La convocatoria que hizo el radicalismo a los demás partidos de la coalición oficialista arrojó un resultado que expresa el momento de tirantez que atraviesa ese espacio. Como señalábamos hace una semana, se esperaban reclamos por mayor participación en las decisiones de gobierno. Pero también hubo ausencias notorias de las agrupaciones con mayor peso interno, fundamentalmente el Pro.
Con esta situación, Cambia Mendoza parece haber ingresado en un terreno que puede hacer más dificultoso su tránsito hacia el proceso electoral del año próximo, que, en realidad, está a la vuelta de la esquina si se tienen en cuenta no sólo las fechas de las comicios, sino los tiempos que el proceso exige para que los distintos espacios definan sus candidaturas.
Seguramente, enero y febrero serán meses muy intensos para la política mendocina. El ruido que genera esta suerte de discordia en el oficialismo también repercute entre los sectores de la oposición, especialmente el justicialismo. Hay varias expresiones minoritarias que siguen con atención lo que ocurre en la comarca del oficialismo, más que nada apuntando hacia la figura de Omar De Marchi, que en caso de abrirse de Cambia Mendoza puede transformarse, ahora sí, en una opción electoral importante desde el punto de vista de las adhesiones.
En ese aspecto, quienes observan desde adentro del frente y se apoyan en la experiencia de años en política consideran que no está dicha la última palabra, pero advierten que esta vez hay más posibilidades de que el frente gobernante sufra bajas. Lo que estamos observando, en todo caso, es una especie de festival pirotécnico, que distrae o sobresalta, pero que no refleja realmente un cuadro concreto de ruptura.
Son varios los que le sugieren a De Marchi, que ya apostó fuerte presentando sus prometidos “ejes estratégicos para el desarrollo de Mendoza”, postularse esta vez con posibilidades más altas que antes por algo que el propio referente del Pro local sabe muy bien: puede ser ésta su última oportunidad para pelear por la gobernación.
Las encuestas locales confirman que Cornejo podría ser el candidato a gobernador más votado, con cierta comodidad incluso, si decide postularse. Esto hace suponer que De Marchi tendría muchas más posibilidades de éxito si elige competir por afuera de la coalición. A priori, las PASO le dan más posibilidades a un candidato radical, especialmente si éste fuese Cornejo.
Además, la amenaza que supone el líder del macrismo mendocino para la UCR, por adentro o por afuera de Cambia Mendoza, pone a Cornejo en un compromiso mayor con su partido para intentar asegurar un tercer gobierno consecutivo.
No es casual que el Gobernador haya expresado esta semana públicamente su apoyo a su antecesor y actual senador nacional, dejando como únicas alternativas posibles a Tadeo García Zalazar y Ulpiano Suárez. “Ordenaría al radicalismo y, además, conoce bien la provincia”, como resultado de su período anterior, es lo que sinceró Suárez. Una clara definición política que de algún modo puede blanquear cierto recaudo del radicalismo a la falta de un liderazgo fuerte si no está presente en las elecciones el actual senador nacional y el creador de la coalición hoy gobernante.
Rodolfo Suárez había pedido que por lo menos este año ningún aspirante a sucederlo dentro de su partido expresara dicha voluntad, como una manera de sosegar la inquietud de varios que en la UCR vienen anotados desde hace tiempo. Sin embargo, en vísperas de la finalización de 2022, el jefe del Ejecutivo oficializó su postura.
En el Pro saben bien que la gran apuesta que tiene el radicalismo es llegar a un tercer mandato consecutivo que equipare el récord del peronismo de los ‘80 y ‘90, con Bordón, Gabrielli y Lafalla. Pero saben bien que los años de gestión inevitablemente generan desgastes en las estructuras partidarias. Y con todo el ruido actual ven una oportunidad de replanteo del voto que puede llegar a hacer un determinado porcentaje de la ciudadanía. No es lo mismo una opción dentro de las primarias que en una elección general.
Entre los que no concurrieron a la cita radical también se encuentra el partido Unión Popular, que lidera el sancarlino Jorge Difonso. En realidad, se trata de una relación tensa de éste con el gobierno de Suárez desde el comienzo de la gestión a raíz de la polémica reforma de la ley minera. En este momento, el sector considera que el gobierno provincial tiene varias cuentas pendientes, además de no atender propuestas o sugerencias que se les hacen llegar desde los llamados socios en la coalición.
No hubo presencia del “difonsismo” en la reunión a la que convocó la UCR por considerar que “en Cambia Mendoza se habla más de nombres que de problemas que Mendoza necesita resolver”. Este sector es muy crítico con el manejo del agua con relación a la crítica situación de sequía que se observa, pero también tiene objeciones en cuanto a seguridad, transporte y vivienda.
Hubo una reunión de la agrupación de Difonso con sus representantes de todos los departamentos de la provincia en la que, por el momento, no se pensó en otra cosa que en volver a reclamarle al Gobierno mayor participación y búsqueda de consensos. Pero para enero anuncian otro encuentro de Unión Popular en el que puede llegarse a discutir con más énfasis qué camino elegir en lo electoral.
Cronograma provincial
Un dato importante que anticipó en estos días el Gobernador es la confirmación de que Mendoza respetará el cronograma que establece la legislación provincial, diferenciado del nacional, aunque la legislación vigente autorice la unificación de fechas.
Se trata de una decisión correcta, porque la ciudadanía prioriza la oferta local de los distintos sectores políticos, dejando de lado el habitual arrastre que generalmente producen las listas nacionales. Con más razón en una elección de cargos ejecutivos, como la que se acerca en 2023.
El mantenimiento de la fecha provincial de elecciones también se aplicó en la elección que ganó la fórmula Suárez-Abed con comodidad. Fue satisfactoria la experiencia para Cambia Mendoza en ese momento, ya que a nivel nacional Juntos por el Cambio había declinado y la elección local quedó entonces entre las PASO nacionales y las generales de octubre. Los números demostraron que la tendencia nacional de entonces, muy favorable al Frente de Todos, de ninguna manera influyó en el ánimo de los mendocinos, que se expresaron mayoritariamente por la continuidad del proyecto iniciado en 2015.
Y con esta confirmación del llamado desdoblamiento, que no es otra cosa que la ratificación del calendario provincial, inevitablemente se cae en las especulaciones en el marco de la actual tensión en Cambia Mendoza.
El radicalismo tiene una gran fortaleza electoral en sus intendentes, que no desdoblarán las departamentales de la elección provincial y de ese modo serán un soporte importante para la fórmula del partido gobernante. De Marchi, en cambio, tiene como único bastión su propio departamento, Luján.
En cambio, en el justicialismo hay un clima favorable al desdoblamiento de las elecciones municipales, en especial entre los “caciques” alejados de la kirchnerista conducción provincial del PJ. Una lógica, pero no novedosa, búsqueda de refugio electoral cuando el panorama se presenta adverso para el peronismo, tanto en el plano local como nacional. Ese juego de los jefes departamentales del PJ también es observado con atención en el Pro, pensando en el momento de buscar adhesiones para una eventual estrategia por afuera de Cambia Mendoza.
¿Juegos pirotécnicos de fin de año? Es una probabilidad. La pirotecnia se encuentra prohibida en nuestra provincia, menos para la política.