La falta de liderazgo de Alberto Fernández y Cristina Fernández, decepciona. Un pueblo en democracia pretende que la clase política asuma gobernar bien. No se ve liderazgo en este gobierno, ni se vio en el macrista. Mala conducción y falta de confianza, desastre en los resultados.
No solo las instituciones débiles y la corrupción son causas de nuestro atraso endémico. Las empresas, con mentalidad oportunista y que no innovan, reproductoras de lo obsoleto y del trabajo en negro, y que dependen en nutridos casos del Estado, también forman parte del problema. Ampliando el panorama: Biden anunció combatir la corrupción, dentro y fuera de EEUU, sobrevolando este país. Inversores que no ponen plata por un “gobierno veleta”, sin plan, y por la corrupción. El FMI gana tiempo y demora la decisión sobre la deuda (Guzmán, acorralado por los K, tiene un pie fuera del gobierno). Recientes informes globales auguran años difíciles. Argentina sufriría un atraso descomunal en educación, tecnología, salud y reducción de la pobreza.
Encuestas y Elecciones
Frente de Todos no está bien parado para las próximas elecciones legislativas, y Todos por el Cambio, en el promedio general, sería el ganador siempre y cuando aleje a Macri. Más de un 55% de los votantes está en un limbo: no sabe cómo votar. Excluyendo los indecisos, los votos que conseguiría Todos por el Cambio, superarían en 10% al promedio del Frente de Todos. Estas estimaciones surgen de un metaanálisis que hice (conjunto de herramientas estadísticas, que son útiles para sintetizar los datos de una colección de encuestas). Si agregamos información cualitativa, basada en la observación del entorno, donde los significados de los actos de gobierno juegan un rol decisivo, no medibles en las encuestas publicadas, en mucha gente hay una visión negativa del Frente de Todos, especialmente en la clase media.
La estrategia de entronar a Alberto Fernández para conseguir votos fue muy inteligente. Pero toda estrategia encierra movimientos engañosos y correcciones. Presionado como está el presidente se podría pensar que la estrategia final sería Cristina presidenta, con el renunciamiento por su desempeño y el castigo de la opinión pública. ¿Es posible? Sí; y la estrategia completaría su objetivo principal: la impunidad.
Pobreza y Educación
42% de pobreza e indigencia nacional es una estimación que denota el atraso que nos identifica como país subdesarrollado. Probablemente sea más alto, cercano al 50%. Se basa en una medida relativa obtenida con encuestas. El dato no mide los factores multidimensionales de la pobreza y marginalidad. Cuestiones emocionales que la definen: los sentimientos de abandono, el vivir sin el mínimo confort, la seguridad y la salud, entre otros. La paradoja de un país con recursos que le pone un número a la pobreza para los políticos y los medios, pero que desde hace años no activa políticas públicas efectivas.
En el caso de Mendoza, con un indicador de pobreza que es obsceno, los gobiernos radicales de Cornejo y Suarez no supieron ejecutar acciones para superar la injusticia social. Los cambios tecnológicos detrás de la pandemia, que ahora apresuraron su gestación, alejarán del trabajo a numerosos menores de 30 años, incrementando los excluidos. Países desarrollados están trabajando en el salario universal, adaptando su fuerza laboral a las capacidades que requieran la administración pública y la empresa privada en ese futuro ya presente. Un relevamiento de la oferta educativa de universidades e institutos de Mendoza permite observar que la mayoría son profesiones a punto de extinguirse o con muy pocas oportunidades de trabajo. Con la ausencia de una extensa red de capacitación adaptada a las posibilidades de los sectores más bajos.
Vacunas, comunicación, política sanitaria, logística y economía.
Son factores integrados en una misma estrategia y acción. Separados, se produce desorden y disminuye la efectividad para lograr la meta. Como sucedió hasta ahora. En la nota que escribí para este diario: “Propaganda: La persuasión necesaria” (23-01-21), opiné que veníamos mal. Aludí al gobernador Suarez para que Mendoza comprara vacunas. Como hubo negación, obstinadamente me puse en movimiento: fui personalmente a ver a Ulpiano Suárez para usarlo como mensajero. Quería despertar la atención porque entiendo del tema. Y qué pasó… ni bola. Negaban que fuera posible ya que dependíamos de la Nación, mostrando desconocimiento de la ley del año pasado. Faltó curiosidad y capacidad de escucha para ayudarnos nosotros.
IMPSA
IMPSA no es competitiva en el mercado global. Hay que hacer Inteligencia Competitiva y no decidir por política. Si el Estado invierte para salvarla -bastante discutible- primero debe cambiar su modelo de negocio y achicar el gasto. Su capacidad de gestión indudablemente fue ineficiente, así también su estrategia competitiva y su desarrollo tecnológico. En la situación económica actual, el gobierno mendocino no debería tirar millones de dólares cuando hace falta mejorar el sistema de salud, la educación y el plan de viviendas. Si se hace un análisis de los mercados, el nivel tecnológico, los competidores y la cadena de valor, esta IMPSA no puede enfrentar grandes retos con innovación y calidad de productos. Tiene que integrar ejecutivos talentosos y conocimientos avanzados. O si no, venderse a una empresa que lo haga. No ser otra “cueva política” donde ocupen sillas aquellos vivos que siempre ganan mucho a costa nuestra. Haciendo poco o nada.
*El autor es Experto en estrategia y análisis de información