Por un presupuesto que insinúe certezas

Los que aparecen como más interesados en el presupuesto 2025 parecieran los representantes de la oposición que los del oficialismo libertario. Los gobernadores quieren, sí o sí, que los recursos con que contarán se encuentren explícitos en el texto de la ley. Por otro lado, más allá de cuánto quiera influir Cristina de Kirchner en las provincias, aquí, en suelo mendocino, el camporismo ha tomado la reaparición triunfal de la jefa como un bálsamo que ayuda a calmar los males que venía sufriendo su espacio.

Por un presupuesto que insinúe certezas
Anabel Fernández Sagasti encabezó el acto de apoyo a la presidencia de Cristina Kirchner en el PJ nacional.

Se puede interpretar que una parte de la estrategia del gobierno nacional pasa por mantener divididas las voluntades de los jefes provinciales en base a la pertenencia partidaria de cada uno, para de ese modo tener más posibilidades de acuerdos legislativos a la hora de votar proyectos que el Ejecutivo considera trascendentes. Esto, a pesar de que muchos que frecuentan el Congreso comentan, con relación a las iniciativas en debate, que los que aparecen como más interesados en el presupuesto 2025 parecieran los representantes de la oposición que los del oficialismo libertario. No en vano Alfredo Cornejo, cuidadoso a la hora de referirse a lo tratado en el almuerzo del martes y a los dichos de Milei sobre Alfonsín, sí fue contundente al referirse a la pauta anual de gastos y recursos: “Hablamos (en la comida con el Presidente) de la importancia de tener un presupuesto, porque le da una reputación al Gobierno, institucionalidad y reglas de juego claras para el futuro”. Los gobernadores quieren, sí o sí, que los recursos con que contarán se encuentren explícitos en el texto de la ley. Asunto que se tendrá que definir en el corto lapso existente hasta la finalización de las sesiones ordinarias.

Volviendo al contacto entre Milei y los jefes provinciales, todos se sentaron a la “mesaza” presidencial, aunque en convites diferentes. Pero los cuatro peronistas hoy no cristinistas (Jalil, Jaldo, Sáenz y Passalacqua), como los cinco de Pro y los cinco radicales conducen gobiernos de provincias en las que, en general, mantienen un liderazgo claro y que por el momento no les hace temer sobresaltos desde el punto de vista electoral.

No obstante, sí es probable que estos 14 líderes sufran a su manera el fantasma del mileísmo, puesto que en casi todas esas provincias, como en tantas otras, el actual presidente ganó en forma abrumadora en la histórica segunda vuelta de hace un año. Y ahora, con la hermana Karina a la cabeza el ya formal partido La Libertad Avanza pretendería tener presencia propia en la mayor parte del territorio nacional. Una variante para muchos impensada meses atrás.

La opción puede ser, por lo tanto, la vía del acuerdo electoral para compartir listas de candidatos en las elecciones legislativas de medio término (sólo Corrientes renueva gobernador el año próximo), aspecto que no seduce en el corazón libertario. Aunque también está la posibilidad de desdoblar, algo que tiene al alcance de la mano Alfredo Cornejo en Mendoza por el calendario propio de esta provincia. Cornejo puede mantener ese esquema con fechas diferentes o bien unificarlo con la convocatoria nacional, como hizo durante su primera gestión en las parlamentarias de 2017, en esos momentos en gran sintonía con el presidente Macri. En cambio, ya con el descalabro de Juntos por el Cambio, dos años después desdobló nuevamente y así puso a salvo la candidatura local de su sucesor, Rodolfo Suárez.

Ya en el plano político de la gestión local, el gobierno provincial corre con una doble ventaja: comodidad legislativa a la hora de votar y una oposición que, en general, se muestra minoritaria y bastante desarticulada a la vez. Esto último es producto de los resultados de las últimas contiendas electorales. Por el lado del peronismo, porque desde hace más de una década viene sufriendo derrotas a nivel provincial que fueron reduciendo su peso político para enfrentar las gestiones sucesivas de Cambia Mendoza.

En cuanto al resto, como se ha señalado en varias oportunidades La Unión Mendocina insinuó constituirse en una fuerza competitiva y que tuviese en jaque al oficialismo liderado por la UCR. Sin embargo, en pocos meses sufrió una clara desarticulación que la condujo a una posición muy contestataria, hay que reconocerlo, pero sin recursos políticos para torcer el ritmo de gestión del gobierno de Cornejo.

A pesar de ello cabe esperar en lo sucesivo objeciones importantes a las políticas públicas del actual gobierno local y un encendido nivel de debate público y legislativo. Por ejemplo, en San Rafael y el resto de la zona Sur agrícola siguen esperando con inquietud el arranque de la regionalizada lucha antigranizo, luego de que el gobierno decidiera no continuar con dicha metodología a nivel provincial. Hay descontento político y sectorial (alguna encuesta lo ha reflejado así) mientras se busca poner a punto el sistema con los oferentes que se presentaron. La negociación de partes genera demoras que a esta altura del ciclo agrícola son muy inquietantes.

Por otro lado, habrá que ver qué reacción política y de sectores ambientalistas produce el avance del tema minero en Malargüe y en otras zonas mendocinas que aparezcan como factibles de exploración bajo los alcances de la legislación vigente. La desconfianza de los referentes partidarios que objetan dichas prácticas está siempre latente y ha marcado permanentemente un corte transversal en materia partidaria. Un aspecto que no deja de influir mucho en las entrañas de los distintos espacios.

Volviendo al justicialismo local, pero ya en el plano meramente partidario, queda claro que la reaparición en la escena nacional de Cristina de Kirchner cambia bastante los planes de muchos, en especial luego del muy amable acuerdo de partes que condujo a la conducción partidaria provincial a Emir Félix.

La ex presidenta tiene ahora la conducción nacional del PJ, un recurso que siempre rechazó pero que ahora le viene como anillo al dedo para retomar protagonismo y tratar de poner orden en el territorio clave de la provincia de Buenos Aires, el gran bastión del PJ.

¿Influirá la nueva titular del peronismo en el país en cada una de las provincias o distritos electorales? ¿O lo suyo se centrará en la estratégica provincia de Buenos Aires? El Conurbano fue siempre el gran bastión de todas las versiones del peronismo reciente. Ni qué hablar del kirchnerismo.

De todos modos, más allá de cuánto quiera influir Cristina de Kirchner en las provincias, aquí, en suelo mendocino, el camporismo ha tomado la reaparición triunfal de la jefa como un bálsamo que ayuda a calmar los males que venía sufriendo su espacio. Reaparece en escena Anabel Fernández Sagasti, mano derecha de CFK en muchos asuntos, y puede abrirse paso otro nivel de negociación de lugares en las futuras listas electorales, algo bastante impensado hasta no hace mucho tiempo.

La política, sea buena o mala, siempre da revanchas.

* El autor es periodista.

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