambios de meriendas o figuritas en los recreos, bromas… En fin, ellos (los chiquitos, los no tan pequeños y los adolescentes, aunque no lo admitan) quieren volver para compartir todo eso que les quitó la cuarentena tan extensa que va más allá del acto enseñanza-aprendizaje.
Por otra parte, los padres nos preguntamos sobre las condiciones sanitarias de las instituciones, si tendrán un presupuesto mayor para comprar los elementos necesarios, si los baños estarán correctamente desinfectados, si el transporte escolar o el colectivo brindarán alguna garantía de limpieza y distanciamiento, entre otras tantas cuestiones.
El documento nacional admite que la reapertura de las escuelas, su dinámica y las decisiones gubernamentales al respecto, generan intensos debates y controversias en la opinión pública. “La experiencia de los casos analizados muestra que sin importar el nivel de contención de la pandemia o las medidas de protección que se establezcan, el regreso a las clases presenciales siempre genera preocupación en algunos grupos de padres y madres”, señala a la vez que reconoce la potestad de las familias a la hora de tomar una decisión: “En muchos casos, se ha visto que, a pesar de la posibilidad del retorno, muchos estudiantes deciden permanecer sin asistir voluntariamente a las escuelas”.
Las indicaciones nacionales hacen hincapié en rediseñar la dimensión física y los flujos de movimiento que tengan en cuenta el distanciamiento (entre 1,50 y 2 metros), el tiempo de exposición (jornadas presenciales más cortas), la dinámica del aire y la higiene personal; reducir al mínimo el traslado de elementos entre casa y escuela (como mochilas y juguetes, que si se llevan, deben dejarse fuera del aula); asegurar el acceso a agua potable, jabón líquido, toallas de papel descartables y cestos basura en todos sus baños; garantizar provisión de alcohol en gel o alcohol 70°, en todas las instalaciones, con dosificadores (uno cada 20 personas), de preferencia a pedal; incrementar personal de limpieza y mantenimiento; realizar la limpieza y desinfección con una frecuencia de 90 minutos, especialmente en zonas de mayor contacto y circulación, y con cada cambio de turno; proveer kits de limpieza disponibles en las aulas y oficinas administrativas para limpiar frecuentemente superficies de alto uso (por ejemplo, manijas, teclados, pupitres, control remoto, etc.); proveer kits de limpieza (elementos necesarios para efectuar la limpieza húmeda como baldes, trapeadores, paños, agua, detergente; y para la desinfección como hipoclorito de sodio de uso doméstico con concentración de 55 gr/litro en dilución para alcanzar 500 a 1000 ppm de cloro); complementar la enseñanza presencial con clases a distancia para los casos que no puedan o no deseen asistir; flexibilizar requerimientos de asistencia durante los primeros meses.
Ahora bien, un sondeo realizado entre las escuelas sobre la infraestructura edilicia y tecnológica brinda una radiografía de los establecimientos mendocinos. Entre otros aspectos, se puede observar que 59,6% de las 3.652 escuelas que respondieron, consideran que “no” es suficiente la cantidad y el estado de los baños que se encuentran operativos si se tienen en cuenta los lineamientos generales del protocolo en cuanto a la cantidad de alumnos para el retorno a las aulas.
Asimismo, 94,9% de esas escuelas tiene agua potable; 55,9% dijo que comparte el edificio con otra institución (como una biblioteca u otro nivel educativo); 50,9% tiene un aula que podría acondicionar como sala de primeros auxilios; 83% se ubica entre 2 y 4 km de cercanía con un hospital o centro de salud (13,7%, entre 8 y 20 km; 3,3%, a más de 20 km); 70% cuenta con aula digital móvil; 69,4% tiene acceso a la Red Wan; 57% tiene conexión a internet en la zona de la dirección.