El presidente Alberto Fernández acaba de anunciar el relanzamiento del plan Procrear para todo el país. Este fue puesto en marcha por Cristina Fernández a mediados de 2012 y Mauricio Macri decidió continuarlo con algunos cambios.
Primero consistió en créditos a cuotas fijas para construir o refaccionar, y los receptores eran seleccionados por sorteo. Luego se convirtió en créditos para adquirir la vivienda. Los postulantes recibían puntajes por diversos indicadores, el préstamo se otorgaba a quienes estaban mejor posicionados y la cuota era variable.
Según la ministra María Eugenia Bielsa, el Procrear “vuelve con sus mejores prácticas”, que son las originales algo mejoradas para llegar a distintos niveles socioeconómicos e incluir la posibilidad de la compra de terrenos.
En un país que tiene un importante déficit de viviendas y un imaginario de clase media que pivotea alrededor de la casa propia, que el Estado cuente con una buena línea de créditos para alentar la construcción privada resulta imprescindible.
Además, la construcción, por ser un rubro dinamizador, tiene un efecto rebote sobre otras áreas de la economía.
En tiempos de crisis como los presentes, no deja de ser una buena noticia.
Con todo, llama la atención que no se pueda hacer un balance positivo de la experiencia vivida a lo largo de ocho años y dos gestiones con distinta perspectiva para afirmar un rumbo. Por ejemplo, si en la primera etapa quedaron muchas casas sin terminar, en la segunda la alta inflación impactó negativamente en el cálculo de la cuota variable.
En otro sentido, resulta muy curioso que de un tiempo a esta parte se haya empezado a incluir en los reportes del Procrear los planes de vivienda estatales; esto es, los complejos habitacionales que el Estado decide emprender en diferentes localidades del país.
Una cosa es la construcción pública de viviendas en serie, y otra la construcción privada e individual.
Finalmente, el hábito de anunciar varias veces en poco tiempo un mismo plan genera una duda razonable sobre el verdadero alcance de las medidas que se lanzan.
Hace 45 días, el Gobierno nacional asignó 7.500 millones de pesos a créditos para la construcción y refacción de viviendas, a modo de celebración de los ocho años del Procrear.
La cifra, según el anuncio, sería ejecutada entre junio y agosto. Pero cuando concluía julio se informó sobre esta comunicación de un nuevo Procrear esta semana efectivizada.
Anunciar lo mismo dos veces ya es un problema comunicacional. Y modificar sobre la marcha un anuncio reciente genera confusiones.
El Gobierno debiera cuidar estos detalles, para no perjudicarse a sí mismo.