La semana pasada se votó en el Congreso Nacional la Ley de Alcoholemia 0. Mi voto positivo tiene argumentos sociales y políticos. Y me parece oportuno y necesario hacer público ante mis comprovincianos que represento, a quienes me votaron y a quienes no, las razones de este voto positivo a la ley en cuestión.
En primer lugar, daré las razones sociales que me convencieron de acompañar esta ley.
Somos testigos cotidianos de accidentes que en nuestra provincia y en nuestro país son producto de conductores que lo hacen en estado de ebriedad. Accidentes que en el mejor de los casos producen daños materiales y en el peor de ellos el daño físico o la pérdida de vidas de responsables o víctimas de estos siniestros. Y uso el término siniestro no en la acepción en que la utilizan las compañías aseguradoras. Doy categoría de siniestro a todo accidente que pudiendo ser evitado (lo que le quita su condición de accidente) destruya bienes materiales, lo que es grave, pero también destruya vidas. La de las posibles víctimas, pero también de las familias que sufren esa pérdida.
Para evitar que estos “accidentes” sigan ocurriendo es preciso generar un cambio cultural. Y los cambios culturales deben ser alentados con contundencia para que con el tiempo se conviertan en acciones naturales. Hoy es imposible pensar en una persona fumando en un ascensor, en un cine o en cualquier espacio cerrado. Del mismo modo tenemos que llegar a pensar y sentir que estar alcoholizado y conducir un vehículo no puede “entrar” en nuestras cabezas.
¿Prohíbe la ley de Alcoholemia 0 el consumo de bebidas alcohólicas? De ningún modo. Lo que prohíbe es que aquellas personas que No estén en condiciones de manejar lo hagan, poniendo en riesgo su vida y la de otros.
¿Atenta contra la libertad de las personas a beber poca o mucha cantidad de bebidas alcohólicas? No. Solo se ocupa de prohibir que esas personas conduzcan con alcohol en sangre, es decir que conduzcan alcoholizadas.
¿Puede esta ley atentar contra la industria vitivinícola o de otras variantes de bebidas alcohólicas? No. Hay suficientes estadísticas, en provincias argentinas como en experiencias internacionales, sobre que, sin bajar el consumo, Sí ha reducido la tasa de accidentes por este motivo.
Por citar un ejemplo, nuestra hermana provincia de Salta, con la que compartimos la industria del turismo y la producción bodeguera, hace tiempo cuenta con legislación provincial de Alcoholemia 0.
¿Puede esta Ley favorecer el trabajo? Sí. Sin ir más lejos nuestros comprovincianos conductores de automóviles de alquiler encontrarán nuevos clientes para su servicio.
También creo necesario dar algunas razones políticas para mi voto positivo. No es menor que la política y quienes la ejercemos no se desdigan a si mismos. Ya en una oportunidad como legisladora provincial participé del debate de una Ley de Alcoholemia 0 en Mendoza. Y no encuentro ninguna razón para opinar de una manera para una ley de mi provincia y de otra completamente contraria para una ley nacional.
¿Atenta esta ley contra el federalismo y la independencia legislativa de Mendoza? No. Para ser efectiva en nuestra provincia esta Ley Nacional debe tener la adhesión provincial.
Si el estado, provincial o nacional, exige a los ciudadanos la responsabilidad de no conducir bajo los efectos del alcohol debe también asumir sus responsabilidades, tanto en el efectivo control de esta reglamentación, como en la realización de campañas de concientización acerca de la necesidad de este cambio cultural. Se los tenemos que exigir, porque solo la Ley no es suficiente.
Por último, quiero aportar una razón que no me parece menor. Estoy convencida que toda legislación que atienda a que no solo pensemos en nosotros y en nuestros deseos, sino también en los otros, en sus bienes y vidas, nos acerca a una Comunidad Organizada en el respeto y la solidaridad. La política tiene que estar a la altura de las circunstancias.
Estas son mis razones para el voto Positivo a la Ley Nacional de Alcoholismo 0.
* La autora es Contadora y Diputada Nacional por Mendoza.