Desde el Gobierno Nacional se propone aumentar la carga horaria en las primarias. En el caso de Mendoza, ya desde hace mucho tiempo se viene trabajando media hora más, por lo cual en la jurisdicción se agregaría solo media hora. No seria una hora como en el resto del país. En los 90´con la reforma educativa impulsada por la Ley Federal de Educación y el traspaso de las escuelas a las provincias, el gobernador Octavio Bordón a través de su Ministra de Cultura y Educación María Inés Abrile de Volmer modificó la carga horaria de las primarias de 4 a 4 y media horas (Resolución DGE 235-90).
Desde nuestro análisis creemos que la variable del tiempo en la educación no es solo eso, tiempo. Cuanto más tiempo estén los chicos en la escuela siempre va a ser beneficioso. El tema es a qué, para qué, cómo utilizamos ese tiempo y cuáles son las propuestas que se hacen con relación a ese tiempo. . Proponer desde lo real para no desvirtuar los procesos de las infancias debería ser nuestro horizonte para la toma de cualquier decisión.
La situación general de primaria, sus docentes y las condiciones laborales en las que están trabajando también son preocupantes. No hablamos solo de las cuestiones salariales, hablamos de la gran demanda de respuestas que se les exige. En este escenario deben sumar media hora más, esto sólo genera más incertidumbre a un contexto de gran demanda social y casi ningún reconocimiento. Además, las instituciones educativas y especialmente las primarias han resultado organizadoras de la vida social de las familias. En términos temporales tanto como los espaciales. Por lo que nuestra perspectiva es que la compulsión a cambios tan repentinos puede ser contraproducente cuando no se han hecho progresivos procesos de adaptación.
La cantidad de tiempo en la escuela tiene que cruzarse con diferentes vectores que tienen que ver con los horarios de las instituciones, los edificios compartidos con otras instituciones, los recursos, las condiciones laborales. También, debe cruzarse con propuestas psico-socioeducativas que no sean meramente pedagógica, sino que den otras propuestas para que en la escuela no solo trabajemos lo pedagógico, que termina agotando a los niños, niñas y adolescentes y que tampoco seria redituable ese tiempo que se suma si estamos agotando la atención, la memoria, y las funciones incluso desde lo emocional exponiéndolos solamente a lo pedagógico.
Aunque tenemos dificultades que hay que trabajar como la lectoescritura, la comprensión, y sobre todo lo que tiene que ver con lo vincular y lo social. Entendemos en una primera perspectiva que los inconvenientes pueden estar asociados a la disposición del espacio. Ya hemos visto que los dos años de pandemia no han propiciado mejores edificios escolares. El otro aspecto que nos parece importante es las definiciones curriculares que impliquen ese tiempo de más. Sí solo agregamos tiempo para utilizarlo como si fuera la guardería de un auto o de cualquier objeto más o menos valioso, y eso desvirtúa los procesos de las infancias, obviamente qué es una medida inútil. Si el tiempo va a ser destinado a jugar más, a ponerse en contacto con más objetos de la cultura y a encontrarse con más compañeras y compañeros, a encontrar nuevos sentidos de las ciencias, de los deportes y de las artes, entonces le encontramos sentido.
Para eso es preciso sostener una ampliación del financiamiento educativo y obviamente subir los puntos que del producto bruto interno nacional y del producto interno provincial se destinan a educación. Quienes piensen en la implementación de esta media hora tienen que convocar a diferentes actores institucionales del nivel que vayan a trabajar para saber concretamente cómo podría ser implementado de manera eficaz, porque si no termina en una buena idea que no se puede sostener con la intención que tiene la idea.
