Petri candidato: un dilema para Cornejo

De ahora en más la decisión de Petri supone -en primer lugar- un abierto desafío al poder ordenador que desde hace una década viene imponiendo Cornejo en el radicalismo y sus aliados. Un dato no menor que también anticipa un inexpugnable fin de ciclo, o al menos el de una centralidad con fecha de vencimiento el 10 de diciembre de 2027 cuando termina su mandato.

Petri candidato:  un dilema  para Cornejo
Luis Petri y Manuel Adorni en el Auditorio Ángel Bustelo.

Estaba dicho, sólo era necesario una confirmación de su propia boca. Y eso fue lo que días atrás hizo en público el ministro de Defensa de la Nación, Luis Petri al ratificar sus intenciones de ir por la sucesión de Alfredo Cornejo en 2027.

Lo que parecía un acto más del desfile de figuras nacionales con la que viene apuntalando su presencia en Mendoza a través de su fundación Mendocinos para el Futuro, esta vez junto al vocero presidencial Manuel Adorni, se terminó convirtiendo en un virtual acto de lanzamiento (no anunciado) de su precandidatura a gobernador.

A sala llena, con tribuna variopinta conformada por radicales, libertarios, macristas e independientes, Petri soltó lo que era un secreto a voces para la política.

¿Prematuro? ¿anticipado? Tal vez. Faltan aún casi tres años para esa elección, en el contexto de una realidad en la que la política sólo despierta rechazo o desinterés. Pero también es cierto que no hay sorpresas en su anuncio, sólo una afirmación del objetivo que a partir de ahora se transforma en señal decisiva para propios y ajenos que sabrán a qué atenerse. O al menos, a considerarlo en el escenario que vendrá.

Desde la misma noche del 11 de junio de 2023 en las PASO que obtuvo un sorpresivo casi 20%, a sólo 9 puntos de distancia de Cornejo, Petri dio a entender que se tomaba un respiro pero no declinaba su ambición por la Gobernación.

Un “sueño” (como describió esa noche) que muchos tomaron como una aventura pero que sin embargo le abrió la puerta a las grandes ligas. Mucho por su propio impulso, otro tanto porque -a veces- la suerte suele acompañar a los audaces.

Claro, de ahí en más vino el operativo contención para evitar que ese voto crítico de Cambia Mendoza no se fugara hacia Omar de Marchi, seducción que lo catapultó en la fórmula presidencial junto a Patricia Bullrich. Lo demás, es una historia más reciente.

De ahora en más la decisión de Petri supone -en primer lugar- un abierto desafío al poder ordenador que desde hace una década viene imponiendo Cornejo en el radicalismo y sus aliados. Un dato no menor que también anticipa un inexpugnable fin de ciclo, o al menos el de una centralidad con fecha de vencimiento el 10 de diciembre de 2027 cuando termina su mandato.

No parece importarle a Petri si es o no el elegido de Cornejo (de hecho no le importó el año pasado). Mucho menos si será su favorito. Lo desafió y lo volvería a hacer. La rebelión que más cuesta siempre es la inicial, salvo que ahora el mandatario se sume a su cruzada. Casi una revancha personal, un cambio en las condiciones de poder. Una opción posible.

Es que esta decisión, obliga al gobernador a poner más énfasis aún en los equilibrios con el Gobierno nacional, y en particular con Javier Milei. Poco agrado podría generar en la Casa Rosada saber que una de sus principales espadas (gestor además de votos radicales propios como para torcer voluntades en el Congreso, como fue el veto de la Ley de Movilidad Jubilatoria o al Financiamiento Universitario) está sometido a una interna feroz en Mendoza.

Por el contrario, Petri, en caso de ser ungido, bien podría ser un vehículo facilitador de una alianza hasta ahora más sospechada que definida -en el plano local- capaz de sumar a La Libertad Avanza (LLA) a Cambia Mendoza, o al menos a lo que queda de ella. Otra posibilidad no aceptada por todos pero que está en la baraja que empezará a repartirse.

Y si bien es claro que estas opciones parten de una precondición (que se mantenga o incremente en el tiempo el nivel de aceptación del Presidente), la euforia libertaria da por descontado que la turbulencia de este año sólo será la complicación de un despegue con lastre que de ahora en más generará condiciones económicas y sociales favorables para un vuelo a velocidad crucero. El optimismo es lo último que se pierde..

Por lo pronto Cornejo enfrenta una disyuntiva difícil para la que aún resta mucho tiempo antes de una definición pero que desde ya empieza a obsesionar al gobernador. Petri tiene armado propio, incluso más allá del radicalismo, presencia territorial, conocimiento en la opinión pública, y por estos días encarna la última moda del péndulo nacional: esa que simboliza una motosierra de efectividad todavía no comprobada más allá de un ajuste que no está pagando la casta.

Como olas con efecto posterior, esta definición de Petri obligará también al intendente de Capital, Ulpiano Suárez todavía en la senda de la organicidad, a repensar sus movimientos en virtud de la certeza del rival interno a superar. En su entorno entienden que si las circunstancias así lo exigen, Cornejo no tendrá otra opción que bendecir su postulación. En especial si un acuerdo con los libertarios resulta inadmisible para los radicales; o si esa franquicia lograse cerrar acuerdo con De Marchi, algo que también es posible. Y citan el ejemplo de 2019 cuando incluso a costa de sus propios delfines, se terminó inclinando por Rodolfo Suárez.

Atado a la suerte de Milei, Petri calcula que este es el momento de activar sus intenciones, pues -político experimentado al fin- si el contexto cambia drásticamente, siempre estará a tiempo de reordenar prioridades. Mientras tanto, marca la cancha y obliga a que todos posemos la vista en él. Los tiempos se adelantan; la conflictividad social, también.

Por ahora el ministro apela a las Fuerzas del Cielo en otro ejemplo de fugaz conversión política, como si de allí bajara un extraño poder capaz de concretar los mayores desafíos. O los anhelos postergados.

Y aquí aparece otro dato novedoso de este proceso en ciernes: la voluntad de ambos todavía proto-candidatos (Petri y Suárez) es independiente (y también autónoma) de la decisión final de Cornejo. Un escenario impensado años atrás. Ya que es probable que ninguno decline su aspiración en caso de no ser el señalado, y hasta resistan o enfrenten tal circunstancia. Más indicios del ocaso ineludible, que por ahora es un sutil desafío, pero al que no habrá que adelantarse, aunque tenga todas las características de un serio dilema.

Hacer política en Argentina es lanzarse en una barca al océano. Petri sólo ha confirmado su decisión de zarpar.

* El autor es periodista.

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