Moderado, palabra que define a los alejados de los extremos, a los que buscan acuerdos y consensos por encima de las diferencias, a los que controlan las emociones y en situaciones enojosas, no echan nafta a la hoguera.
Claro que es difícil ser moderado cuando desde el gobierno se ataca el pacto de convivencia social de los argentinos, que eso es la Constitución Nacional, en sus pilares fundantes como lo es la limitación del poder.
El fallo de la Corte Suprema sobre la autonomía de la ciudad de Buenos Aires es muy trascendente por sus implicancias institucionales al reafirmar al federalismo argentino y poner freno a un Ejecutivo que siempre pretende facultades extraordinarias en menoscabo del Congreso y busca que la Corte Suprema sea un remedo de los tribunales superiores de las provincias feudales, serviciales a las demasías del gobierno.
El oficialismo nos dice que haber logrado la primera minoría en los comicios le permite hacer lo que le venga en gana. El poder es impunidad, dijo Yabrán meses antes de suicidarse, Ese es el mensaje del gobierno, ganamos las elecciones y eso nos permite estar por encima de las leyes y la Constitución.
Fernández habla de unidad nacional, pero entendida como el acatamiento a su voluntad. Le molesta el disenso y por eso vuelve al “nosotros y ustedes” o “nosotros y ellos”.
No nos confundamos, no se discutió la asistencia a las escuelas, sino el respeto y acatamiento a la Constitución. Por eso cuando la Corte Suprema falló como era previsible viene la reacción, no sólo de algún legislador patotero, sino de las más altas esferas del poder, en el que abundan modales de compadritos arrabaleros.
Patético es como se degrada la figura presidencial con el rol de empleado de la familia Kirchner que asume Alberto. No es capaz de echar a un subsecretario calificado de incompetente pero pretende instrumentar un golpe de Estado contra un poder de la República. Vale entonces para este personajillo lo que dijera de la actual vicepresidente en 2013 ¿Quién le enseñó derecho constitucional?
Tan vale este interrogante sobre sus conocimientos de la Constitución, con recordar su inacción cuando el señor feudal de San Luis impidió el tráfico interprovincial y el internacional entre Cuyo y el Litoral, alargando las rutas en centenares de kilómetros con los sobre costos del caso o el cierre fronterizo en Formosa.
La ausencia de ejemplaridad, también aguijona a la moderación. No se ha visto ejemplaridad en ausencia de reducción del gasto de los funcionarios, no se ve ejemplaridad cuando se exige encierros y limitaciones y vemos actos con abrazos, o el entierro de Meoni en Junín. El contraste entre ese entierro y el del príncipe consorte del Reino Unido resalta las conductas y estilos diferentes y nos recuerda que el cuidado de las formas hace al fondo en la vida de una república. No se visto ejemplaridad con los vacunatorios VIP ni en la tramitaciones con los laboratorios para la obtención de vacunas.
El presidente que planteó la opción salud o economía, ha fracasado con el manejo de la pandemia y la economía. La incapacidad para relanzar el país hacia la gran aventura de salir de la decadencia, recuperar nuestro rango en el mundo y reconstruir esa sociedad de vastas clases medias educadas y con ansias de ser más por el esfuerzo y el mérito, es patética.
No estamos condenados al éxito como decía el ex presidente Duhalde. Pero tampoco estamos condenados al fracaso.
En 1852 el Brasil nos superaba 7 veces en población y 5 veces en riqueza. En los años de la guerra con el Paraguay solo teníamos un vapor de transporte en nuestra flota frente a los acorazados y cañonera que aportó el Imperio de Pedro II. Antes de 1889 año de la abdicación del monarca brasileño, la brecha poblacional se había achicado a 3 veces y ya empatábamos en riqueza, al poco tiempo lo superábamos y nuestra flota de guerra era superior al de nuestro vecino.
Menciono estos ejemplos para que asumamos que es posible salir de la decadencia. Eso en parte depende de nosotros, usando primero el arma más poderosa que tiene un pueblo: el voto. Por algo el gobierno ensaya maniobras para postergar los comicios y por una resolución, similar a la de los partidarios de Trump, ha prohibido para los argentinos residentes en el exterior el voto por correo.
Un conocido abogado comunista, ahora asesor del gobierno, plantea la intervención federal a la ciudad de Buenos Aires y a Mendoza. Son los dos distritos que más detesta el kirchnerismo por su resistencia a ser como los feudos provinciales de dónde vienen.
*El autor es Miembro de la Academia Argentina de la Historia.